En la conferencia dictada por Oscar Cardozo, investigador y la profesora de Antropología, Ximena Pachón, dictaron la conferencia: Rosalba Velásquez, el sargento ‘Matacho’ (1933-1964) Retrato de una bandolera tolimense en el periodo de la violencia, se dieron a conocer aspectos de la mujer como madre, hija y revolucionaria. La sargento ‘Matacho y la mujer en la guerra.
La pieza fundamental para conocer en propiedad la historia de este personaje, fue su hijo William Velásquez, a pesar de que sus memorias son escasas, pues estaba muy pequeño y solo veía a su progenitora cuando pasaba por la casa de su abuela Tránsito y le daba frutas. Ella lo consentía, y seguía su ruta vestida de camuflado, acompañado de los otros guerrilleros.
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Vida y obra de Rosalba
Según el investigador: “ella nace el 10 de septiembre el 1933 en un rancho de techo de paja y piso de tierra pisada en la finca El Palmar, vereda Tierradentro del municipio del Líbano Tolima. En la adolescencia entra a una escuela rural, luego la abandona, porque tiene diferencias puesto que la educación era sumamente religiosa y además de eso, porque en ese momento su familia vivía necesidades económicas y la necesitaban en estas labores domésticas o de agricultura”.
A los 17 años de edad, abandona la casa y contrae matrimonio católico en noviembre de 1950 con Rafael Ruiz en el municipio de El Líbano, es su primera pareja. De ahí se establecen en la finca La Aguadita. El matrimonio, no termina siendo el mejor, porque el cónyuge la empieza a agredir físicamente a punta de ‘machete’ y en medio de su embarazo de su primera hija Olga. “Rosalba empieza a tomar mucho alcohol y a llegar cantinas en búsqueda de otras personas u otros hombres con los cuales pudiera sentirse bien, para no tener que volver a su casa. Hasta que finalmente en medio de toda esta violencia, ella decide enfrentarlo, lo abandona y regresa al seno de la casa de su mamá la señora Tránsito”, agregó el historiador.
Posteriormente, Hernando Rodríguez un amigo de infancia, se convierte al en la nueva pareja de la sargento, luego se van a vivir una casa arrendada en las montañas del Líbano, “este es el ‘parteaguas’ de toda la historia de ella.
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Le asesinaron el ‘amor’
En ocasiones no tenían para completar el pago del arriendo, le ofrecen una oferta laboral y decide salir altas horas de la noche en esta zona, lo intercepta posteriormente ‘policías chulavitas’, quienes lo hostigan recurrentemente y lo acusan de ser un ‘chusmero’ (guerrillero).
“Esto hace que termine muerto de un tiro de gracia y enterrado a un metro de donde le disparan. Rosalba enterarse del homicidio, pues ella no estaba en el municipio de Líbano, sino en Armero. Regresa a esta localidad y presa de la ira, primero lo sepulta, luego llega hasta su casa, agarra un machete y ve a un vecino conservador, al cual termina degollando”, destacó el investigador.
En ese momento se conoce una de sus famosas frases: “hasta aquí fui buena, aquí me tienen y jura ante Dios y ante los demás vengarse contra la policía chulavita y contra todos los conservadores que participaron en el asesinato de su esposo”.
Luego en medio de las montañas de esta municipalidad, a Rosalba la captura una patrulla del Ejército, quienes la acusan de guerrillera. A diferencia de lo que hacían con los hombres que era ejecutarlos. “Con las mujeres ejercían una violencia sexual, entonces llevan a Rosalba Velázquez ante el sargento del pelotón, quien la encierra en su cuarto y mientras este empieza a tomar aguardiente, ella finge sentirse atraída por él, luego en un descuido, toma un machete y lo decapita, le roba la carabina y se va”, narró Oscar Cardozo.
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Recibe entrenamiento militar
Luego se encuentra con dos subversivos y empieza realmente acercarse a la vida insurgente, tiene su primer entrenamiento militar. Es allí donde conoce a Richard y entabla una nueva relación con él, propiciando posteriormente un traslado hacia el corregimiento Las Hermosas.
La mujer es conocida como la Sargento ‘Matacho’, porque en una de esas andanzas con Richard, cae en un fango y al surgir toda embadurnada de barro, los guerrilleros de cuadrilla, le dicen que parece un matachín, de ahí surge el apodo de ‘Matacho’.
Y es que su cercanía con su nuevo compañero sentimental, “la lleva hasta los llanos, donde tenía operación Guadalupe Salcedo, esta relación es muy bien tejida, porque el guerrillero a diferencia de otros líderes subversivos, sostiene muy buena estimada del papel de las mujeres en la organización armada. En ese sentido la sargento ayuda en parte a la organización dialógica entre las cuadrillas en el departamento del Tolima y las de los llanos para generar procesos de organización más directa, pues este acápite de sargento gana justamente por su rol, ella fue ascendiendo dentro de la misma insurgencia hasta llegar a este grado, que es sumamente alto dentro de las filas armadas y por tener éxito en sus misiones en terreno”, destacó el investigador.
Ya en el año de 1959. Ella se entera de que William Aranguren, alias ‘Desquite’, se fuga el panóptico de Ibagué, donde se encontraba y decide ir a buscarlo uniéndose a sus filas y termina siendo su nueva pareja sentimental con quien tuvo a su última hija conocida como Cielo.
Luego en el año de 1964, en la vereda La Frijolera, municipio de Murillo, Rosalba Velázquez, la asesinan tropas del Ejército Nacional y ese mismo año es ultimado William Aranguren de varios disparos.
