El exceso en el consumo de bebidas alcohólicas genera efectos nocivos a corto y largo plazo para la salud.
Las bebidas alcohólicas suelen estar presentes en la mente de las personas cuando asisten a fiestas o reuniones sociales. Otros prefieren verlas de una manera diferente y se dedican a la cata profesional o simplemente las beben de vez en cuando.
De acuerdo con información de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2016 murieron más de 3 millones de personas a consecuencia del consumo nocivo de alcohol, lo que representa una de cada 20 muertes. Por esta razón, los llamados para un consumo responsable de bebidas alcohólicas son frecuentes.
MedlinePlus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, reseña que, para la mayoría de los adultos el consumo moderado de alcohol no es peligroso. Sin embargo, en escenarios extremos conlleva a diversos trastornos, generando graves complicaciones para la salud y el bienestar de las personas.
El trastorno por consumo de alcohol es una enfermedad que causa síntomas como:
Ansias: Una fuerte necesidad de beber.
Pérdida de control: Incapacidad para dejar de beber una vez que se comenzó.
Estado emocional negativo: Sentirse ansioso e irritable cuando no se está bebiendo.
Si bien un consumo moderado de bebidas alcohólicas no supone mayor riesgo para la salud, es importante mantener un control y no desbordarse hacia los excesos, pues el problema real consiste en lo que se conoce como atracones de alcohol.
De acuerdo con información de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), “beber en exceso incluye los atracones de alcohol, beber demasiado y cualquier consumo de alcohol por parte de mujeres embarazadas o personas menores de 21 años”.
En ese sentido, el atracón de alcohol, la forma más común de consumo de alcohol en exceso, se define como:
En las mujeres: beber cuatro o más tragos en una sola ocasión.
En los hombres: beber cinco o más tragos en una sola ocasión.
Si se llevan las cifras a un escenario semanal, se considera como beber en exceso si se presentan los siguientes escenarios:
En las mujeres: ocho o más tragos a la semana.
En los hombres: 15 o más tragos a la semana.
Teniendo en cuenta la información de los CDC, de nada serviría evitar el consumo de bebidas alcohólicas de lunes a viernes si durante el fin de semana se experimenta un atracón de alcohol.
Las Guías alimentarias para los estadounidenses definen beber con moderación como el consumo de un trago o menos al día en las mujeres y dos tragos o menos al día en los hombres. Sin embargo, algunas personas no deberían consumir ninguna cantidad de alcohol:
Las personas menores de 21 años.
Las mujeres embarazadas o que podrían estar embarazadas.
Las personas que están manejando, planeando manejar o participando en otras actividades que requieran destreza, coordinación y estar alerta.
Las personas que están tomando medicamentos recetados o sin receta médica que pueden causar reacciones adversas si se mezclan con el alcohol.
Las personas que sufren afecciones que pueden empeorar si se consume alcohol.
Las personas que se están recuperando del alcoholismo o que no pueden controlar la cantidad que beben.
Riesgos para la salud a corto plazo
Los CDC advierten que el consumo excesivo de alcohol tiene efectos inmediatos que aumentan el riesgo de muchas consecuencias dañinas para la salud. Por ejemplo:
Lesiones, como por choques de vehículos automotores, caídas, ahogamientos y quemaduras.
Violencia, como homicidios, suicidios, agresión sexual y violencia doméstica con parejas sexuales.
Intoxicación por alcohol, una emergencia médica que es ocasionada por niveles altos de alcohol en la sangre.
Comportamientos sexuales riesgosos, como tener relaciones sexuales sin protección o con múltiples parejas. Estos comportamientos pueden ocasionar embarazos no planeados o enfermedades de transmisión sexual, como el VIH.
Abortos espontáneos y muerte fetal o trastornos del espectro alcohólico fetal en las mujeres embarazadas y los bebés.
Riesgos para la salud a largo plazo
Respecto a las complicaciones a largo plazo, los CDC indican que el consumo excesivo de alcohol puede causar enfermedades crónicas y otros serios problemas, por ejemplo:
Alta presión arterial, enfermedad cardiaca, accidentes cerebrovasculares, enfermedad del hígado y problemas digestivos.
Cáncer de mama, boca, garganta, laringe, esófago, hígado, colon y recto.
Problemas de aprendizaje y memoria, como demencia y bajo rendimiento escolar.
Problemas de salud mental, como depresión y ansiedad.
Problemas familiares, problemas relacionados con el trabajo y desempleo.
Dependencia al alcohol o alcoholismo.