Donald Trump hizo historia al convertirse en el primer expresidente de Estados Unidos en ser juzgado bajo acusaciones penales. Enfrentado a 34 cargos por delitos graves en un tribunal de Nueva York, el republicano argumentó que es víctima de un sistema de justicia penal armado en su contra.
El primer juicio penal contra un expresidente de Estados Unidos dio inicio mientras Trump busca regresar a la Casa Blanca, lo que crea un notable espectáculo de dos pistas del virtual candidato presidencial republicano, que alterna sus días como acusado y en campaña por la presidencia. Ha combinado esos roles durante el último año al presentarse en mítines y en las redes sociales como víctima de procesos penales por motivos políticos con el fin de descarrilar su candidatura.
“Es una farsa. Es una cacería de brujas política. Sigue y sigue por siempre”, dijo Trump al salir del juzgado, en donde se sentó en la mesa de los acusados junto a sus abogados.
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Después de una presidencia que rompió las normas y que se vio ensombrecida por años de investigaciones, el juicio equivale a un ajuste de cuentas histórico para Trump, quien ahora enfrenta cuatro actas acusatorias por delitos que van desde tener en su poder documentos confidenciales hasta conspirar para anular una elección.
La suerte del multimillonario republicano de 77 años estará en manos del jurado de 12 miembros y seis suplentes que empezaron a ser seleccionados este lunes de entre unos 500 potenciales candidatos. Sus miembros emitirán un veredicto unánime al cabo de un proceso que se calcula puede durar hasta dos meses.
De los primeros 96 candidatos que entraron en la sala del Tribunal Supremo de Manhattan, más de medio centenar dijeron que no serían imparciales y fueron excusados antes del fin de la primera jornada.
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