Se suele usar el término de reactividad en reemplazo de agresividad, este es un problema de comportamiento ligado al sistema nervioso en el que la mascota reacciona de manera exagerada a cualquier estímulo.
Muchas veces es difícil comprender el comportamiento de nuestro fiel amigo y no sabemos cómo actuar ante situaciones que de pronto nos ponen en aprietos debido a su reactividad, es por eso que Daniela Aramburo Rivera, Medica Veterinaria y Zootecnista, profesional de desarrollo técnico de Gabrica nos explica qué significa esta condición, cómo se manifiesta y cuál es la mejor manera tratarla.
Se suele usar el término de reactividad en reemplazo de agresividad, este es un problema de comportamiento ligado al sistema nervioso en el que la mascota reacciona de manera exagerada a cualquier estímulo. “En ocasiones el perro manifiesta la reactividad con miedo o timidez, se esconde o huye y el estado de excitación puede ser tan alto que es muy difícil llevarlo a la calma” explica Daniela.
En ocasiones la reactividad va relacionada con la frustración, este caso es evidente cuando por ejemplo en los paseos cotidianos al parque, el amo le impide al perro, por medio de la correa, saludar otros perritos o explorar otros espacios, “el origen es neurológico, el perro reacciona muy rápido a los estímulos y tardan en tranquilizarse” agrega la experta.
Para identificar si el peludo es reactivo, es importante observar su comportamiento ante los estímulos; si reacciona de forma exagerada, por ejemplo con mucho miedo ante el sonido de un trueno o irritabilidad ante la presencia de otros perros, llevándolo a la desesperación con ladridos exagerados, puede que la mascota esté padeciendo de esta condición.
La irritabilidad, la agresividad y el miedo son formas en las que se manifiesta la reactividad pues los tres son estados comportamentales que se pueden dar de manera exagerada ante algún estímulo “estas reacciones pueden darse debido a traumas pasados del animal y pueden llevarlo al vómito, micción, hipersalivación y dilatación de pupilas, estas no son más que manifestaciones cuyo origen se encuentra en el sistema nervioso”.
La reactividad depende de muchos factores y para su tratamiento es importante la revisión de un especialista veterinario o etólogo, quien diagnostica a la mascota y evalúa el estado del paciente. Si este comportamiento va relacionado con el miedo, trauma, ambiente o cualquier variable que puede incidir, por lo que “el tratamiento también puede variar luego de la evaluación de todos los componentes que actúan de manera directa o indirecta en el comportamiento del perro” añade la profesional.
Existen productos que ayudan a mejorar el comportamiento del perro como por ejemplo el triptófano el cual estimula la producción de serotonina, sustancia que permite la tranquilidad y el confort o las esencias de flores de bach que pueden ir dirigidas al hacia el mejoramiento del comportamiento específico que tenga la mascota, las feromonas sintéticas como adaptil en difusor o collar también pueden ayudar con comportamientos y síntomas de: estrés, ansiedad, miedo. Vale aclarar que toda formulación, por supuesto, dependerá del criterio del experto luego del diagnóstico.
Cambios en el ambiente sin necesidad de fármacos pueden disminuir también el estrés o comportamientos reactivos, paseos en espacios donde la mascota se sienta tranquila, cambiarle quizá un mueble, tener un mayor acercamiento con él, asesorarse y realizar actividades de socialización, pueden ser mecanismos que mitiguen los comportamientos reactivos y generen bienestar.