Cerca de 400 casos confirmados o sospechosos en al menos 22 países no africanos, incluido Argentina tienen en alerta a los científicos. España y el Reino Unido tienen hoy los brotes más grandes jamás registrado fuera de África.
El surgimiento de los brotes en regiones apartadas de varios países y el vínculo inexistente entre varios países aumenta la posibilidad de una transmisión local no detectada del virus. “Necesitamos actuar con rapidez y decisión, pero aún queda mucho por aprender”, dice Anne Rimoin, epidemióloga de la Universidad de California en Los Ángeles, que junto a otros colegas internacionales ha estudiado la viruela del simio en la República Democrática del Congo durante más de un año y brinda 4 claves para conocer más de esta enfermedad rara.
La información más importante que han obtenido hasta ahora es que cada una de las secuencias se parece mucho a la de una cepa de viruela del mono que se encuentra en África occidental. La cepa es menos letal (tiene una tasa de mortalidad inferior al 1 % en las poblaciones rurales pobres) que otra que se ha detectado en África central y tiene una tasa de mortalidad de hasta el 10%.
Las secuencias actuales son muy similares a las de algunos casos de viruela del simio que surgieron fuera de África en 2018 y 2019 y que se vincularon con viajes a África occidental. La explicación más simple es que la persona que tuvo el primer caso no africano este año, que aún no ha sido identificado, se infectó a través del contacto con un animal o un ser humano portador del virus mientras visitaba una parte similar de África, dice Bernie Moss, un virólogo del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas en Bethesda, Maryland.