En Colombia esta especie se encuentra en peligro de extinción, según el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible.
La Armada de Colombia logró liberar en su hábitat natural a 640 tortugas Terecay en la laguna La Venturosa, zona rural del municipio de Puerto López, Meta. La actividad fue planeada, coordinada y ejecutada con la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Área de Manejo Especial La Macarena (Cormacarena), la Policía Ambiental, la Alcaldía municipal y el Colegio Agropecuario local.
Para evitar su caza indiscriminada, estas especies habían sido recuperadas por un habitante de la región, quien realizó el seguimiento y monitoreo de cada uno de los huevos hasta su eclosión. Luego de tres semanas de nacidas, fueron trasladas por el personal de la Armada de Colombia, en compañía de funcionarios de Cormacarena, la Policía Ambiental, la Alcaldía municipal de Puerto López y el Colegio Agropecuario local hasta la laguna La Venturosa, donde fueron liberadas y devueltas a su hábitat natural, siguiendo todos los protocolos establecidos para su protección.
La tortuga Terecay, conocida científicamente como “Podocnemis unifilis”, se encuentra en las cuencas y lagos de la Amazonia y la Orinoquia en países como Brasil, Colombia, Ecuador y Venezuela. En nuestro país, habitan en los departamentos del Amazonas, Arauca, Caquetá, Casanare, Guainía, Meta, Putumayo, Vaupés y Vichada, así como en las zonas hidrográficas de los ríos Amazonas y Orinoco.
Esta especie es abundante en Colombia, según Cormacarena este tipo de tortuga es usado ilegalmente como mascotas, son objeto de caza indiscriminada para el consumo humano de sus huevos y su grasa es extraída para la elaboración de aceites y ungüentos con fines medicinales. Por este motivo el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, según la resolución 1912 del 2017, incluyó esta especie dentro de las especies en peligro de nuestro país.
Esta especie es cazada ilegalmente en el territorio nacional para ser tenida como animal de compañía, en las comunidades indígenas que aún mantienen sus tradiciones culturales, la tortuga terecay es protagonista de mitos, leyendas y su caparazón es utilizado como instrumento musical en ciertos rituales de esta población.
Su plano cuerpo y aletas están perfectamente adaptados a las condiciones de la vida marina, es por ello que es un buen nadador, ya que pueden alcanzar velocidades de 24 km/h y se han registrado desplazamientos de hasta 1,8 km. Pueden sumergirse hasta 70 metros por más de 80 minutos.
Las tortuga carey adultas miden entre 60 y 90-100 cm de largo en el caparazón y entre 50 y 80 kg de peso. Este caparazón es de color combinado con claros y oscuros en amarillos y marrones. Su forma es de corazón, pero conforme maduran, se hace más alargado hasta llegar a una figura oval. A diferencia de las demás especies de tortuga, este llamativo caparazón está conformado por gruesas placas que se superponen, creando una circunferencia que simula unos afilados dientes de cuchillo o una sierra. Su mandíbula tiene forma de pico, por lo que también es parte de sus rasgos distintivos.
