Por: José Eliseo Baicué Peña
El concepto de cultura ciudadana surgió en la década de los sesenta luego de un estudio realizado por sociólogos ingleses, franceses y norteamericanos que tenía el propósito de profundizar teorías sobre reproducción cultural. En Colombia esta expresión está ampliamente asociada a Antanas Mockus, quien fue alcalde de Bogotá en dos oportunidades.
Luego de 1995, año inicial de su primer mandato, en la capital del país se comenzó a dar un cambio sustancial a raíz de la implementación de esta política sustentada en la reinvención del espacio común y en un repensar del tema de ciudadanía rebasando la noción de lo público y de lo privado.
Hay que decir, que durante sus dos administraciones, y hasta la fecha, la expresión Cultura Ciudadana ha continuado haciendo presencia en diferentes contextos del país. En unos más que en otros. Diferentes políticos adoptaron esta política y la aplicaron en sus programas de gobierno y en sus planes de desarrollo. También en proyectos y en agendas culturales, en sistemas pedagógicos y en ambientes laborales. En fin, se dio una resignificación del concepto de cultura y de espacio común.
Todo esto introdujo una ética ciudadana que debía orientar la política hacia un bien común. Es decir, que su resultado sea el merecimiento de fines que beneficien a toda la sociedad.
Hoy, muchos motociclistas parecen ignorar esto, parecen desconocer las normas de tránsito, o simplemente, solo les interesa comportarse para sus fines particulares. Ignoran los beneficios colectivos. Ignoran la organización de una ciudad. Desacatan el debido comportamiento ciudadano.
Con ello, no solo invaden la ruta de los ciclistas, quienes también tienen derechos, sino, que están causando incidentes y accidentes a peatones y a ciclistas. Están generando caos. Y no veo ninguna medida que contribuya a minimizar esta situación, o, por lo menos, a que se hagan merecedores de comparendos pedagógicos.
Estos motociclistas están generando más caos vehicular, más trancones y más problemas en la movilidad. Es preciso que se tomen medidas al respecto. Es preciso que haya más agentes de tránsito, más policías, y más ciudadanos que exijan el buen comportamiento de estas personas en su desplazamiento por la ciudad en estos velocípedos. Y, por supuesto, más ciclistas que hagan respetar su espacio y su derecho.
Ayudemos a mantener una mejor movilidad en Neiva. Que vuelva esa cultura ciudadana. Ello se traduce en una mejor ciudad. La capital se lo merece.