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2020, el ‘trago amargo’ de la industria de licores

Feb 2, 2021

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Por: Rolando Monje Gómez

Las restricciones que se han venido generando con la emergencia sanitaria del Covid-19 en Colombia, como la ley seca y el cierre de discotecas y bares, la industria de licores se ha visto afectada.

De acuerdo con la Asociación Colombiana de Industrias Licoreras (Acil), mientras en un año sin pandemia las fábricas de los departamentos vendían alrededor de 80 millones de botellas, en 2020 esta cifra se redujo en un 31% en sus ventas.

Sobre este impacto también se refirió la Federación Nacional de Departamentos ya que los entes territoriales dejaron de percibir $335.000 millones en recaudo del impuesto al consumo de licores en los tres primeros trimestres del 2020 comparado con 2019. Entre el Valle, Antioquia, Bolívar, Cundinamarca y Boyacá concentran 48% de estas pérdidas, que equivalen a $163.200 millones.

Esta reducción no solo afecta a los empresarios sino también al Estado, pues muchos departamentos dependen de los recaudos que generan los impuestos pagados por la industria licorera. Además, creen que es importante que el Gobierno tanto nacional como local, comience a tener más en cuenta las afectaciones que les ha traído a ellos y al entretenimiento.

De acuerdo al balance de Acil el 2020 fue negativo ante una situación impensable e impredecible, perjudicando así a las empresas licoreras que pertenecen a los departamentos, por una situación mundial que no tiene una solución particular que se pueda abordar solo desde Colombia, pese a los esfuerzos que han hecho las autoridades.

El resultado de las industrias licoreras ha sido más complejo, como quiera que el mundo del entretenimiento, al que está relacionado el consumo de licor, ha sido uno de los más golpeados y, ha impactado negativamente no solo a las empresas nacionales del ramo si no a toda una cadena de servicios asociados a las industrias licoreras.

El aguardiente presentó una disminución en el número de botellas vendidas a los distribuidores del 47% y en ron del 27%.

En un año normal las licoreras venden unos 80 millones de unidades, y el año pasado las ventas totales solo fueron 55 millones de botellas. Eso quiere decir que se vendieron cerca de 25 millones de botellas menos.

De acuerdo con Acil, gremio que agrupa a las licoreras, el aguardiente fue el producto más afectado, pues tuvo una contracción de ventas a distribuidores de 47,5%, al pasar de 53,7 millones de botellas a 28 millones. Esto se dio porque el producto era el preferido para tomar en conciertos y discotecas, espacios que, hasta la fecha, no se han podido reactivar. La industria del entretenimiento representaba 40% de las ventas.

Colombia cuenta con siete fábricas de licores, que pertenecen a los departamentos de Antioquia, Caldas, Cundinamarca, Valle, Meta, Cauca, Tolima y Boyacá, y hay otros departamentos como es el caso de Huila, que no tienen fábrica, pero venden productos que fabrican otros, pero todos terminan afectados por las ventas de licores, porque hay impuestos que se pagan a todos los departamentos. Aunque no haya fábrica de licores cada venta que se haga de producto nacional o importado en un departamento tiene la destinación de los impuestos al consumo y ad valorem para el departamento.

La medición que se hace es de las ventas de las fábricas a los distribuidores. Las variaciones en ventas se tienen registradas en la Asociación Colombiana de Industrias Licoreras que muestran que en el acumulado a octubre del año pasado los departamentos más afectados fueron Cundinamarca y Antioquia, seguidos por Tolima, Boyacá y Meta.

El gremio tiene sus reparos con las instituciones y el Gobierno Nacional, con las que ha sido solidario, por las medidas puntuales que se han tomado en cada departamento o municipio del país. La industria del entretenimiento ha sido muy estigmatizada, y consideran debe haber una intervención con cada municipio o departamento para que esas medidas que pretenden mantener el distanciamiento social se revisen.

No comparten las leyes secas, los toques de queda, consideran que las prohibiciones conducen a la ilegalidad. El aislamiento inteligente frenó toda la dinámica de los restaurantes y gastrobares.

El impacto de todas estas medidas golpea al turismo, los restaurantes, la hotelería y, considera Acil, que los toques de queda y las leyes secas son normas que deberían conciliarse adecuadamente en las diferentes regiones.

El resultado ha sido más complejo, debido a que sus mayores compradores son bares, discotecas, restaurantes y lugares de entretenimiento han sido fuertemente afectados, incluso, según el Dane el 30% de establecimientos de este tipo se vieron perjudicados con el cierre total.

Las cifras de la industria

La Fábrica de Licores de Antioquia, por ejemplo, patrocinadora de varios eventos y su producto Aguardiente Antioqueño es líder en el mercado y que también produce y distribuye el Aguardiente Doble Anís, el licor tradicional del departamento del Huila. Sin embargo, la comercialización de la FLA en 2020 disminuyó más de la mitad en esta categoría, pues pasó de 24 millones de botellas en 2019 a 11,5 millones.

La Licorera de Cundinamarca fue la más golpeada. Las ventas a comercializadores disminuyeron 72% y cayeron a 3,7 millones de botellas, cuando en 2019 fueron 13,7 millones. En contraste, la Licorera de Cauca tuvo un crecimiento de 4,3%.

Acodres reportó que en 2020 cerraron 48.100 establecimientos, mientras que Asobares registró la clausura de 20.000 bares y discotecas. Esta situación afectó el consumo de ron y aguardiente, que contrario a lo que se pensaba, no pasó a los hogares.

Con la disminución en la venta de licores, como en el caso del Aguardiente Doble Anís, los que más se ven afectados son los departamentos que derivan parte de su presupuesto de su comercialización.

Con la disminución en la venta de licores, como en el caso del Aguardiente Doble Anís, los que más se ven afectados son los departamentos que derivan parte de su presupuesto de su comercialización.

Aunque las personas pueden consumir licor en sus hogares, éste no será ni cercano al que se hacía tradicionalmente en la industria del entretenimiento como bares, discotecas o conciertos. Además, las restricciones en enero no permitieron una reactivación total del sector por lo que las expectativas para 2021 son muy pesimistas por el rebrote que hay que controlar, la incertidumbre de abrir y cerrar que está causando mucho daño.

Entre tanto, las ventas de ron cayeron 27%. En 2019 se comercializaron 35,8 millones de botellas y el año pasado 26,1 millones. En esta categoría, la licorera que más cayó fue la de Valle del Cauca (-71,7%), seguida por la de Antioquia.

Por otro lado, la comercializadora Dislicores también señaló que el aguardiente y el ron son los productos más afectados durante la pandemia y que las categorías ganadoras de la coyuntura son el vino y la cerveza importada.

Por el momento, al igual que otros muchos sectores, solo se dará una recuperación cuando empiece el proceso de vacunación, lo que tiene intranquilos a muchos sectores.

Todavía hay mucha incertidumbre, y sería prematuro de parte nuestra pensar que la industria va a tener un buen comportamiento, siquiera a mediano plazo, creo que hay que manejar una adecuada interlocución con las autoridades, para que se logre una reapertura inteligente.

De este sector dependen muchas personas, no solamente los empleos directos de la fábricas, sino el sector completo como el mundo del entretenimiento y los negocios relacionados a esta cadena productiva.

El Doble Anís

Un año después de la firma de la concesión del Aguardiente Doble Anís con la Fábrica de Licores de Antioquia (FLA) en 2014 las ventas se dispararon a más de 2 millones de botellas de 750 mililitros. Las utilidades pasaron de un 10,5 por ciento al 18 por ciento, representando un incremento importante para los ingresos del departamento.

Las cuentas en este primer año arrojaron una participación de 18.000 millones de pesos y una utilidad de 7.000 millones con un total de ingresos a las rentas por 25.000 millones. La cuota mínima de 1’500.000 botellas de 750 mililitros fue superada de manera significativa si se tiene en cuenta que durante la ejecución del primer año se vendieron más de 2 millones de botellas.

En julio los ingresos de la FLA habían disminuido 39 % y las operaciones comerciales en 46 %, esto en razón al golpe que significó el cierre de bares y restaurantes y la prohibición de realizar eventos masivos.

En 2020 la FLA confirmó el manejo de la producción, comercialización y distribución del aguardiente Doble Anís, partiendo de un valor base para el inicio de la concesión en el año 2020, de $32.905 por botella de 750 centímetros cúbicos de aguardiente Doble Anís tradicional el concesionario paga alrededor de 6.285 pesos por cada unidad vendida, generando ingresos por 9.427 millones de pesos anuales, 37.709 millones de pesos durante los cuatro años de la concesión, sin incluir los ajustes anuales del IPC.

El Departamento recibiría en los cinco años de la concesión ingresos por 142.282 millones de pesos aproximadamente, que corresponden a los ingresos por participación y una utilidad ofrecida del 19,1% por cada unidad vendida.

La venta de licores aporta el 7% en promedio al financiamiento regional. El Doble Anís y su utilidad, representan en promedio el setenta y seis por ciento (76%) de los licores estimados en el periodo.

Doble Anís está presente en los 37 municipios del Huila. Más de la mitad de las ventas (55% ) durante el 2018 se concentraron en los municipios de Neiva y Pitalito.

Así les fue a las licoreras del país en 2020 frente a 2019.

Así les fue a las licoreras del país en 2020 frente a 2019.

Cifras destacadas

335 mil millones de pesos han dejado de recibir los departamentos en impuestos al consumo de licores el año anterior

5,8 litros de alcohol es el consumo per cápita en Colombia de licor, según datos de la OMS.

89,5 millones de botellas de licor produjeron en 2019 las empresas licoreras de los departamentos del país

Las ventas de aguardiente cayeron 47% y los rones el 27%, en 2020.

La producción de licores se redujo 47,3% frente a 2019, mientras en este período se produjeron más de 7,2 millones de botellas.

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