Diario del Huila, Crónica
Por Hernán Guillermo Galindo M
A la edad de 79 años, la muerte sorprendió a Jorge Barón Lamus, considerado el padre de la lucha olímpica en el Huila. El profesor, técnico y deportista, dejó de existir por causas naturales en la clínica de Emcosalud de la ciudad de Neiva, este miércoles en las horas de la tarde, le confirmó a Diario del Huila, Julio Cesar, uno de sus hijos.
Jorge Barón Lamus, nacido el 17 de julio de 1943 en la ciudad de Bucaramanga, perdió la batalla contra la muerte este miércoles a las 2:30 de la tarde en la Clínica de Emcosalud de la ciudad de Neiva. Aunque el dictamen medico dice que su deceso se produjo de manera natural, desde hace unos años le habían diagnosticado un cáncer de piel.
Quienes tuvimos la oportunidad de conocer a Jorge Barón Lamus, supimos de su carácter fuerte como buen santandereano, de su disciplina en lo que hacía y la exigencia que imprimía a quienes orientaba en la practica de la Lucha Olímpica que construyó en los años 70 en Neiva, previo a los Juegos Nacionales del 80 con sede en la capital del Huila.
Pero detrás de ese hombre recio de carácter se descubría a un ser noble, jovial que le gustaba compartir y departir con sus pupilos y amigos.
“Mi padre Jorge Barón Lamus fue el que trajo el deporte de la lucha olímpica al Huila hace 50 años. Eso nos marcó a mi hermano y a mí, primero para hacer todo el proceso en esta disciplina deportiva y luego en el camino para ser jueces internacionales de la lucha olímpica”, recuerda Julio Cesar, uno de sus hijos, en medio del profundo pesar que le produce la muerte de su padre.
Semblanza
Jorge Enrique Barón Lamus. Santandereano de nacimiento, pero Opita por adopción, su carrera profesional la desarrolló en el departamento del Huila.
Formado como luchador en su adolescencia en la ciudad de Bucaramanga, se desempeñó como monitor en la Universidad Industrial de Santander. La experiencia en este club lo llevó a formar la Liga de Lucha de Santander y ser nombrado entrenador para los Juegos Nacionales de Ibagué 1970, donde obtuvo excelentes resultados, ganando él mismo medalla de oro.
Estos resultados llamaron la atención de la Federación Colombiana de Lucha y fue llamado como asistente del entrenador japonés Zutumo Hanahara, para preparar el equipo colombiano en los Juegos Panamericanos de Cali en 1970.
Con este historial deportivo, en 1973, el señor Alberto Díaz Gasca director de la Junta Administradora de deportes lo llamó para que preparara a los luchadores huilenses con miras a participar en los Juegos Nacionales de 1978.
Su trabajo en Neiva lo comenzó en las instalaciones del estadio de baloncesto Roberto Urdaneta Arbeláez, en cuyos alrededores los muchachos se reunían a practicar fútbol, de entre estos prospectos, salió Álvaro Bonilla Córdoba, uno de sus alumnos más aventajados. Profesor y alumno representaron al Huila en los Juegos Nacionales de Pereira 1974, el profesor Barón ganó la medalla de plata y Álvaro un bronce convirtiéndose en el primer luchador nacido en el Huila en ganar medalla en unos Juegos Nacionales.
La condición de local ayudó a la consecución de 27 medallas en los Juegos de Neiva. La lucha bajo la orientación del profesor Jorge Barón, dio al departamento 7 preseas doradas, 5 de plata y 1 de bronce, con los deportistas Edgar Triviño, Héctor Trujillo, Miguel Ipuz, Luis Alberto Trujillo y Ramiro Andrade.
Dolor de familia
Julio Cesar Barón Sierra, recordó cómo su padre desde niños les enseño la disciplina y la entrega para alcanzar las metas como lo han hecho en el deporte de la lucha Olímpica. “Jorge Barón Lamus, mi padre era el hombre más grande del mundo”, dice con voz entrecortada. “Es uno de los precursores de la lucha en el Huila y Colombia, como legado me deja la disciplina, el compartir en lo deportivo y en familia, proyectarme como arbitro internacional de lucha, conocer muchos países, ser lo que soy”, dice.
Comenta que Jorge Barón Lamus, se había deprimido con la muerte de doña Sonia Ester Sierra, su esposa, que se produjo en enero de este año. Y reflexiona que el Huila quedó en deuda sobre el verdadero reconocimiento por el aporte que le hizo al deporte de la región.
La desaparición de este hombre del deporte, produjo toda clase de voces de pesar como la de Jaime Monje, presidente de la liga de gimnasia en el Huila, quien envió un mensaje de condolencia a la familia del que fue su amigo por muchos años.
Los deportistas, muchos de los cuales fueron sus pupilos, se unieron a esas voces; Los hermanos Miguel y Julián Ipuz, se sumaron a ese sentimiento de pesar.
Al cierre de esta edición no se conocían detalles en torno a sus exequias a las que asistirán todos deportistas que ayudó a forjar, como quiso que fuera despedido, comento su hijo Julio Cesar Barón.
En lo personal, solo me queda decir; ¡Adiós amigo, hasta siempre!