DIARIO DEL HUILA, HOMENAJE
Por: Rolando Monje Gómez
Aunque desde hace varios años se encontraba retirado de los medios de comunicación, la noticia del fallecimiento de Alejandro Saavedra Rojas, el domingo anterior, cayó como un ‘baldado de agua fría’, entre todos los que lo conocimos y nos preciamos de ser sus amigos.
Y es que Alejandro, el reportero gráfico de toda la vida en Diario del Huila, era un ser muy especial, apasionado de su trabajo, un amigo leal y comprensivo y amante de la vida familiar.
‘Alejo’, como todos le decíamos o ‘Alesaro’ como él se hacía llamar, tenía al momento de su partida 68 años de edad. Había nacido en Girardot Cundinamarca, pero desde muy niño llegó a la ciudad de Neiva junto a sus padres Jorge Enrique Saavedra y Georgina Rojas.
Estaba casado con la profesora Gloria Sepúlveda González, de cuya unión nacieron cuatro hijos: Heyler Alexánder, Edwin, Edisson y Alejandro Saavedra Sepúlveda. Alejandro ya era abuelo de un buen número de nietos.
Siendo adolescente ingresó a trabajar como ayudante de impresión y luego fue cuando se dedicó a la fotografía, trabajo al que le dedicó más de 40 años, hasta el momento de su jubilación.
Alejandro terminó convertido en un símbolo para Diario del Huila, era un sello de calidad para la empresa, apoyó a muchos periodistas que hacían sus pinitos y se convirtió en la ‘mano derecha’ de aquellos que ya tenían un recorrido. Conocido no solo en los medios, sino en muchas entidades, privadas y oficiales, por su trabajo y su particular forma de ser.
Ayer fue despedido por sus colegas, amigos, familiares, con una calle de honor cuando el coche fúnebre hacía su salida del Hospital Universitario, rumbo a Jardines El Paraíso.
Así lo recordamos
Diario del Huila quiso conocer anécdotas y opiniones que sobre Alejandro Saavedra tienen muchos de sus colegas y amigos con quienes compartió. Aquí les presentamos unos pocos, porque son muchísimos los que nos faltaron.
Marcos Ramírez, trabajó en Diario del Huila como editor social. “De Alejandro tengo los mejores recuerdos. Desde mi ingreso al Diario siempre fue un maestro con un genio único e inigualable. A todos los que tuvimos la fortuna de conocerlo nos enseñó desde cómo hacer noticia, que ángulo debíamos tomar la foto y muchas veces hasta como titular. Recuerdo que me llamaba la atención por los titulares ‘Muy Chimbos’ decía entre risas. El Huila pierde a un gran maestro de la fotografía y el periodismo y solo me quedan los buenos recuerdos y consejos que nos daba a todos los de esa generación del periodismo huilense. ¡Gracias por tanto Alejandro!”
Fabián Hernández, periodista en Diario del Huila. “Fue además de mi compañero de trabajo, amigo y confidente. Fundamental para que pudiera desarrollar el olfato para estar en el momento indicado en la ocurrencia de un hecho noticioso. Recibí siempre de la mejor manera sus consejos, también sus regaños y llamados de atención. Era siempre el primero en llegar y el último en marcharse. Me dijo que para conseguir chivas había que ser paciente, ganarse la confianza de las fuentes y siempre actuar con cautela. En el año de 1999 cuando mi hija nació, fue la primera persona que llegó a la clínica para conocerla y felicitarme. Lo extrañaré mucho”.
Alfredo Rubio Godoy fue jefe de Redacción del Diario. “Alejo era incansable, no conocía el miedo, día tras día entregó lo mejor de sus capacidades al periódico. Ninguno, como él, estaba tan pendiente de cada detalle; más que fotógrafo, fue el alma del Diario. En mi caso, siempre conté con él; por eso, conservo los mejores recuerdos del amigo y compañero de labores”.
El ‘Maestrazo’
Jaime Arbeláez, periodista, trabajó un corto tiempo en Diario del Huila. “De Alejandro llevo siempre el recuerdo de su carácter, sinceridad, amistad, lealtad, compromiso permanente con el trabajo, el oficio y su Diario. Por eso, puedo afirmar con seguridad que se anticipó años a la labor del comunicador completo: sabía de fotografía, de la foto-noticia; cuál era el ‘ají’ noticioso del hecho, cómo enfocarlo y hasta titularlo. Y si le hubiéramos dado la oportunidad, hasta rectaría el texto. ‘Maestrazo’”.
Pilar Rodríguez, trabajó en sus primeros años como periodista en Diario del Huila. “Me da mucho dolor la partida de Alejo, fue para mí un gran compañero de trabajo, se caracterizaba por cuidar a sus periodistas, no nos dejaba solos en los momentos que teníamos que hacer notas fuertes. Además de ser el reportero gráfico del periódico fue un amigo, cuando éramos nuevos en nuestro trabajo, él era el que nos presentaba a las fuentes y a las personalidades de la región”.
Míller Eduardo Cortés, fue periodista en Diario del Huila. “Alesaro fue quizás el primer profesor de periodismo para muchos en el periódico, mientras íbamos de parrilleros en su moto o al lugar de la noticia, nos daba cátedra de reportaría, entrevistas, fotografía, enfoque y hasta de titulación. Su experiencia y su particular genio, le permitía hablar con propiedad en los consejos de redacción y opinaba con firmeza sobre cómo salió la edición del día y de los temas propuestos para el periódico del siguiente día”.
Ivonne Estrella, se inició en Diario del Huila como periodista. “De Alejandro puedo decir que aunque era una persona poco efusiva y que no demostraba sus sentimientos, era un bello ser humano, que se involucraba y se comprometía con las causas sociales que lo impactaban, así ayudó a muchas familias que en principio hacían parte de las historias del Diario del Huila y luego de su vida y la de su familia. También era un hombre de hogar y una persona muy sabia, y daba consejos no para el momento, sino para toda la vida. Él personalmente me motivó a trabajar y ahorrar para tener mi casa propia y así lo hice. Cuando la adquirí fue el primero que se enteró”.
Las mil manillas
Sandra Grijalba, periodista en Diario del Huila. “De Alejo Saavedra tengo los mejores recuerdos. Cuando regresé al Huila en el año 2005, entré a conformar el grupo de periodistas del Diario del Huila. Hacía con Alejo los recorridos del medio día en su motocicleta y me ayudaba con los nombres de las personas que no conocía, para completar mis páginas sociales. Recuerdo muy especialmente cuando estaba de finalista para los premios Reinaldo Matiz y nosotras le decíamos que si ganaba, tenía que ir muy “churro” y que se quitara todas las manillas que tenía en su muñeca. Dijo que si ganaba, lo hacía. Cuando supo que él era el ganador, se mandó a peluquear y nosotras le ayudamos a quitar las manillas con tijeras, para que fuera a recibir su premio muy guapo y elegante”.
Dihnora del Pilar Montañez, periodista por varios años en el Diario. “Era un señor que amaba su profesión. Cuando inicié a trabajar con el Diario, en aquella época había dos fotógrafos y Alejo era uno de ellos. Recuerdo que a veces me acompañaba a realizar algunas entrevistas a personajes políticos y a veces cuando terminábamos él también quería preguntar. Decía es que yo tengo espíritu de periodista. En otras ocasiones íbamos en su moto muy rápido al lugar donde ocurrió la noticia. Y le decía «maneje con calma Alejo». Me respondía yo manejo bien y rápido porque vamos por la chiva de la noticia. Quedan muy buenos recuerdos”.
Mónica Medina, fue periodista y correctora del periódico. “La verdad, yo trabajé con él un año, tal vez. Cuando fui periodista. Ya como correctora, mi contacto con él era indirecto. Sin embargo, pienso que fue uno de los personajes más representativos de Diario del Huila. Tantos años al servicio de ese medio lo convirtieron en un símbolo. Muy seguramente, cuando llegaba a algún lugar, a cubrir alguna noticia, sobresalía y era reconocido por encima de cualquier periodista que estuviera con él. Siempre lo veía sonreír. Siempre lo tuve en mi mente como una persona amable, colaboradora y trabajadora”.
Bomba mata cumpleaños
José Édgar Álvarez, fue editor social de Diario del Huila. “Recuerdo que salíamos de hacer un cubrimiento social como a las 7:30 p-m- del Club de Jardinería. Él recibió una llamada de un petardo que había detonado en el Club del Norte. Íbamos a otro evento social y me dijo: ‘No hay nada que hacer papá, bomba mata cumpleaños, es la foto de primera. Efectivamente me fui con él en la moto y justo cuando llegamos detonó otro artefacto cerca de nosotros, muy cerca. Del susto porque nos estábamos bajando parqueando la moto, salimos corriendo y unas esquirlas le lastimaron el pie. Ya después me dijo, ‘casi la foto de primera somos usted y yo’”.
Martha Lucía Monsalve, fue por muchos años editora de las páginas regionales. “Son tantos los recuerdo que tenemos de él, pero sobre todo el acompañamiento que nos hacía con Hernando González cuando cubríamos desastres naturales y Alejandro les daba alientos a las personas, les decía que la vida nos ponía obstáculos que teníamos que vencer. Era un trabajador muy profesional, esa humanidad tan linda es uno de los mayores recuerdos que tengo. Aunque no era muy expresivo siempre tenía una voz de aliento.
Martha Sánchez Gaona, aunque no trabajo en la Sala de Redacción sí compartió con él muchos años en la empresa. “Como compañero de tantos años, fue un compartir de verlo entrar y salir con su cámara, muy entregado a su trabajo. Era muy callado, compartía mucho con los periodistas”.
Fernando Polo, no trabajaron juntos, pero por muchos años fueron rivales en las chivas. “Son muchas las anécdotas que nos unen, muy triste por su partida, juntos desde medios diferentes cubrimos muchos eventos. Siempre llegábamos los dos a los sitios, pero siempre existió el respeto por el trabajo del otro”.
Francia Cecilia Santos, laboró en la parte administrativa y algún tiempo estuvo en Redacción como correctora. “Él fue muy especial conmigo, tomó las fotos de mi matrimonio y me las regaló, recuerdo cuando la esposa viajó a Estados Unidos, sentía que no iban a vivir más juntos, era mi confidente, le contaba mis cosas. Tengo muy buenos recuerdos de él, un gran agradecimiento por haber sido tan especial conmigo”.