Diario del Huila

Adiós a un grande del deporte huilense

Jul 31, 2021

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Por: Hernán Galindo

Rodeado del amor de su familia, Alberto Díaz Gasca, ex integrante de la Aplanadora Opita, falleció por causas naturales el pasado jueves 29 de julio a sus 91 años de edad, los quebrantos de salud de los últimos 3 meses hicieron que la luz de esta gloria del deporte huilense poco a poco se fuera apagando.

La “Aplanadora Opita”, fue un equipo que marcó una de las etapas más victoriosas del deporte huilense en materia de baloncesto.

En 1952, del 5 al 16 de diciembre, Neiva fue sede del Campeonato Nacional de Baloncesto y allí el Huila conquistó por primera vez el máximo título, pues en 1951 había ocupado el cuarto puesto en la ciudad de Ibagué. El equipo que presentaría “la Aplanadora Opita”, estaba conformado por los jugadores, Reinel Rojas, Alberto Díaz, Luis Ernesto Cantillo, los hermanos Andrés y Jorge Martínez, Germán Andrade, Gerardo Pino, Álvaro Leiva, Abraham Tovar, Jaime Liévano, Pedro Rivera, Omar Laverde, Lester Lozano y Luis Eduardo Rivera; todos estos bajo la dirección de Fortunato Muñoz.

Una de esas leyendas del Baloncesto y del deporte en Colombia en los años 50, Alberto Díaz Gasca se apagó esta semana. Alberto Díaz Gasca murió rodeado del cariño de su familia y con él se cierra poco a poco el capítulo que escribió ese grupo de connotados deportistas de élite que produjo el Huila a mediados del siglo pasado. Pero, así como van dejando de existir, crece la leyenda del baloncesto y de “la Aplanadora opita”.

Deportista y ser humano excepcional

Alberto Díaz Gasca, nació en Altamira, Huila en el año 1929, hijo de doña Ernestina Gasca y Celiano Díaz, era el primogénito de 5 hermanos.  En el municipio de la achira, vivió hasta cuando conoció al amor de su vida, Nelly Iriarte y, conformaron una familia la cual lo acompañó hasta su último día de vida.

En el año 1970 hicieron su residencia en Neiva con sus hijos, tata y tico y, desde entonces emprendieron una trayectoria cargada de éxitos deportivos, trabajo y amor.

Su pasión por el deporte lo consagró como uno de los grandes; fue deportista de élite y directivo en instituciones como Coldeportes, de donde impulsó el desarrollo de varias disciplinas para que los jóvenes de la década de los 60’s y 70´s lograran un camino inspirado en la disciplina y amor por su tierra huilense.

Sus máximos logros como basquetbolista los obtuvo en la gloriosa Aplanadora Opita, junto a su equipo, lograron el campeonato nacional, un sin número de reconocimientos, trofeos y medallas, el cual hicieron de este “team” el más grande a nivel regional y nacional.

Desde hace 13 años dejó sus ejercicios físicos y la práctica del básquetbol porque una isquemia cerebral lo llevó a alejarse de la actividad deportiva, sin embargo, la huella que dejó Alberto Díaz Gasca en la región será indeleble.

Hoy lo despedimos como lo que fue, “un grande” y un “enamorado” del deporte, de la vida y de su familia.

“Para mí, mi papá fue el amor de mi vida, y para él, fui la niña de sus ojos, me enseñó el respeto y a vivir la vida con toda intensidad, y siempre a tener una sonrisa para todo. Fue un ejemplo de vida, de lealtad y un señor en todo el sentido de la palabra, siempre estará en nuestros corazones y, en el de cada uno de los que lo conocieron”, indicó Constanza Díaz Iriarte, hija

“A mi viejo, solo gratitud por más de 50 años de explorar el verdadero amor y de encontrar juntos el camino de la vida. Te amo”,  manifestó Nelly Iriarte de Díaz, esposa.

“Papá viejo, gracias por ser el mejor abuelo del mundo, por inculcarnos tu disciplina, que nos hace ser lo que somos hoy en día. Te amaré por siempre”, sostuvo María Paula Macías Díaz, nieta.

Voceros de la familia indicaron a Diario del Huila que él último adiós a don Alberto Díaz Gasca será el próximo miércoles con una misa en la parroquia del perpetuo Socorro del barrio Campo Núñez con la presencia de su hijo “Tico”, que reside en España.

En 1952, del 5 al 16 de diciembre, Neiva fue sede del Campeonato Nacional de Baloncesto y allí el Huila conquistó por primera vez el máximo título, con el que se iniciaría una serie de éxitos del quinteto opita a nivel nacional.

En 1956 Neiva volvió a ser la sede del campeonato Nacional de Baloncesto, y allí en el “Roberto Urdaneta Arbeláez”, por segunda vez el Huila se coronó campeón nacional de baloncesto, quedando en segundo lugar el representativo de Antioquía y tercero Valle. En el mismo año, el Huila también se coronaría campeón de la Copa Colombia en la ciudad de Cúcuta, con la misma que intervino en el nacional.

En 1957 la sede del baloncesto nacional se trasladó a Pereira.  Allí la gloriosa “Aplanadora Opita”, daría paso a la senda victoriosa del Huila y cosecharía su último triunfo. Con este triunfo concluyente y categórico, sumado a los campeonatos nacionales de 1952 y 1956, además, de una Copa Colombiana en 1956, la “Aplanadora Opita” terminó la época de oro del baloncesto huilense. La “Aplanadora Opita” se dio el lujo de jugar en muchas plazas y ante grandes rivales.

Adiós a un grande del deporte huilense

“La aplanadora opita” de la que formó parte en los años 50.

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