Como un bálsamo en medio del más crudo conflicto que está viviendo el país,el gobierno nacional firmó el pasado miércoles el Decreto que ordena la suspensión de operaciones militares contra la organización Narcoterrorista del ELN, como parte del proceso de alistamiento del cese del fuego bilateral pactado el pasado 9 de junio entre esa guerrilla y el Gobierno y que arrancará en firme el próximo 3 de agosto. A partir de las 00:00 horas del día anterior, todas las operaciones militares y operativos policiales ofensivos en contra de los integrantes del ELN que participen en el proceso de paz se suspendieron hasta el 29 de enero de 2024. Cualquier acto contrario a lo establecido en el protocolo de acciones específicas acordado por el Gobierno y el ELN en el tercer ciclo de negociaciones que se llevó a cabo en La Habana (Cuba), será considerado violatorio a este acuerdo.
Las familias esperan que se cumpla esta suspensión de este accionar narcoterrorista. Desde que posesionó el presidente Gustavo Petro Urrego, se han intensificado las acciones bélicas en algunas zonas donde hacen presencia. El reclutamiento de menores, asesinatos selectivos de miembros del Ejercito Nacional, policía nacional, campesinos, actos terroristas, desplazados, paros armados, secuestros y extorsiones, entre otras manifestaciones delictivas, que tienen hastiados a la sociedad colombiana, producto de la laxitud que ha tenido el gobierno nacional, al debilitar progresivamente al aparato armado de la Nación y permitirle así, el fortalecimiento de las organizaciones delincuenciales que operan en el país.
Es inconcebible que estos hechos detestables han sido denunciados en el Comité de Seguimiento, impulso y verificación a la implementación del Acuerdo de Paz, donde se han ventilado los hechos violentos cometidos por la guerrilla del ELN en las últimas horas, como el secuestro de la sargento segundo Ghislaine Karina Ramírez y sus dos hijos menores de edad, de seis y ocho años, en Arauca; además de los hechos de intimidación que generaron en el marco de la celebración de sus 59 años, cuando pusieron cilindros y banderas en la región del Catatumbo. El asesinato a mansalva de tres integrantes de la policía nacional, de los cuales, dos de ellos murieron en un ataque mientras desayunaban en un restaurante en el municipio de El Zulia (Norte de Santander). El otro falleció tras ser impactado por un francotirador.
Igualmente, con el paro armado programado en el Chocó, son hechos, que ponen en duda que este acuerdo de cese de fuego se cumpla. A simple vista, estas noticias son esperanzadoras para los habitantes que viven permanentemente sometidos al accionar belicista de estas organizaciones criminales. Recordemos que no se está negociando con los angelitos de la guarda. Son organizaciones narcoterroristas. Por eso, es muy complejo que este proceso, no se logra de la noche a la mañana.
