Diario del Huila

Cifras de donación y trasplante de órganos, de capa caída

Ene 28, 2022

Diario del Huila Inicio 5 Primer plano 5 Cifras de donación y trasplante de órganos, de capa caída

DIARIO DEL HUILA, PRIMER PLANO

Por: Amaury Machado Rueda

Fotografías: Suministradas

Desde el 2020, se han registrado en el Huila las cifras más bajas de donaciones de órganos con fines de trasplantes. Este panorama no es característico de la región, sino de todo el país. Para profesionales de la salud, no se trata de cifras, sino de consciencia social y de cultura sobre el tema.

En los últimos cuatro años, la donación de órganos en el Huila con fines de trasplante ha venido teniendo unos cambios drásticos En el año 2018, la Coordinación Regional no.6 de la Red de Donación y Trasplante del Huila, cuyo único departamento la conforma, tuvo una tasa de donación de 12,53 donantes por cada millón de habitantes. Y en el año 2019 alcanzó la cifra de 13,21 donantes por millón de habitantes. Cifras relativamente altas comparadas con los promedios nacionales que en los últimos años, cuando mejor les ha ido, han estado alrededor de 10 donantes por cada millón de habitantes.

Con la pandemia por el Covid-19, en el año 2020 el descenso de esta actividad en la regional Huila fue brusco, llegando al 0,81, ni siquiera 1 donante por cada millón de habitantes. Y en el año 2021, la cifra llegó a 3,5 donantes por millón de habitantes, es decir, se realizaron solo dos trasplantes. Esta realidad no es característica propiamente del Huila, sino de todas las seis regionales del país. Como tampoco, gran parte de la caída de la tasa de donación se debe a la situación pandémica que se vive.

Los esfuerzos de los gobiernos por aumentar las tasas de donación en el país no han tenido el efecto esperado. La reciente intención se hizo con la ley 1805 del 2016 con la cual se ampliaba la presunción de la donación, al señalar que, “Se presume que se es donante cuando una persona durante su vida se ha abstenido de ejercer el derecho que tiene a oponerse a que de su cuerpo se extraigan órganos, tejidos o componentes anatómicos después de su fallecimiento». Pero tampoco esa norma ha obtenido resultados exitosos.

En este momento, en el Huila se tienen 43 personas en lista de espera de un órgano para mejorar su calidad de vida.

Algunas causas de la caída de donaciones

Para los profesionales de la medicina, no se trata de cifras, sino de consciencia social y de cultura sobre el tema. Los registros que se han venido efectuando en la Regional Huila, indican que, hasta el año 2012, en la decisión de donar los órganos tenían mucho que ver los mitos que se tejen alrededor del tema de la donación y el trasplante de órganos. Pero a partir de entonces, se registra que viene tomando mayor tendencia el concepto de la negativa familiar sin más razón.

El médico Hernán Sarria, coordinador operativo de Donación con fines de Trasplantes, profesional de Apoyo a la Coordinación Regional No.6 de la Red de Donación y Trasplantes, trata de explicar este concepto. “Tal vez, se relaciona con muchas causas que tienen que ver con la oportunidad y la calidad en la prestación del servicio del salud. Se trata de aquellos familiares que se rehúsan porque están tan molestos que no solamente dicen No a la entrevista familiar, sino que tampoco dicen por qué No. Algunos manifiestan, es que me lo dejaron morir.

En esa negativa familiar sin más razón, entra por ejemplo, que el paciente era joven y se accidentó en un municipio alejado y estaban pidiendo remisión a una IPS y no había cama. Pasa el tiempo y el paciente se va complicando, entonces salen ya con el paciente con una urgencia vital para efectos de tramitología con la EPS, y llega a la IPS ya en mal estado y puede ocurrir, que se debe esperar que lo atienda el neurocirujano según su disponibilidad, y ya cuando se le realizan los exámenes o se hace intervención pues el paciente tiene ya muy mal pronóstico. Todo eso lo interpreta la familia como mucha demora, falta de oportunidad y tal vez por eso el paciente falleció”.

Y añade, “Aunado a esa negativa familiar sin más razón, también está una deficiencia que tenemos los médicos y es, el informar a una familia en situaciones críticas, cuando hay mal pronóstico, cuando sabemos que el paciente va a fallecer. Eso no lo enseñan en la academia. Hay médicos que por temor a la reacción de los familiares, evaden, y tal vez a veces desinforman sin culpa alguna. Entonces le dicen a los familiares, el paciente está en muerte encefálica, prácticamente está sostenido artificialmente, nosotros no podemos hacer nada más, pero de pronto un milagro. Eso sucede cuando hay muerte encefálica, ya no hay nada que hacer, máximo en 72 horas el cuerpo hace parada cardiaca irreversible”.

“Al ser abordada la familia, por un coordinador operativo de trasplante, lo primero que le llega a la mente a esa familia es continuar aferrándose a la esperanza de mantener a su ser querido con ellos, y responden, es que el médico tratante me dijo que de pronto un milagro. Entonces hasta ahí llega el proceso”, indica el Médico.

Según menciona el Profesional Sarria, desde el momento en que se instaura en el paciente la muerte encefálica hasta el momento en que hace parada cardiaca, pasan máximo 3 días, y eso incluye tener que tomar una cantidad de pruebas para demostrar que hay muerte encefálica. “Es muy poco el tiempo que le queda al médico coordinador operativo de trasplante para abordar a la familia, revenirle, para que ellos decidan y para hacer el rescate. Todo eso se suma, y queda en que no tengamos la cantidad necesaria de donantes para atender las necesidades en el Huila”, señala.

La donación de órganos, un tema de consciencia social y de pedagogía.

Lista de espera

En este momento, en el departamento se tienen 43 personas en lista de espera de un órgano para mejorar su calidad de vida. “No deberíamos tenerlos, debería de haber suficiencia de órganos para ellos”, manifiesta el médico Sarria.

Afirma que “No es que la Regional no sea eficiente, siendo la más pequeña del país y con menos cantidad de alertas de posibles donantes, tenemos la tasa de donaciones más alta del país. Somos eficientes con lo poquito que tenemos, pero no nos alcanza. Todo este proceso depende de una familia de buen corazón que le da la oportunidad de vivir a otra persona, puede que el trasplante no lo salve, puede que le vaya mal con el trasplante, pero es una esperanza para quien está en la lista de espera”.

En 2021 la Regional Huila tuvo 78 alertas de posible donación, de estas, en 26 casos se realizó el diagnóstico de muerte encefálica, prácticamente la tercer parte. De esa tercera parte, en la entrevista familiar solo 4 dijeron sí a la donación. Sin embargo 2 se contraindicaron y solamente se pudieron rescatar y trasplantar a 2 pacientes. Un proceso que demanda de gran complejidad.

Pero aquí es importante, indica el médico Profesional, hacer una reflexión también en el tema de la muerte. “Una cosa es reflexionar sobre la muerte y sobre la donación con fines de trasplante en un momento crítico, y otra es hacerlo con cabeza fría. Es muy importante que la familia, sin estar obligada por una situación crítica, le solicite a sus seres queridos que le respeten esa voluntad de ser o no donante. Pero con cabeza fría, porque así se toman decisiones más acertadas. Y aquí necesitamos es consciencia social”.

Otra de las dificultades que se pueden percibir en el panorama nada alentador de la donación de órganos, es la limitación de los recursos para la salud, que hace que se prioricen la inversión y que ciertos programas, como el de la donación, no tengan el apoyo suficiente para superar las debilidades y realizar una debida promoción de los mismos.

Cuando un trasplante se convierte en la única esperanza

La vida de Daniel Alexander Gil, transcurre en una consoladora y constante espera de ser llamado para recibir un riñón, el órgano que necesita para mejorar su calidad de vida. Tiene 48 años, y hace 4 años, en su trabajo como miembro de la Policía Nacional, empezó a sentir agotamiento físico y fuertes dolores en la espalda, situación que ya no era normal para una persona como él, acostumbrado a una definida rígida rutina.

Tomó una cita médica y se realizó los exámenes de rigor, que le indicaron lo demasiado elevado de su creatinina. Los análisis de sus riñones arrojaron un diagnóstico de múltiples quistes renales. ‘Riñón poliquístico’, para ser exactos.

Daniel se vio abocado a caer en el tratamiento de diálisis. No puso continuar laborando, su carrera policial fue interrumpida de una manera abrupta, tras 28 años en la institución. Sus aspiraciones a dedicarse a disfrutar de su familia y a emprender nuevos proyectos quedaron truncados. Todas las noches, desde hace 3 años, recibe diálisis peritonial, que según dice, es la más amigable, pero le genera desgaste físico y emocional.

“Tenía unos proyectos, unas metas, unos deseos por cumplir, y todo eso se vio interrumpido, frustrado, todo esto lo debilita a uno emocionalmente. El apoyo que he tenido de mi familia es fundamental porque todo se le derrumba a uno. Queda uno muy limitado, si quiera trasladarse a otra ciudad, es muy complicado. Estoy a la espera de un trasplante”, menciona Daniel.

Él nunca se imaginó pasar alguna vez por todo lo que ha tenido que pasar desde que su riñón se deterioró. “Uno piensa que esto le puede ocurrir a todo el mundo menos a uno, pero la situación me tocó la puerta y me ha tocado afrontarlo de manera nada fácil. Una cosa es ver los toros desde la barrera y otra estar en la arena”, dice.

“En trasplante es el tratamiento más cercano a lo natural. Y cuando uno va a la Unidad de Trasplante, donde está la esperanza de uno, con tristeza ve uno que hay muchos órganos que se pierden por la falta de sensibilización de las familias. Es importante que las personas conozcan sobre la donación y tomen conciencia”, finaliza Daniel.

Según los últimos registros anuales, Colombia está reportando las cifras de donación de órganos más bajas de los últimos 15 años.

Tal vez te gustaría leer esto

Abrir chat
1
¿Necesitas ayuda?
Hola, bienvenido(a) al Diario del Huila
¿En qué podemos ayudarte?