DIARIO DEL HUILA, INFORME
Por: Rolando Monje Gómez
De acuerdo a la encuesta, las personas esperan relajamiento de exigencias de los créditos.
La encuesta sobre la situación del crédito en Colombia con corte a junio que adelantó el Banco de la República mostró que después de un año de pandemia y acorde con un mayor dinamismo que el esperado, se observa una recuperación de los indicadores de demanda y oferta de crédito.
Con respecto al primero, todas las modalidades presentan balances positivos, exceptuando microcrédito, que presenta un balance de cero. Lo anterior ocurrió en un contexto en el cual, para los bancos encuestados, también hubo un balance positivo en la demanda para todos los tamaños de empresas y un repunte en el acceso al crédito para todos los sectores.
Por el lado de la oferta, los indicadores de los cambios en las exigencias señalan unas condiciones más laxas en el otorgamiento de nueva cartera a hogares. Por su parte, en el sector corporativo aún se perciben unas condiciones más restrictivas, aunque el indicador ha presentado mejoras en los últimos trimestres. En cuanto al nivel de exigencias para otorgar nueva cartera en el futuro, los encuestados esperan un relajamiento de estas para el próximo trimestre.
La encuesta dice que esto ocurrió en un contexto en el cual, para los bancos encuestados, también hubo un balance positivo en la demanda para todos los tamaños de empresas y un repunte en el acceso al crédito para todos los sectores.
Para el segundo trimestre de 2021 el indicador de la demanda de crédito de las modalidades comercial y vivienda registró recuperaciones, alcanzando niveles previos a la pandemia. Por su parte, para las carteras de consumo y microcrédito se observa un cambio de tendencia, aunque permanece en terreno positivo para la primera y en cero para la segunda.
Con relación al cambio de la demanda por tipo de entidad, se observa un deterioro para las modalidades de consumo y microcrédito, y una tendencia creciente para la cartera de vivienda en todos los establecimientos de crédito, EC. El indicador de la cartera comercial presenta un balance negativo y en cero para las compañías de financiamiento, CFC y cooperativas, en su orden.
El indicador de percepción de la demanda de crédito diferenciado por el tamaño de las firmas, que el trimestre pasado se ubicaba en terreno positivo en todos los EC, presenta deterioros en las CFC y cooperativas, ubicándose en terreno negativo y cero para todos los tamaños, respectivamente. En los bancos el balance para todos los tamaños de empresa permanece positivo.
En cuanto al análisis de acceso al crédito, el indicador de las empresas en los tres tipos de entidades se redujo, lo que supone un deterioro con respecto al trimestre anterior, período en el cual la mayoría presentaba un balance positivo.
Las firmas medianas y grandes son las únicas que registran un buen acceso en los bancos, y las pequeñas, en las cooperativas.
Percepción general
Por el lado de la oferta de crédito, los indicadores de los cambios en las exigencias señalan unas condiciones más laxas en el otorgamiento de nueva cartera a hogares.
Al preguntarle a las entidades si se llegara a materializar un escenario en el cual contaran con excesos de recursos, los préstamos de consumo continúan siendo la alternativa predilecta. En segundo lugar, en los bancos y las CFC se encuentran los préstamos para microcrédito o pyme, mientras que en las cooperativas señalan los préstamos de vivienda.
En general, las razones que aluden los intermediarios para otorgar recursos a dichas actividades son la conservación de su nicho de mercado, un menor riesgo y una mayor rentabilidad.
Al indagar sobre cuáles son las actividades de menor riesgo a la hora de invertir recursos, los intermediarios indicaron que la compra de títulos de deuda pública y llevarlos al Banco de la República son las mejores opciones, seguidas de los préstamos a entidades financieras y la compra de títulos o bonos hipotecarios para las cooperativas.
En cuanto a las condiciones necesarias para aumentar la oferta de crédito, todos los EC señalan como factores principales un mayor crecimiento de la economía, mejor información sobre la capacidad de pago de los prestatarios, y disponibilidad de mayores y mejores garantías.
Percepción y acceso
Con respecto al acceso a nuevos créditos según sector económico, el indicador del sector agropecuario continúa en terreno negativo en los tres tipos de EC. Con respecto a los demás sectores, para los bancos se registran recuperaciones, mientras que para las CFC y las cooperativas se observan deterioros, a excepción de los sectores de industria y servicios, y de personas naturales y comercio en las CFC.
Frente a la rentabilidad que generan los diferentes sectores económicos, los bancos señalaron el de personas naturales como el más rentable, mientras que las CFC lo hicieron así para el sector agropecuario, y las cooperativas para las exportaciones. En contraste, el sector servicios es el menos rentable para los bancos; el agropecuario para las cooperativas y la industria para las CFC.
Finalmente, los bancos y las cooperativas continuaron señalando al agropecuario como el sector con mayores problemas de información para identificar buenos clientes, y las CFC lo hicieron así para las personas naturales.
Cambios en la oferta
Al analizar la evolución del indicador de cambio en la oferta de los EC durante el segundo trimestre de 2021, se observa un comportamiento heterogéneo entre tipos de intermediarios. Para el caso de los bancos, se observa una percepción de mayor oferta en todas las modalidades y un repunte en los indicadores, con excepción de microcrédito.
Las cooperativas, en contraste, presentaron reducciones en todas las modalidades, a excepción de vivienda. Por último, para las CFC la percepción de oferta de créditos comerciales continúa en terreno negativo, mientras que se observa una mejora en la oferta de las demás modalidades en los últimos tres meses.
En cuanto a las exigencias para otorgar nuevos créditos, los resultados de la encuesta se analizan desde dos perspectivas. La primera corresponde al cambio en las exigencias, medido como el porcentaje del balance de respuestas de los bancos encuestados. La segunda medida corresponde a la proporción de bancos que afirmó ser más, igual o menos restrictiva.
El indicador del cambio en las exigencias de la cartera a hogares (consumo y vivienda) muestra que las exigencias disminuyeron. Para la modalidad comercial el indicador continúa siendo negativo, lo cual se asocia a mayores exigencias.
No obstante, comparado con los anteriores trimestres, este indicador ha presentado mejoras. En contraste, el indicador de cambio en las exigencias para la cartera a las microempresas se ubicó en cero, lo que se asocia con una estabilidad en las exigencias durante el último trimestre.
Por su parte, el análisis de la segunda medida muestra que la mayoría de los bancos mantuvo sus exigencias en la asignación de nuevos créditos de todas las modalidades. En el caso de comercial, en comparación con las expectativas del anterior reporte, la proporción de bancos que aumentó las exigencias fue menor a lo esperado (30,7 % vs. 13,3 %). En cuanto a las expectativas para el próximo trimestre, en todas las modalidades se espera un relajamiento en la distribución de las exigencias.
De acuerdo a los criterios que las entidades analizan para evaluar el riesgo de sus nuevos clientes, los bancos se han enfocado principalmente en evaluar el flujo de caja proyectado de sus clientes.
Para las CFC y cooperativas, por su parte, este criterio pasa a ser el segundo más importante, después del historial crediticio del cliente. Con respecto a los factores que impiden o podrían impedir otorgar un mayor volumen de crédito al sector privado, los bancos, las CFC y las cooperativas continuaron señalando que la capacidad de pago es el principal obstáculo.
Otros factores que influyen en el otorgamiento de crédito son la actividad económica del cliente y la falta de información financiera de los nuevos deudores.
Por último, en relación con las quejas de los clientes en el trámite de la negociación del crédito, para las CFC las más frecuentes están relacionadas con la percepción de tasas de interés muy altas.
Para los bancos la queja más frecuente es la demora en el proceso del crédito. A su vez, para las cooperativas las quejas más recurrentes se relacionan con la demora en el proceso y con que las garantías exigidas son muy altas.
Modificaciones y reestructuraciones
Por el lado de las modificaciones de crédito, en el último trimestre el 60,0 % de los bancos, el 22,2 % de las CFC y todas las cooperativas encuestadas realizaron estas operaciones. En el caso de los bancos, se realizaron modificaciones superiores al 15 % del saldo total en las modalidades de consumo y comercial, mientras que en las modalidades de vivienda y microcrédito no superaron el 5 % del total de cartera para ninguna entidad.
Para las cooperativas, se observan modificaciones mayores al 15 % de su cartera en tres de las cuatro modalidades de crédito, exceptuando la cartera de vivienda, en la cual la totalidad de las entidades hicieron modificaciones menores al 5 % del saldo total.
Por su parte, en las CFC las modificaciones en la cartera comercial fueron superiores al 15 % del saldo de esta modalidad, mientras que las demás no superaron el 10 % del total de la cartera.
Las carteras en la que se realizaron más modificaciones fueron las de consumo y comercial para todos los tipos de entidades. Las medidas de modificación de créditos más utilizadas fueron la extensión del plazo del crédito, seguida por el período de gracia. Otros mecanismos usados han sido el diferimiento del pago de interés y la reducción de la cuota a solo el pago del interés.
Con respecto al porcentaje de saldo de los créditos modificados que han sido reestructurados, los bancos y las CFC presentaron los valores más altos en la modalidad de consumo, seguida por la comercial.
En cambio, para las cooperativas la cartera comercial y de microcrédito se ubicaron en el primer y segundo lugar, respectivamente relación con la reestructuración de créditos, los resultados de la encuesta indican que el porcentaje de bancos y CFC que aplicaron esta práctica durante el segundo trimestre de 2021 fue del 60,0 % y 33,3 %, en su orden. Por su parte, la totalidad de las cooperativas realizaron reestructuraciones.
En cuanto a las principales medidas de reestructuración, la extensión del plazo de crédito fue la más utilizada por todos los EC, seguida por los períodos de gracia en el caso de los bancos y cooperativas. Para las CFC, las medidas que ocuparon el segundo lugar fueron el diferimiento de pago del interés y la capitalización de cuotas atrasadas.
Cuando se les pregunta a los encuestados cuáles fueron las modalidades de crédito en las que se presentó el mayor número de reestructuraciones, los bancos y las CFC indicaron haberlas realizado en su mayoría para las carteras de consumo y comercial.
Por su parte, las cooperativas señalaron las carteras de consumo y microcrédito. Por otra parte, al preguntar a los encuestados el porcentaje de cartera reestructurada como porcentaje del saldo total, los bancos tuvieron reestructuraciones mayores al 15 % de la cartera en las modalidades de consumo y vivienda, mientras que en las carteras de vivienda y microcrédito estas fueron menores al 10 % del saldo total.
Para las cooperativas, tres de las cuatro modalidades, excluyendo la de vivienda, tuvieron reestructuraciones mayores al 15 % de la cartera. Por último, en el caso de las CFC el saldo reestructurado fue inferior al 10 % del saldo de cada modalidad.
Finalmente, cuando se pregunta por los sectores en los que se ha realizado un mayor número de reestructuraciones, se encuentra que para los bancos es el sector comercio, seguido de las personas naturales. En el caso de las CFC, el primer lugar es ocupado por el comercio y el segundo por las personas naturales, la construcción y la industria. Para las cooperativas los sectores con mayor cantidad de créditos reestructurados son comercio, personas naturales y construcción.
Con relación al cambio de la demanda por tipo de entidad, se observa un deterioro en las modalidades de consumo y microcrédito, y una tendencia creciente para la cartera de vivienda en todos los establecimientos de crédito.
