DIARIO DEL HUILA, REFLEXIONES
Por Mons. Libardo Ramírez Gómez*
*Obispo Emérito de Garzón
Email: monlibardoramirez@hotmail.com
No podemos, tampoco, cerrar los ojos ante figuras del pasado, de izquierda o derecha y hablar de como si solo ahora comenzara a tenerse en Colombia un “momento histórico”.
Hechos los primeros comentarios sobre el clima subsiguiente a las resientes elecciones presidenciales en entrega anterior, van los subsiguientes con algunas precisiones históricas, necesarias para un panorama preciso que permita poner las bases para la apreciación de “momento histórico” que se quiere dar al que estamos viviendo. Es preciso, ante todo, poner en su puesto imprecisas apreciaciones del pasado, fruto de la euforia del nuevo clima que sanamente se quiere crear.
No está bien afirmar que “es el primer Presidente de izquierda que llega a regir a Colombia”, cuando hemos tenido tantos de esa línea, con aciertos y graves equivocaciones. Allí están, en primer término, Obando, José H. López y los últimos años de Tomás C. Mosquera. No es, tampoco, el primer momento de cambio histórico”, cuando la misma lucha de Independencia eso fue, con los ánimos rebeldes de Bolívar y Santander, como el radical cambio, con base de derecha, dado por Núñez y Caro, como el de López Pumarejo con sus programas sociales, como la legitima reacción popular creada por Alberto Lleras, Laureano Gómez y Guillermo L. Valencia, para sacudir la bota militar de Rojas, saludada con júbilo popular en 1957.
No podemos, tampoco, cerrar los ojos ante figuras del pasado, de izquierda o derecha y hablar de como si solo ahora comenzara a tenerse en Colombia un “momento histórico”. Honda huella dejaron en el País Presidencias como la de Rafael Reyes, Pedro Nel Ospina, Mariano Ospina Pérez, Carlos Lleras Restrepo, Misael Pastrana, López Pumarejo y López Michelsen, y Virgilio Barco, cuyo entendimiento con el M19 dio pie a cambios futuros como el de la llegada ahora, de uno de esos ex-guerrilleros a la Presidencia, con programa de cambio, pero de moderadas, y, Dios quiera, efectivas líneas de realización.
Bases para paz estable, que nos es indispensable, con “Acuerdo Nacional”, como lo está proponiendo el Presidente elegido Gustavo Petro. Fue algo que expuso en su momento Álvaro Gómez Hurtado. Allí se reconocerán los valores del pasado, y anhelos de cambio como el rechazo total a la corrupción y a la lucha armada. Esto es cuanto anhelamos hoy, dentro de ese clima creado ante los resultados de la reciente votación, y que se espera, como se estuvo pidiendo desde los distintos ángulos del pensamiento. CON ESE PROPÓSITO CUMPLIDO, SI SE PODRÁ HABLAR DE “MOMENTO HISTÓRICO”. No es ahora, sino al final del gobierno de Petro, si cumple las promesas en especial del día de su elección, sin dejarse manipular de los políticos antiguos que lo apoyaron en su campaña, y dando prelación a figuras nuevas como su Vicepresidenta Francia Márquez y la candidata de Rodolfo, educadora Marelén Castillo. Es de anotar que de parte de la Iglesia Católica hubo actitud clara y respetuosa en la difícil campaña electoral con declaraciones ponderadas del Arzobispo Luis José Rueda, Presidente de la Conferencia Episcopal. De parte de esa Institución, que en tantos aspectos ha prestado invaluables servicios al País, como en educación y realizaciones sociales, se seguirá en similar empeño, en defensa de la vida y de la familia auténtica bases de una sociedad estable. QUIERA DIOS QUE SE CUMPLAN ESTOS SUEÑOS, Y, TENGAMOS UNA COLOMBIA UNIDA Y RENOVADA.