Diario del Huila, Comunidad
Por Hernán Guillermo Galindo
Fotos: Tatiana Ramírez
El lote ubicado en la carrera sexta con calle 14 es foco de malos olores, suciedad y miseria, siendo aprovechado por personas en condición de calle para toda clase de excesos. Diario del Huila atendió la denuncia de la comunidad.
Con indignación los neivanos, pero especialmente los habitantes vecinos, tienen que aguantar los malos olores, miseria, además de acopio de basuras, siendo foco de enfermedades y de excesos de personas de la calle, tienen que aguantar los perjuicios de un lote aledaño abandonado hace varios meses, donde tiempo atrás funcionaron distintos establecimientos de bebidas y comidas.
Se trata de una construcción desamparada en la carrera sexta con calle 14, lamentablemente convertida hoy en un lugar de podredumbre, criadero de todo tipo de insectos y que viene causando males a la comunidad del sector, a la cual atendió en su denuncia Diario del Huila.
Zona comercial y residencial
Está ubicado junto a la avenida La Toma, a los edificios Versalles y Miraflores, en una zona considerada de alto valor comercial y residencial, en el centro de la ciudad, cerca al barrio Quirinal.
“Es foco de insalubridad. Los vecinos estamos afectados por los malos olores, la mala imagen que da alrededor, la presencia de indigentes y los peligros de inseguridad”, se quejan, en general, de la situación que pudimos comprobar del basurero repugnante.
“Habitantes de calle e inescrupulosos aprovechan que hay un lote abandonado para depositar allí todo tipo de basuras y desechos, realizar sus necesidades fisiológicas, y hasta actos obscenos”, comenta Ligia Ospina, propietaria de uno de los apartamentos en una de las torres adjuntas.
Y agrega que la queja en este medio es urgente “y ojalá de resultados” para que el sitio no siga abandonado “produciéndonos molestias a todos los que vivimos cerca y a toda la comunidad”.
Rafael Puentes, vigilante de un edificio cercano, clama para que cualquier autoridad de salud ayude o presione la recolección de las basuras y desechos, “además se fumigue o le echen cualquier veneno para matar o espantar tanto animal que hay”.
Al adentrarnos en el lugar, en el que sobresale majestuoso un gran árbol de caucho, que facilitó que en varias ocasiones funcionaran restaurantes o bares, el aspecto es macabro, desolador y nauseabundo.
Los malos olores son insoportables y se puede observar toda clase de desechos y basura. Lo que más impresiona es la cantidad de porquerías dejadas por seres humanos.
Doña Alicia Galindo, administradora del edificio Versalles, exige solución al problema social, que ya trae consecuencias, según advierte, con evidente cansancio.
“La verdad es que estamos muy preocupados por el abandono en que está el lote. Es un basurero, como se puede ver. Aquí entran los habitantes de calle a hacer sus necesidades fisiológicas y a realizar hasta actos groseros sin que nadie haga ni diga nada. Estamos apenas a unas cuadras de la Alcaldía”, protesta.
Continúa diciendo que “hace apenas un día pasaba una señora por el lugar y un tipo mal encarado y sucio le hacía insinuaciones, como señas, para que ingresara. Le tocó casi que tirarse a la calle para evadir la situación”, cuenta
“Esto es un peligro para los niños. En la noche detrás de este inmenso caucho pueden coger a una persona, o llevarla al hueco que observa ahí y hacerle cualquier cosa. Esto es una porquería”, insiste.
Dicen que la situación es insoportable. Todos los vecinos se ven perjudicados y ya la gente no quiere ni desplazarse cerca. Lo peor, se está desvalorizando el sector, se quejan.
En busca de soluciones
Por eso, insisten en el llamado urgente a la Policía y al Municipio para que se tomen acciones pertinentes que les garantice la pronta solución a este problema.
“Las alcaldías de turno no han hecho nada. Es por eso que le solicitamos nuevamente a esta administración que nos ayude con el tema. No les pedimos que ocupen el lote, sino que unan esfuerzos para que los propietarios efectúen acciones que nos regrese la tranquilidad a quienes habitamos este sector, antes de que ocurra una verdadera tragedia”, agregó Gloria Pajoy, otra de las vecinas.
Dicen que desde la administración anterior se ha intentado averiguar quién es el dueño del lugar, pero no ha sido posible. Incluso acudieron a catastro y no fue posible conocer la identidad o el responsable del predio.
“Pero si el municipio ve este sitio así que haga lo pertinente y que lo hagan encerrar. Se ha acudido a planeación, catastro, salud, la alcaldía y nada. No ha sido posible obtener una respuesta”, explica.
Daniel Orozco, ingeniero residente en el Versalles, dice que “inmediatamente después que tumbaron el muro los habitantes de calle se tomaron el lugar y se dedicaron a hacer bestialidades, consumen droga, funden cables para sacar el cobre. En las noches se reúnen cinco o seis para consumir drogas”.
“Esto es la locura, parejitas llegan por ahí, aprovechan la poca luz y el abandono y sin ningún pudor tienen relaciones. De otro lado, el olor de las defecaciones llega en ocasiones a condiciones inaguantable. Es tal la afectación que como puede observar hay apartamentos que están desocupados, realmente se hace invivible”, expresa, dolido y con rabia.
Adicional es la situación de inseguridad que conlleva. Destacan que hace poco desalojaron una persona que vivía debajo del puente de la carrera sexta con avenida La Toma.
“Eran hasta seis personas las que se metían o reunían. Hay vivían y hacía de todo. El agua de La Toma era el bañadero. Gente se bañaba desnuda, hecho que aún persiste, es la locura”, dijo Rosendo Tapia.
Consultamos a un funcionario de una inmobiliaria de la ciudad para conocer qué se puede hacer la comunidad en una situación problemática como la planteada.
“Es una situación en la que el Gobierno Municipal no puede actuar aún, dado que se trata de un predio particular. Es necesario adelantar todo un proceso de ubicación del propietario y llevarlo a un arreglo conveniente pata todas las partes”, respondió.
Los vecinos no quieren dar una espera larga: “Que nos dejen demoler la edificación o lo que queda de ella porque esto se presta a manera de escondite desde el que se comete toda clase de ilícitos. El dueño debe saber del lío, pero se hace el que no tiene nada que ver. La autoridad debe tomar cartas en el asunto. Porque con el cuento que es particular no hacen nada”.
El cuento de la guaca
Floresmiro Triana, trabajador de un taller cercano, contó cómo empezó el problema:
“Alguien pasó una carta pidiendo el andén porque no había al lado del lote. El peatón tenía que caminar por la calle, con mucho riesgo. Para hacer la acera tumbaron el encierro, dejaron los materiales al aire libre y en menos de dos días los habitantes de la calle se fueron llevando ladrillos, las rejas y todo el material hasta dejar esto como lo vemos hoy en día, abandonado y sucio”.
Pero hay otro cuento: “Decían que aquí no prosperó negocio alguno porque había un entierro y había escondida una guaca”.
“Lo cierto es que uno de los obreros que trabajó en lo del andén contó que sí sacaron unos frascos que llevaron a una pitonisa para que los analizara. Así es que se llevaron la guaca y a nosotros nos dejaron el hueco”, finaliza, con una carcajada.
Toda clase de residuos y basuras se encuentran en el lugar.
