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Emayá, 21 años despidiendo el año en calzoncillos

Dic 31, 2021

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Por: Hernán Guillermo Galindo M

El barrio de Neiva cumple este 31 de diciembre su tradicional fiesta desde la una de la tarde, particular forma de despedir el año en medio del licor, la harina y el agua.

Un gran número de participantes tomarán la partida en la carrera en calzoncillos que este año llegó a la versión 21. La tradicional fiesta deportiva se vivirá en el barrio Emayá, en el sur de la ciudad de Neiva, después de la una de la tarde, anunciaron los organizadores.

“Se espera la participación de hombres y mujeres siendo requisito el consumo de licor entre los participantes y el uso de coloridos calzoncillos y los espectadores podrán lanzar harina y agua para animar la fiesta”, dijeron.

El principal requisito para tomar parte en el evento es vestir solo el calzoncillo y tomarse una cerveza antes de la partida. Así se estableció desde la primera versión del particular certamen que nació de la idea de un grupo de vecinos del popular sector de la capital opita.

Quienes asisten cada año como espectadores deben estar dispuestos a que los mojen o les lancen harina.

“Podrán hacer lo propio con los otros asistentes para que a la vez se viva un carnaval y así despedir el año que se va y prepararse para recibir el nuevo año”, manifestaron.

Idea de amigos

Jorge Narváez, uno de los organizadores contó a Diario del Huila parte de la historia de la particular carrera que ha trascendido las fronteras y que algunos medios a nivel internacional comparan con la tradicional carrera de San Silvestre de Brasil, señala, con exageración y risa.

Esta tradición de despedir el año de manera jocosa y medio deportiva  nació de un grupo de amigos que hace 21 años comenzamos a hacer una competencia, expresa.

“Entonces a alguien le surgió la idea de salir a correr en interiores y otro ofreció como premio al ganador una canasta de cerveza. Acto seguido en plena calle nos quitamos la ropa, todos quedamos en interiores, bóxer y los tradicionales matapasiones y a correr”, relata, sonriendo y recordando la ‘locura’.

El recorrido es de cerca de cuatro  kilómetros y cada año la han ido mejorando en cuanto a logística y organización. Ya se han dado a conocer al punto que han venido a participar gentes del exterior.

“En los dos últimos años se ha realizado con poca gente debido a la pandemia, e incluso este año contemplamos no hacerla, pero no podíamos dejar perder la tradición que lleva ya 21 años de manera ininterrumpida”, agrega Jorge Narváez.

El abrebocas de cada edición siempre ha sido la carrera de encostalados para niños, pero en esta oportunidad se tomó la decisión de no exponer a los menores a los contagios del Covid-19.

“El único requisito para los participantes es ser mayor de 18 años y correr en calzoncillos los cerca de 4 kilómetros de la prueba. Las inscripciones son gratuitas y los premios los aportan los comerciantes del sector y algunos vecinos”, explica.

Tienen un comité en el que Narváez es el encargado de conseguir los regalos que se reparten al final de la carrera. Su señora, Cristina, es la encargada de guardarlos y empacarlos.

Hugo Marín coordina el tema de información y cada quien aporta su grano de arena para que todo salga bien dentro de un ambiente de amistad y camaradería.

“A la gente le gusta mucho este cuento, es una forma particular como la gente despide el fin de año, además, esto permite que los vecinos del barrio se sientan familiarizados”, comenta.

Como una de las anécdotas, recuerda Narváez, es la presencia de una ciudadana italiana que llegó hace unos nueve años a ver la carrera en compañía de su esposo, colombiano, y se sorprendió porque al salir a los competidores les dan la palmadita de la buena suerte.

“Al mejor estilo de Jorge Barón y su patadita de la buena suerte, que se hizo famosa nacionalmente. Aquí en Emayá es la palmadita de la buena suerte”, comenta.

El flaco ‘bombillo’, que ha sido uno de los que ha ganado en más oportunidades, vive en Chile y llamó para inscribirse.

En estos días llega a visitar la familia en Neiva y aprovecha para correr. “Es tan flaco que toca amarrarle el calzoncillo”, comenta con risas.

A nivel del país son muchos los que llegan o a participar o a ver la carrera.

Ha venido gente de Bogotá, Cali, Medellín, de la costa, en fin, de toda Colombia. Además, españoles, mejicanos, italianos, franceses forman parte de los participantes internacionales que han venido a esta competencia tradicional de fin de año en la ciudad.

“La recomendación a quienes van a ver la carrera es que no traigan cosas de valor y que estén dispuestos a recibir agua y harina como en cualquier carnaval, que no se vayan a molestar por eso, para que no se vayan a presentar peleas”, indica.

Participación femenina

Jorge Narváez agrega que en una oportunidad contemplaron la posibilidad de realizar la versión femenina, pero hubo reparos.

“Estaban listas unas seis niñas, pero analizamos que, con el agua, eso se volvía una especie de blusitas mojadas y gente por ahí pasada de copas, se prestaba para malos entendidos y hasta problemas, por lo que decidimos no lanzar la carrera”.

Se le dio a cada niña su regalito y evitamos que de pronto se nos saliera de las manos y se presentaran problemas que empañaran la organización.

Todo estaba listo para la dar la largada de la versión 21 de la carrera en calzoncillos que además del apoyo de la comunidad y el comercio del sector, cuenta con la policía que hace el respectivo control vial y de vigilancia.

Así que don Jorge se va a bajar la bandera y que arranque esta competencia y que se “viva el carnaval deportivo del Emayá y de paso feliz año para todos los neivanos y lectores de Diario del Huila”.

El evento se convierte en todo un carnaval para despedir el año.

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