Diario del Huila, Comunidad
Por: Juan Manuel Macías Medina
Con un español casi indescifrable, Herminia Ciacama, contó los detalles de lo que la trajo a tierras opitas. Víctimas de la violencia que se vive en tierras del centro occidente del país, ella no tuvo otra opción que aprovechar las riquezas culturales de su etnia para poder alimentar a sus hijos.
“Nosotros venimos desplazados de Pueblo Rico, Risaralda, nos sacaron por la violencia que se vivía allá. Nos vinimos a Neiva para poder pedir colaboración porque allá la situación era muy difícil”, comentó Herminia.
Ella tiene cinco hijos, y con ellos, baila bajo la sombra de uno de los árboles ubicados frente a las instalaciones de la Asamblea Departamental, sobre la calle Octava.
“Nosotros somos Emberá Chamí, venimos diez personas al centro de Neiva, la gente nos colabora y nosotros mostramos una parte de nuestra cultura, es muy tradicional el baile que hacemos y a las personas que pasan por acá les gusta. Yo tengo cinco hijos de 12, 10, 6, 4 y 1 año, a todos ellos les gusta el baile porque la cultura indígena a la que pertenecemos eso nos enseña”, sostuvo la mujer.
Al parecer, obtener ayudas por parte del Estado en la etnia va en contra de sus principios, Herminia, hasta el momento, no ha solicitado ayuda a alguna entidad gubernamental, está completamente convencida que con la ayuda de su esposo y con sus muestras culturales, puede sacar adelante a sus pequeños, y es que en sus ojos se ve que no le interesa nada más que eso.
“El papá de mis hijos está trabajando en el tema de las artesanías, no da mucha plata, pero nos alcanza para comer y alimentar a nuestros hijos. Hemos sobrevivido por nuestros propios medios, no tenemos ayuda de nadie, las personas que pasan muchas veces nos dicen que le pidamos ayuda al Estado, pero hasta el momento, no hemos hecho nada de eso, con nuestra cultura del baile y de las artesanías vivimos”, dijo la indígena.
Los Emberá Chamí, representan el 2,1%, según reportes del Dane, y hasta el momento, 29.094 indígenas se han autorreconocido como integrantes de esta etnia, que se encuentran concentrados en los departamentos de Antioquia, Risaralda y Caldas. En el caso de Herminia, fue desplazada por la violencia, y desde hace tres años, decidió que Neiva, sería el sitio propicio para demostrar las dotes culturales suyas y de su familia.
“Nosotros llevamos tres años acá en Neiva, pero de nuestro pueblo ya llevan viniendo bastante tiempo a Neiva, esta es nuestra primera vez, de aquí vamos a otro lado y en eso nos la pasamos. Mientras estamos acá, una señora nos hizo el favor de darnos posada. Nos hacemos en un día bueno $30.000 y en un día malo $20.000, eso no nos alcanza para ahorrar, todo se va en la alimentación de la familia y en pasajes. Cuando no nos va bien, pues entonces nos toca vivir con lo que mi esposo logre vender”, comentó.
Herminia repite en bastantes ocasiones las mismas palabras, sin embargo, con sus gestos, trata de hacer entendible lo que quiere decir, y es que el español, aunque se lo enseñaron desde su nacimiento, no es la lengua que utilizan para comunicarse entre ellos.
“En nuestra cultura se habla Emberá Chamí, pero nuestros papás también nos enseñan el español, entonces nosotros le vamos enseñando a nuestros hijos y así hacen todos los de la población”, comentó tratando de hacer menos extensas y más entendible cada una de las frases.
Aunque el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, ICBF, ha intentado, según la mujer, arrebatarles a sus pequeños, ella ha logrado demostrar que sus hijos no están en malas condiciones, sino que, por el contrario, la pasan muy bien bailando y llevando a infinidad de sitios los tradicionales bailes de su cultura.
“El Bienestar Familiar nos estaba molestando, pero nosotros hicimos un compromiso para que nos dejaran tener a nuestros hijos acá, tenemos a nuestros hijos en buenas condiciones, entonces no hay problema con ellos por eso”, comentó la mujer, mientras miraba y le indicaba al mayor de sus hijos, en su idioma, qué canción colocar para continuar con las muestras folclóricas chamíes.
Lo cierto, es que la violencia y la pobreza que han tenido que sufrir los diferentes grupos étnicos del país, han tergiversado lo que los ha destacado culturalmente. Los Emberá Chamí fueron característicos por resistir a las incursiones hasta el siglo XVII, cuando tuvieron que huir a las selvas, ubicándose principalmente sobre las cuencas de los ríos, en donde han tratado de sobrevivir y desarrollar su cultura durante cientos de años.
Paradójicamente, hoy, mientras la extravagante figura del general Santander prima en el parque que lleva su nombre, Herminia, digna representante de los Emberá Chamí en la ciudad, cultura que se caracterizó también por la resistencia a las invasiones españolas durante las épocas de la conquista, baila junto a sus hijos por unos pesos que les permitan sobrevivir.