DIARIO DEL HUILA, COMUNIDAD
Por: Hernán Galindo
Se denomina maleza, mala hierba o planta indeseable, a una especie vegetal que crece de forma silvestre en zonas cultivadas o controladas por el ser humano, como campos o jardines y arbolados. Es lo que pasa en la zona exterior de la cancha de fútbol sintética de barrio Las Brisas, en el oriente de Neiva, que está siendo invadida por matorrales y urge una jornada de limpieza.
“Está creciendo de manera desbordada. Afea el lugar de recreación. Y puede ayudar a la formación de focos de contaminación, con las consecuencias en enfermedades”, afirma Cándido Olmo, residente de la zona, mientras se ejercita en el parque biosaludable situado en medio del pasto alto, destapados de arena y pozos de agua, por las recientes lluvias.
Visita de Diario del Huila
Diario del Huila visitó el lugar, junto a la tradicional iglesia de La Gaitana, Nuestra Señora de Aránzazu. Curiosamente, la imagen de la Virgen es ampliamente conocida debido a las supuestas curaciones realizadas y a la protección contra las inundaciones. Parque y parroquia están situadas entre la calle séptima y octava, con carrera séptima.
“Hace años esta área era de pastos, de fincas, de lotes. Después de que creció La Gaitana, por allá en los años, 80, empezó la construcción de nuevas residencias, de barrios como Prado Alto, se fueron extendiendo propiedades al norte con Ipanema y los conjuntos residenciales de la zona alta”, cuenta Milciades Funza, quien camina y hace ejercicio alrededor del parque.
El barrio Las Brisas está situado en la denominada Comuna La Floresta, Centro Oriental o Siete, de la ciudad capital del Huila. Está localizada en el centro oriente del área urbana. Está cercano a Calixto Leyva, El Obrero, la antigua Estación del Ferrocarril y El Gaitán.
“En principio esta zona residencial, muy rápidamente se fue llenando de comercio, especialmente las calles séptima y octava. Se colmó de almacenes de ropa, ferretería, estaciones de servicio, restaurantes, ventas de comida y conjuntos de apartamentos hasta que surgieron las grandes superficies, o supermercados con centro comerciales como Zaragoza, Olímpica y Santa Lucía”, añade Funza.
El lugar
En realidad, el lugar, el parque y su alrededor, no están en pésimo o muy mal estado, si se compara con otros escenarios de la ciudad en donde hay quejas de la vecindad por inseguridad y abandono. Lo que amerita es una tarea de limpieza de la parte verde.
Por ejemplo, la cancha sintética, que no se presta a todo público ni permanece abierta, está en buen estado, la cancha no tiene problema y la fachada exterior está conservada y con buena pintura.
Los aparatos del parque biosaludable están en buenas condiciones de pintura y funcionamiento. “Es muy frecuentado por las personas. Especialmente adultos y niños con sus padres. Para algunos es una opción de hacer deporte, para otros es la oportunidad de salir del ocio”, comenta Tulio Charry, profesor de una institución de Rivera, por estos días en casa por aquello de las clases virtuales.
“Me parece que esta es una de las mejores cosas que ha podido hacer la Alcaldía de Neiva para el bienestar y la salud de los ciudadanos. Acá la gente hace ejercicio y cuida su salud, pero, además, se apropia de un lugar que merece ser digno de cuidado y buen trato”, expresó Fernán Giraldo, mientras estira brazos y piernas, al lado de una de las máquinas.
Entonces, la queja es por la altura de pastos, hierbas y malezas, que están invadiendo el espacio de la gente. “Hace rato no se hace una poda de las plantas y limpieza del área, con basuras y deshechos, por eso, se da una mala imagen de nuestro parque”, manifiesta Reinel Salas, monaguillo de la parroquia, quien cruza por el sitio.
Agrega que la comunidad ha colaborado en cuidarlo. Y desde la Iglesia se invita a la feligresía y a residentes a tener sentido de pertenencia por el parque. A nadie conviene que se dañe, que dé mal aspecto, que dé oportunidad a las enfermedades, a la contaminación o a la delincuencia.
Otros problemas
Residentes de la zona, aprovechando la presencia de este medio, comentaron que otro grave problema es la inseguridad. Se quejan de que a cualquier hora del día hay delitos, principalmente de ladrones que se desplazan en motos.
“En este barrio viven muchos adultos mayores. Porque es muy residencias. Por eso ‘invita’ a las ‘ratas’ a pasar y hacer de las suyas. Queremos que haya una presencia permanente de la Policía”, dijo Patricia Pardo.
Y agregaron que hay dos Cais, “uno, varias cuadras más arriba; y otros en el Parque de Los Periodistas, pero no les queda fácil ni cerca para vigilar y atender cualquier emergencia”.
Antes de marcharnos, de la parroquia nos informaron que Ciudad Limpia tenía prevista una jornada de limpieza entre semana en respuesta a requerimientos de la comunidad. Prometimos a la gente estar pendientes y colaborar en la solución de su problemática local.
Opinan vecinos:
Pedro Maleón:
“Es importante que en el futuro, cuando se proyecten parques, se recuerde que en Neiva las altas temperaturas, por eso, se deben sembrar árboles junto al sitio de recreación porque la idea es que se disfruten en el día y no toque sacar a los niños en la noche, cuando corren peligros”.
Frutos Tejada:
Muy buena la obra. Pero tener en cuenta en las inversiones incluir mantenimiento periódico del parque, que tenga un doliente, para que no sea un dolor de cabeza para la alcaldía y para las personas del sector quienes temen por su seguridad”.
Israel Vargas:
El parque ha cumplido su objetivo, el problema es que las personas tampoco contribuyen al cuidado acelerando la extinción los juegos. Es clave incentivar la cultura en la ciudad, que es baja. Por eso, se debe ejercer controles permanentes y campañas de concientización para la preservación de los sitios públicos.
Fabián Useche
Afortunadamente, el parque, como ocurre con otros en Neiva, no es guarida de indigentes o personas que consuman droga, lo que sí sería preocupante. Hay que cuidarlo, preservarlo, para que los neivanos lo siguen usando u ocupando haciendo aeróbicos o diferentes jornadas deportivas. La delincuencia se toma los parques porque los tienen abandonados.