Aníbal Charry González
El presidente del Congreso Iván Name, integrante de una saga de cuestionados politiqueros, ahora mismo investigado por la Corte Suprema de Justicia por vínculos con organizaciones criminales para ser elegido congresista, fungiendo como profeta del desastre del establecimiento al instalar el congreso de Fedemunicipios que se adelanta en Cartagena, lanzó una falsa alerta de guerra civil por la convocatoria que hizo el presidente Petro al pueblo para que apoye sus reformas sociales, afirmando en forma arrogante que no iban a presionar al Congreso con marchas, porque las calles no podían reemplazar las instituciones, y además era un camino “violento e inconveniente”.
Lo primero que se advierte de esta espuria alerta de guerra civil es su incendiaria mala fe , para atribuirle al pueblo soberano y máximo actor de control político mediante el ejercicio de la democracia participativa para exigirle a sus representantes que cumplan con sus deberes y obligaciones constitucionales en beneficio del pueblo que los eligió, ser los causantes de la violencia por el solo hecho de manifestarse en las calles como se hace en auténticas democracias para reclamar sus derechos, frente especialmente a un congreso contaminado como el que hemos tenido siempre, más comprometido con sus voraces y oscuros intereses , no pocas veces en alianza con organizaciones criminales, antes que con los derechos de la colectividad agobiada por las penurias y la corrupción generalizada de quienes dicen representarla.
Como así que el pueblo soberano sería el causante de un guerra civil por reclamar y exigir sus derechos, cuando esto no ha ocurrido nunca en este país sometido y manipulado a su amaño en el remedo de democracia que hemos tenido con elecciones corrompidas y financiadas por carteles de toda índole para sostener una clase politiquera pérfida que sí ha ocasionado múltiples guerras civiles por razones de ambición de poder y fanatismos políticos y religiosos, como que en el siglo 19 tuvimos 79 mal contadas -9 totales y 70 parciales-, que convierte la marrullera alerta del personaje de marras en un ejercicio de piromanía para incendiarnos mas de lo que estamos por las manifestaciones del pueblo en respaldo a un gobierno progresista.
Como así que el Parlamento no se dejará presionar del pueblo que es su mandante para que se hagan las reformas que necesita como lo dice el cuestionado presidente del Congreso, cuando ese es su legítimo derecho, y más con los antecedentes que existen de no cumplir con el mandato popular como la fallida consulta anticorrupción que se pasaron por la faja, y ahora mismo acuden como lo hace la oposición de jauría a desbaratar el quórum torcidamente para no debatir las reformas incumpliendo sus obligaciones constitucionales. De qué fortaleza institucional y respetabilidad habla Name del Congreso que preside para tramitar las reformas que le convienen a este país cuando no las han hecho, descalificando a la máxima institución social que es el pueblo soberano, tratando de chantajearlo para que no proteste, so pena de ser el causante de una guerra civil. No deja de ser cínico y embustero.