Por: Hernán Guillermo Galindo M
Fotos: José Rodrigo Montalvo y Suministradas
La Trinidad, un barrio que surgió hace un poco más de 25 años en la comuna 9 o norte de Neiva, sigue en proceso de progreso con muchas necesidades, desde la legalización, hasta la restitución de alcantarillado y pavimentación de vías. Ligia Hernández, la presidenta de la JAC, del sector recién posesionada, dice que son varios años tocando puertas y poco les ponen cuidado. Se sienten olvidados.
Para llegar al barrio La Trinidad, en la comuna nueve de la capital del Huila, se puede acceder por dos lugares; una por detrás del Sena Industrial, en la vía a Alberto Galindo y la otra por el sector de Álamos, los Pinos y Villa Cecilia.
Aunque es uno de los asentamientos que fue legalizado desde hace varios años, sus habitantes sieguen padeciendo las necesidades de las zonas marginales en la ciudad. Una de las razones es que, aunque están legales, los declararon zona rural con las implicaciones que esto trae, sostiene la presidenta de la Junta de Acción Comunal, Ligia Hernández.
“Ese es uno de los propósitos de la nueva junta que presido, sostiene, al tiempo que agrega, no es lo mismo ser sector rural a zona urbana, así como estamos es más difícil acceder a los servicios básicos, que ha sido una lucha permanente”, no de ahora, sino de siempre, agrega.
La Trinidad alberga unos 2.500 habitantes en 475 lotes con sus correspondientes mejoras. Solo cuentan con la vía principal pavimentada, pero el acceso sigue siendo difícil al punto que la empresa que les presta el servicio público la ha suspendido o la ha reducido.
Como en todos los barrios de Neiva, los habitantes son gente trabajadora que con esfuerzo a propendido por un techo para sus familias. Allí hay personas desde la tercera edad, jóvenes y primera infancia con muchas necesidades por suplir.
“Esa es otra lucha permanente, lograr que se mantenga el servicio de transporte público, los taxistas también dicen que solo llegan hasta donde está en buen estado la vía, indica la presidenta. «Es un inconveniente especialmente para nuestros hijos que tienen que salir a estudiar».
Flor Puentes, edilesa que recién llegó hace tres años, aunque ha ejercido un liderazgo en otros sectores de la capital del Huila, da fe de las necesidades que viven quienes habitan en la Trinidad. “Yo llegué hace apenas tres años y aunque he ejercido un trabajo más en la comuna, uno, conozco las necesidades que se tienen desde hace varios años en esta zona de la ciudad”, comenta.
El barrio La Trinidad está ubicado al noroccidente de la ciudad desde hace aproximadamente 25 años, y limita con sectores como Balcones del Norte, Granjas Comunitarias y el conjunto Caña Brava de la ciudad Neiva, como según cuentan sus habitantes, se vienen presentando una serie de inconvenientes como el mal estado de algunas vías que en varias ocasiones han causado accidentes de tránsito.
Al recorrer las calles del barrio La Trinidad, salta a la vista que es todo un desafío, transitar para los conductores de cualquier tipo de vehículo, sea motocicleta o carro, pues las calles se encuentran bastante deterioradas, lo que hace que sea casi imposible el tránsito normal.
Otros líderes y algunas soluciones
Esneider González, es integrante de la Junta de Acción Comunal y un constante luchador por las necesidades de su comunidad. “La última vez que le hicieron un mantenimiento a las vías, fue hace un poco más de dos años y desde entonces ni una raspada”.
“La ruta de transporte que la cubre Flota Huila, no la habían quitado, a través de una protesta y tras un diálogo en el que intervino el secretario de movilidad, se logró que retornaran a prestar el servicio, pero con menor frecuencia. Ahora pasa cada dos horas, el argumento es el mal estado de las vías, la falta de iluminación, que genera inseguridad, entre otras consecuencias”, sostiene.
Pero son muchas las necesidades no atendidas por las administraciones de turno, no es de ahora, los tienen en el olvido, parece que no existieran, dice.
Lo de la ruta fue una prioridad, porque los niños y jóvenes que estudian tienen que desplazarse hasta la Maria Cristina Arango, el Inem o el Liceo Santa librada, entre otras instituciones que quedan bastante retiradas del barrio como para pensar en irse a pie. En otros casos les toca acudir al mototaxismo.
“Como le contaba, lo de la ruta se solucionó, gracias a la voluntad del secretario de movilidad y el gerente de Flota Huila, que vinieron hasta el barrio, nos reunimos en mi casa y se llegó a un acuerdo. Claro que pasa cada dos o tres horas, pero en lugar de nada”, agrega.
Quienes transitan por La Trinidad, bien sea por trabajo, estudio o como proveedores del comercio, deben tener siempre mucha precaución, pues ya se han presentado accidentes por el mal estado de las vías, que llevan años haciendo los debidos procesos para que les realicen las obras de pavimentación, que hasta ahora solo son un sueño para los vecinos de este barrio que tienen que padecer día a día con sus carreteras en mal estado.
En las calles del barrio La Trinidad, las vías destapadas saltan a la vista y aunque durante por mucho tiempo y durante varias administraciones, se ha insistido estas las han dejado en el olvido. La calle 70, la 70A, la 70BC se mantienen en mal estado y en temporada de lluvias se convierten en verdaderas trampas para quienes se atreven a transitar en esas condiciones.
Antes de culminar este diálogo con los dirigentes del barrio La Trinidad, escuchamos de otras necesidades y prioridades que tienen en carpeta como nueva Junta de Acción Comunal.
Una de ellas es precisamente poder recuperar el lugar en donde poder reunirse para planear y efectuar acciones en beneficio de todos. Ya hicieron una actividad para conseguir recursos para poder arreglar lo que queda de la caseta. Otro propósito es poder mejorar la cancha para la práctica de Futbol, las porterías están en mal estado. Mejorar el tema de iluminación, recuperar las alcantarillas de aguas lluvias, la reposición de la red de alcantarillado que lleve a feliz término la pavimentación de las principales vías en La Trinidad. En fin, trabajo es lo que tienen, pero esperan que los tengan en cuenta, que los escuchen para no sentir que los tienen en el olvido, concluyen.
