Los caninos militares que están al servicio de Colombia ganan cada vez más protagonismo. Ellos, junto con sus guías, se han convertido en héroes de la patria que, tras cumplir su vida útil, pasan a ser adoptados. Pese a que muchos señalen este ‘trabajo’ como maltrato animal, según las Fuerzas Militares se trata de un proceso normal que brinda garantías a los ejemplares. Veter y Mate, son fiel ejemplo de eso.
DIARIO DEL HUILA, REGIONAL
Por: Johan Eduardo Rojas López
Existen ejemplares que dedican su vida a salvaguardar la vida de los colombianos de la mano de la Fuerza Militar. Los héroes de cuatro patas militares normalmente se roban la atención en cualquier evento al que asisten, sin embargo, siempre queda la duda del trabajo que realizan y el proceso que viven tras ser jubilados. Diario Del Huila logró conocer a profundidad la vida y significado de los caninos dentro de la institucionalidad.
Luego de servir aproximadamente por una década dentro las unidades militares en los equipos de Explosivos y Desminado (EXDE), los caninos pasan a ser jubilados dado que su desempeño laboral empieza a disminuir. Aunque gran parte de la ciudadanía no está de acuerdo con estas prácticas, lo cierto es que los ejemplares, según las Fuerzas Militares, tienen todas las garantías de bienestar.
El Teniente coronel Jaiver Andrés Muñoz Hoyos, comandante del Batallón de Desminado Humanitario N. °5, señaló que, “los caninos acompañan y trabajan en la técnica de desminado humanitario canino”. Actualmente, cuentan con cuatro ejemplares caninos de raza Pastor Belga Malinois, que es muy adaptativa a los medios y en especial al trabajo correspondiente.
“Estos ejemplares tienen una vida útil de 8 a 10 años, en el momento que cumplen el proceso de intervención pasan a un proceso de adopción. La mayoría de las veces quien termina a cargo del animal es el guía canino que ha trabajado con él en el tiempo que ha sido útil para la institución”, dijo el Teniente Coronel Muñoz Hoyos.
Preparación
Este proceso es muy importante pues, aunque han ocurrido accidentes con los ejemplares debido a la misma contaminación existente en los campos intervenidos, esa técnica es muy favorable para salvar vidas de civiles y soldados que están en operaciones. En ese sentido, el animal está preparado explícitamente para ciertas funciones, en este caso, encontrar todo tipo de explosivos. Ahora bien, los accidentes que se pueden presentar por la misma misionalidad del canino son realmente pocos, pues de un 100% solo el 2% se han visto involucrado en este tipo de hechos y lo ideal es minimizar el riesgo para todas las partes.
Según el comandante del Batallón de Desminado Humanitario N. °5, los caninos inician su proceso militar a partir del quinto mes con el proceso de reentrenamiento y adecuación. Posteriormente, al año o a los dos, emprenden su trabajo en las diferentes áreas del territorio.
Explicó también que, “cada ejemplar tiene un chip que lo identifica como un bien del Estado y determina la raza y la vida útil; así mismo se le hace el proceso y cuando está listo para la jubilación el chip es extraído para que el animal quede a cargo de la persona que lo va a adoptar. Cuando va a iniciar la intervención en las diferentes partes, se le implanta el chip en el cuello mediante una pequeña operación y queda monitoreado por parte de la entidad encargada de esto”.
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Normalmente, si el ejemplar no está en operaciones, se encuentra en entrenamiento o en su defecto descansando. Aquellos animales que tuvieron algún accidente claramente son remitidos al centro médico veterinario para su recuperación. Dada la responsabilidad que corresponde ser guía canino, debe existir voluntad porque básicamente él es el encargado de brindar las comodidades requeridas por el ejemplar.
La adopción
En este momento, como unidad de Desminado Humanitario no tienen ejemplares en proceso de adopción dado que los caninos en servicio tienen apenas 6 o 7 años. El objetivo final que se tiene es que cada canino que ha pertenecido o pertenece a la Fuerza Militar siempre sean adoptados por sus guías o en su defecto por otro militar. Los lazos sentimentales forjados entre los caninos y sus guías sobrepasan la misionalidad.
No es coincidencia la unión del canino con el guía, pues la escuela hace una selección dependiendo de las capacidades del ejemplar y cuando están listos los soldados son adoptados. “Esos animalitos para nosotros valen oro no tanto por lo que hacen sino por lo que son. Eso es un proceso normal, se preparan para eso y son ejemplares que tienen todas las capacidades. Aquí los queremos y cuidamos mucho”, puntualizó el comandante.
Mate, un jubilado condecorado
Mateo, como se llamaba dentro del Ejército Nacional, estuvo por nueve años en el Grupo Marte de Segunda División, en donde tuvo sus años de gloria, tanto así que, fue condecorado y en el año 2017 estuvo en la Noche de los Héroes, en donde se resalta la labor que han realizado los ejemplares durante su vida militar.
El canino fue adoptado por el Mayor Edwin Guevara, Oficial de Operaciones del Batallón de Ingenieros de Desminado Humanitario N. °5, quien lo bautizó Mate. “Ese perro ha hallado muchos artefactos explosivos en el Norte de Santander, Santander y Boyacá, estuvo en procedimientos con carros bomba para poder neutralizar artefactos explosivos. Ellos buscan la forma de que una familia lo adopten y en este caso lo adopte yo que era comandante de ese grupo y gracias a Dios me lo lleve para la casa. Mis hijos están dichosos porque es un perro muy cariñoso”, señaló el Mayor.
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Por estar dentro de diversas áreas dentro de su misionalidad adquirió varias enfermedades de leve y gran gravedad, que lo acompañarán por el resto de su vida. Esto sumado a su edad le ha generado varios problemas con los que vive diariamente. No obstante, hoy es la causa de la sonrisa que mantienen intacta la familia del Mayor Edwin Guevara y no descartan la posibilidad de adoptar otro ejemplar.
“Yo trabajé dos años en el Grupo Marte de Segunda División y cuando salí me fui ya con él para la casa. Un perro es una alegría y él es otro hijo más. Cuando se da en adopción uno firma un documento en el cual usted no lo puede utilizar en ningún procedimiento con explosivos e inmediatamente pasa a ser un perro doméstico, pero ellos quedan con el entrenamiento básico que son las normas de disciplina que tienen. De igual forma, uno trata de que se adapten más a una familia y no a un trabajo. Siempre es la risa de nosotros porque se mete en los charcos y llega empantanado a subirse al carro”, afirmó
Veter, sin jubilarse ya tiene adoptante
El Soldado Profesional Sergio Alexander Gómez, del Batallón de Desminado Humanitario N. °5, es el guía de Veter desde hace 4 años y 9 meses. Este tiempo ha sido el suficiente para que desde ya esté seguro de adoptar a su fiel amigo.
“El proceso de adiestramiento es una selección que hacen los instructores de la escuela. Ellos eligen a los caninos con diferentes métodos y evaluaciones de capacidades para escogerlos. Las jornadas en campo ya son más avanzadas porque se les somete a unas evaluaciones y unos entrenamientos que sí son acatados por el canino entonces ya se inicia el proceso para poderlo tener en campo abierto. Normalmente son desconfiados porque ellos tienen un adiestramiento donde solo se le enfoca al trabajo y no tienen socialización con las demás personas, entonces se mantienen lejos de la población civil”, detalló el soldado profesional.
El trabajo de estos ejemplares consiste principalmente en mantener la trufa o nariz pegada al piso en una línea recta de 10 metros, para que posteriormente, si detecta algún explosivo se siente como señal de aviso. Este ejercicio se realiza mediante un incentivo de croquetas o juegos. Es fundamental el entrenamiento constante para generar hábitos y tener buenos resultados.
“Ese es un proceso que uno lleva y uno se apega, entonces yo aspiro cuando él se pensione poder llevármelo. La experiencia ha sido muy agradable, me siento muy satisfecho por la oportunidad que me ha dado el batallón. El trabajo que he venido haciendo con el perro me ha gustado mucho y en este momento estoy preparado para trabajar”, aseguró.