DIARIO DEL HUILA, HOMENAJE
Por: Julio Bahamón
Llevaba el mismo nombre de su padre, José Domingo Liévano Perdomo, gobernador del Huila en dos oportunidades. Era la época en que los gobernadores eran nombrados directamente por el presidente de la república y para entonces se escogían a los mejores ciudadanos, a aquellos que sobresalían por sus condiciones intelectuales, hombres y mujeres de bien en cada región del país. Curiosamente, el exgobernador Liévano Perdomo, quien fuera militante del partido Liberal, al igual que mi padre, fue su respetable contradictor en razón a que, Don José era del ala Santista, de Eduardo Santos Montejo, valga la aclaración, y mi papa de la Gaitanista liderada por el caudillo Jorge Eliecer Gaitán. A raíz del frente nacional y del noviazgo de su hijo con mi hermana Gloria en los años 60 y posterior matrimonio, terminaron siendo muy buenos amigos y contertulios en reuniones sociales y familiares, a tal punto que, conformaron un grupo liberal que enalteció el ejercicio de la política regional al que algunos periodistas, como mi condiscípulo Pedro Bonilla Diaz lo bautizaron como el grupo de los Consuegros. A mi cuñado, el Huila lo conoció desde el colegio Santa Librada y luego en la Universidad Industrial de Santander en donde se graduó de ingeniero Industrial, como Chemingo Liévano. Chemingo, como afectuosamente le decíamos en la familia formo un hogar ejemplar lleno de amor y de mucha alegría con Gloria, unión que perduro por 55 años, de la que nacieron sus tres hijos, Andrés, Natalia y María Alejandra, quienes en sus respectivos hogares han aportado a la familia Liévano-Bahamon 5 nietos que en su vida fueron la dicha y acapararon la devoción de sus abuelos: Simón, María, José Domingo, Lorenzo y recientemente llego Dante. La semana pasada, infortunadamente, el 13 del mes en curso recibimos la dolorosa noticia de su muerte. Hemos sentido profundamente y con tristeza su fallecimiento. Pero mantenemos recuerdos maravillosos de la forma peculiar como vivió toda su vida. Su atrayente personalidad fue una de sus principales características, razón por la que siempre lo vimos feliz, nunca se amedrento ante las adversidades, una señal de su felicidad era una sonrisa siempre amable a flor de labios y una decencia innata que lo hizo ser muy querido por todos los que lo conocían, de una interesante y de personalidad única, maravillosamente particular en su forma de vivir. De Bucaramanga regreso muy joven al Huila para ser nombrado secretario de agricultura del departamento en 1.965 por el gobernador Maximiliano Duque Palma, una vez tomo posesión del cargo se percató de las pocas funciones que cumplía esa secretaria por lo que, no tuvo dificultad para entender que, dentro de la estructura administrativa del Dpto. y la política de austeridad del gobierno no era necesaria; en ese sentido resolvió presentar un proyecto de ordenanza ante la asamblea departamental por el cual se eliminaba de la nómina oficial la secretaria de agricultura. Los empleados que existían entonces pasaron a la secretaria de obras públicas, porque estimo, honestamente, que sus tareas bien podían ser desempeñadas por una sola dependencia. Años más tarde fue nombrado como Vicepresidente de la dirección Ferroviaria del Ministerio de obras Públicas y Transporte, construyó la unidad comercial Mega Centro en Neiva en el lote en donde años atrás funciono el teatro Bolívar de propiedad de su familia, fundo con un grupo de inversionistas de la región el condominio San Mateo en Rivera en fin, fue un ser humano excepcional, apreciado y muy querido por propios y extraños, como le dije a su hijo Andrés, distinguido oftalmólogo del Huila, Chemingo, junto a Gloria su adorada esposa, fue considerado siempre el eje filial de los hermanos Bahamon Vanegas y Bahamon Oliveros. Le gustaba la música y escuchar un bellísimo bolero que cantaba el trio de los Panchos, que se lo repetía con frecuencia a Gloria su esposa: “Mi Gloria eres Tú”. Paz en su tumba.
