La protección de alta mar se discutirá desde este lunes en Naciones Unidas con el objetivo de lograr un Tratado global que incluya todas las actividades que se desarrollan en el océano y actualice la Convención sobre el Derechos del Mar (Convemar) de 1994, explica la representante de la organización High Seas Alliance, Gladys Martínez.
La idea es actualizar la Convención sobre los Derechos del Mar (Convemar) que entró en vigor en 1994. El nuevo documento pretende regular actividades como la minería marina. Según la ONU, 3.000 millones de personas dependen del océano para la obtención de alimentos, trabajo y recursos.
“El océano es patrimonio de la humanidad, supone el 71 % de la superficie del planeta, con alta mar (más conocida como área más allá de la jurisdicción nacional o ABNJ, por sus siglas en inglés) que abarca el 64 % y del que apenas está protegido el 1 %”, expone en entrevista con EFE Gladys Martínez.
Según la representante de High Seas Alliance, organización que aglutina a 40 ongs y de la que forma parte la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) para asesorar a las partes, esta reunión en la que están presentes todos los países integrantes de la ONU debería ser la última, no obstante, los efectos de la pandemia del covid-19 podría prolongar las negociaciones a una próxima cita hasta llegar a una resolución de Naciones Unidas.
Todos los grupos regionales están planteando en este momento sus posiciones y los puntos que van a debatir o acordar en la negociación de los elementos de este Tratado en alta mar, espacio que incluye el cuerpo de agua, donde hay mucha vida y suceden muchos movimientos migratorios de especies. De allí la importancia del Tratado, que está compuesto por lo que los expertos conocen como elementos del paquete del documento e incluye, entre otros, las herramientas de manejo espacial marino, que abarcan las áreas marinas protegidas y las reservas; las evaluaciones de impacto ambiental; los recursos genéticos marinos, la creación de capacidades y tecnología, aspectos que regulen la estructura del mismo, como la creación de un comité científico que revise continuamente lo que sucede en el océano y su evolución, la celebración de una conferencia de las partes (COP), entre otros aspectos.
Asimismo, los grupos regionales estudian actualmente un texto enviado por la presidencia de la Convención para la protección del océano, un espacio que ocupa dos tercios del planeta y cuya importancia radica en que es uno de los reguladores del clima y de su conservación y protección depende que la crisis climática se reduzca al ser uno de los captores de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) más importantes.