DIARIO DEL HUILA, COMUNIDAD
Por. Hernán Galindo
Las fuertes lluvias caídas en los recientes días en Neiva colapsaron el alcantarillado en algunos lugares de la ciudad e inundaron calles céntricas por varias horas. En diversos sitios, vecinos vieron con sorpresa y alarma que los sumideros rebosaban.
“Lo ocurrido es una alerta de lo que pueda venir si las lluvias continúan con más intensidad, como está pronosticado”, dijo Felipe López, a la orilla de una calle que más parecía una piscina en la carrera quinta con avenida La Toma.
Efectivamente, el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) informó que marzo se considera el mes de transición hacia la primera temporada lluviosa del año, que se presenta de forma total entre abril y mayo.
“En este escenario invernal, con agua que está cayendo desde febrero, lo mejor es activar los respectivos protocolos de seguridad y cuidado frente a una temporada lluviosa por encima de lo normal, que incidiría en el aumento de riesgos para los neivanos”, comentó Peter Ducuara, en el barrio Siete de Agosto, con una casa humilde, ubicada junto a una peña, siendo uno de los sectores más azotados por los rigores de la naturaleza.
“Destapando la alcantarilla a punta de machete”
Alcantarillas tapadas
Y es que este periodo de paso hacia la época de precipitaciones ya dejó las primeras emergencias en varios puntos de Neiva. El agua alcanzó puntos críticos en algunos barrios periféricos y vías de la ciudad, que afectaron la movilización de vehículos y amenazó entrar a las casas con las consecuencias para enseres domésticos, alimentos almacenados y habitantes.
Pero no todo es culpa de los crudos aguaceros. De verdad causa pena palpar cómo los sumideros de las aguas lluvias se convierten en trampas de basura en estos días, como lo comprobó Diario del Huila que atendió un llamado de vecinos de la carrera 13 entre calles séptima y octava, en el sector residencial y comercial barrio Altico.
“Los sumideros de aguas lluvias no dan abasto, siendo que es a donde van a parar todos los desperdicios que en su momento cada transeúnte o los mismos propietarios arrojaron a las calles o y que los arrastrará luego el agua con la fuerza de las tormentas”, contó Samuel Enciso.
Pero el caso de que la vía se inunde, con el perjuicio para todos, no es solamente la falta de limpieza o mantenimiento. El problema, cuenta Óscar Granados, mientras libra una batalla con escoba y pala para retirar escombros del sumidero es que con adecuaciones a una edificación de comida china se afectó la ventilación de la alcantarilla, impidiendo la salida libre del agua.
“Este es un problema de nunca acabar, cada vez que llueve. Lo de hoy ha sido suave, pero nos afectó. En otras ocasiones ha sido difícil, como hace una semana, que llovió torrencialmente. Se nos inundó no solo la calle, sino la casa”, relató.
Y agrega: “Hoy me tocó sacar la basura con este machete porque tenemos de vecinos a un restaurante chino y no colaboran para nada. Y me toca todo a mí la labor de limpieza porque los vecinos no hacen nada y ni les importa. Entonces me toca encargarme con mi papá, sino la cosa sería mucho peor”, protesta, a la vez que sigue sacando toda clase de basura y residuos, labor que inició temprano en la mañana.
Los carros también tienen su dificultad para transitar
Tarea y responsabilidad de todos
José Granados, el padre, se queja, como residente, que cada vez que llueve hay problemas por el mal funcionamiento del colector de aguas lluvias, protesta, mientras muestra los estragos en andenes y la calle.
“El problema es de los señores del sitio de comida que organizaron la propiedad a su conveniencia y cerraron gran parte del espacio de entrada al desagüe. Ese es un lío que deberían solucionar las autoridades; o quien generó el problema lo arregle, pero desafortunadamente no ha sido así.
Contó que se ha acudido a varias instancias y dependencia por ser esta una vía central y no ha habido una respuesta y, menos, salidas. “Por fortuna, yo le tengo buenas defensas a la casa, pero a los vecinos no les va tan bien como a nosotros”, se lamenta.
La gente no hace conciencia de que para que los problemas de una comunidad se solucionen todos debemos arrimar el hombro. Resultaría por ello muy bueno y lógico la necesidad o la obligación inminente de que cada neivano mantenga limpia la acera que le corresponde, así estaría contribuyendo al aseo y ornato de la ciudad que viene a ser la segunda casa de todos.
Hasta el cierre de esta edición, Diario del Huila se contactó con Las Ceibas para conocer cuales serán las razones de la problemática de esta comunidad, sin embargo, no se obtuvo respuesta por parte de la entidad.
