DESHOJANDO MARGARITAS
Por Margarita Suárez
La vida sentimental de Mario Vargas Llosa, premio Nobel de Literatura, ha dado para varios libros, tantos como canciones tiene Shakira sobre su ruptura con Piqué. Del primer matrimonio del escritor con su tía Julia, diez años mayor, surge la obra satírica “La Tía Julia y el Escribidor”. A Julia la abandonó por su prima Patricia Llosa, quien fue a vivir con ellos en París en plan de estudiar. Se enamora y desposa a Patricia, con quien tuvo sus tres hijos. Acaba de cumplir 88 años y los festejó junto a su exesposa y ahora nuevamente esposa, Patricia, a quien había dejado después de 50 años, para irse tras Isabel Presley, con quien vivió 8 años. Isabel lo calificó de “muy celoso” y en respuesta escribió el cuento “Los Vientos”, despertando la furia de la “socialité” por estas frases: “Todas las noches, parece mentira, desde que cometí la locura de abandonar a Carmencita, mi mujer por muchos años, pienso en ella y me asaltan los remordimientos. Creo que solo una cosa hice mal en la vida: abandonar a Carmencita por una mujer que no valía la pena. Ya me olvidé del nombre de aquella mujer por la que abandoné a Carmencita; volverá a mi memoria, sin duda, aunque, si no volviera, tampoco me importaría. Nunca la quise. Fue un enamoramiento violento y pasajero, una de esas locuras que revientan una vida. Por hacer lo que hice, mi vida se reventó y ya nunca más fui feliz. Fue un enamoramiento de la pichula, no del corazón. De esa pichula que ahora ya no me sirve para nada, salvo para hacer pipí”. No nombra a Isabel ni a su hija, la ultracatólica Támara Falcó, Marquesa de Griñón, ganadora de MasterChef Celebrity, pero la madre se delata cuando protesta por el siguiente escrito: “Ya no hay departamentos de Filosofía en ninguna universidad de los países cultos de la tierra. Hice una exploración el otro día y el internet me hizo saber que entre los últimos departamentos de Filosofía que sobreviven están, uno, en una Universidad de Cochabamba, Bolivia, y el otro en la Facultad de Letras de las Islas Marquesas. Pero, en esta última, la Filosofía comparte el departamento académico con Teología y Cocina. ¡Vaya mezcla! Me imagino el diploma de doctor en Filosofía, Teología y Gastronomía y me muero de risa”. ¿Qué opinan?
