Diario del Huila, Comunidad
Por: Hernán Guillermo Galindo
En la vereda Normandía, en el corregimiento de El Caguán, habitantes desesperados denuncian que no aguantan más la crianza de cerdos y se quejan de que los propietarios incumplen acuerdos con el municipio.
Habitantes de la vereda Normandía del corregimiento el Caguán, situado al sur de Neiva, no aguantan más los malos olores nauseabundos, la contaminación ambiental y los riesgos para la salud por el funcionamiento de porquerizas o criaderos de marranos.
El problema social y comunitario es generado por las cocheras de la granja Villa Inés, que están en operación hace casi 4 años, se quejan los vecinos a Diario del Huila, que visitó el lugar para conocer sobre el terreno la polémica situación de la que ya tiene conocimiento las autoridades correspondientes.
Visita a la zona
La información es que son aproximadamente 800 cerdos de engordes los que están produciendo desechos y porquerías mal manejados, con permanente olor repugnante por el excremento de los animales y con la consecuente proliferación de aves carroñeras, roedores y moscas, según la protesta general.
Adicionalmente, el material de basuras e inmundicias no reciben ningún tratamiento y caen directamente a la quebrada El Limón, importante fuente de agua y abastecimiento de la población vecina y de otras zonas cercanas.
El estiércol que baja por la quebrada luego se une con la Arenosa hasta desembocar en el Río Magdalena. Imaginen ustedes el daño tan grande, indican.
Los denunciantes, quienes aceptaron contar el problema, pero sin ser identificados por temor a represalias o eventuales agresiones de los responsables del negocio, reclaman “solución a un problema que tiene varios años y que nos tiene al borde de la locura o salir corriendo”.
También se está afectando el valor de los predios. Ya nadie quiere vivir por aquí en esas condiciones y tampoco es atractivo comprar. Se están devaluando el terreno y las viviendas, dicen.
Luis Alberto León (nombre cambiado) quien vive hace 20 años en la vereda recuerda las épocas maravillosas en donde podía disfrutar de un ambiente sano y en tranquilidad.
“Sin embargo, desde la llegada de las granjas porcinas todo se volvió una pesadilla en la mañana, en la tarde y en la noche por el olor a mortecino provocado por el excremento y los orines de los cerdos”, manifiesta con visible descontento.
Aseguran los lugareños que son más de 240 las familias impactadas por la ilegal labor relacionada con la tenencia de animales en centros poblados. Y a continuación invocan decretos y normas que, afirman, los protegen y les dan la razón.
“Ya no podemos ni dormir porque está lleno de moscas hasta nuestras habitaciones. (…) Servimos un desayuno y todo esta llenó de moscas, nos toca encerrarnos”, asegura, mientras manotea.
Las cocheras tienen un área de 30 por 3 metros. Y según los quejosos, la afectación es más grave si se atiende que está, instaladas muy cerca de las viviendas, de un hogar infantil que alberga niños, menores de edad, más propensos a recoger cualquier enfermedad por malas condiciones de higiene y salubridad.
Entre cinco y ocho de la mañana los olores son más fuertes lo que causa dolor de cabeza en la mayoría de los habitantes de las fincas laterales.
“Nos da ardor en la nariz, los ojos y nos duele mucho la cabeza, tenemos familiares y amigos que han debido recibir tratamientos médicos”, comenta Dolcey Gutiérrez (nombre ficticio).
Pacto incumplido
La comunidad nos cuenta que como salida a la compleja problemática se había llegado a un acuerdo inicial con los responsables de las cocheras para que se comprometieran a realizar el respectivo tratamiento de limpieza y manejo de los desperdicios, pero los malos olores continuaron.
“Por las consecuencias en los pulmones de los niños, las mujeres embarazadas, los adultos mayores y la población, en general, que habita la zona”, aseguran.
“Se suponía que las autoridades informadas de lo que está pasando iban a suspender las marraneras el pasado mes de agosto y tomarían medidas, pero hasta no pasó nada”, dice un vecino.
Otro se apresurar a aportar que a pesar de que la Cam ha intervenido no se ha visto la gestión porque el problema continúa y las afectaciones cada día nos desesperan más.
Responde el Municipio
El secretario de Medio Ambiente de Neiva, Octavio Cabrera Cante, atendió a Diario del Huila y respondió las dudas y demandas de los quejosos por las malas prácticas de crianza y ambientales.
Indicó que se han realizado las acciones pertinentes, como son las visitas por parte de ingenieros ambientales de su despacho y se ha documentado el caso dando traslado a la Cam por las molestias de tipo sanitario y ambiental, generando olores nauseabundos y proliferación de artrópodos (moscas), incomodando a los habitantes, pues es la autoridad ambiental competente en la región.
“Desde la Secretaría hemos emprendido las acciones correspondientes como ir a visitar esas marraneras que no tienen la respectiva descontaminación antes de entrar en la fuente hídrica los desechos que producen” explica.
Son varias las visitas de seguimiento control y vigilancia en las que se ha socializado con los propietarios para que cambien el sistema de líquido por cama baja, sistema que consiste en cubrir el suelo de las cocheras con un manto de cascarilla de arroz de entre 50 a 60 centímetros para que los desechos queden en la cascarilla y se puedan convertir después en abono.
Agrega Cabrera Cante que así mismo que se ha hecho conteo de animales y se les ha dado un plazo prudencial para que los dueños de las marraneras cambien de actividad comercial ya que se considera inadecuada por estar en zona en la que hay viviendas aledañas con los consiguientes daños y perjuicios para los vecinos.
“Tengo que denunciar así mismo que en una de las marraneras más grandes de esa zona sacaron a mis funcionarios corriendo que iban a ser agredidos. Tengo todos los soportes y documentos que he trasladado a las autoridades respectivas, como la Cam, como autoridad ambiental, a la Procuraduría y a la Secretaría de Gobierno para que hagan los respectivos cierres y no se siga afectando las fuentes hídricas”.
Autoridades competentes
“Al no ser nuestras funciones de autoridad ambiental ni sansonatorias, queda en manos de quienes sí tienen la competencia y así emitir los respectivos comparendos para un control y presión más efectivos hacia estas personas que no quieren cambiar la metodología de producción porcina y continúan afectando las fuentes hídricas”, dijo el funcionario.
Corresponde ahora a las autoridades como la Corporación Autónoma, la Policía Ambiental y la Secretaría de Gobierno del Municipio tomar las medidas y acciones a que haya lugar, manifestó.
Finalmente, el corregidor del Caguán, Carlos Cortés en diálogo con Diario del Huila corroboró las acciones que se han realizado por parte de la Secretaría de Medio ambiente, lo mismo que la Cam: “Ya se les han impuesto multas y sanciones y están a la espera del vencimiento de los términos para que haya decisiones y sanciones definitivas”, dijo.
“De acuerdo a la Ley 877, en los municipios menores a un millón de habitantes las Secretarías de Medio Ambiente no tienen función sancionatoria sino de seguimiento y vigilancia”, terminó Cabrera Cante.