Diario del Huila, Comunidad
Por: Hernán Guillermo Galindo
Terminado el muro de encerramiento que costó tiempo y trabajo, el nuevo problema es el daño de las bombas hidráulicas que garantizaban el servicio de agua. La solución cuesta $70 millones de pesos para que los estudiantes retornen a la presencialidad.
En atención a una invitación de la veeduría ciudadana y de la rectoría de la Institución educativa Rodrigo Lara Bonilla, Diario del Huila se trasladó hasta la sede del colegio en Neiva que se promocionó en su momento como el más moderno y funcional en la ciudad.
La cita en esta oportunidad tenía como fin conocer el avance de la obra de construcción del muro de contención que colapsó hace dos años y afectaba el normal desarrollo de la educación.
Llegaron miembros del comité de veeduría dentro de los que se contaban los ediles de la comuna seis, Arsenio Castro y Sergio Andrés Tovar; las presidentas de las juntas de acción de los barrios Oasis Tercera Etapa Ligia Rojas y Amanda Sánchez de Las Lajas.
Además, se sumaron habitantes del sector y en representación de la Secretaría de Educación de Neiva, asistió el líder de infraestructura Vladimir Losada.
Todos fueron atendidos por la rectora, licenciada Luz Marina Aldana, cuya reunión se adelantó en el aula múltiple con presencia del constructor, ingeniero César Ramírez.
Se informó que la obra del muro avanza en un 80 por ciento, de acuerdo al informe entregado por el constructor de la obra, quien anunció la solicitud de una adición de recursos debido a perjuicios por la suspensión del proyecto debido a la pandemia y a los paros sociales de los meses pasados.
Intervenciones
El ingeniero Ramírez habló de las especificaciones de la obra que son 60 metros lineales que se construyeron en concreto reforzado.
“Ya terminamos de fundir, ya terminamos la parte del relleno, falta el levantamiento de la reja sobre el muro y una zona verde que forma parte del ornato y embellecimiento del área que va con una grama al final. Creo que en unos 15 días terminamos y podremos entregar la obra a finales de este mes”, indicó.
La inversión es del orden de $235 millones de pesos y se espera un adicional que está por definirse por la suspensión y consecuencia de unos metros adicionales del muro que resultaron de más por el hundimiento del terreno.
La veeduría
La presidenta de la veeduría, Ligia Rojas, además presidenta de la JAL del Oasis Tercera Etapa, se refirió a los avances de obra y a otros problemas que arrastra la construcción de la institución desde el propio día de su inauguración en enero de 2018.
“Apenas podemos hacer la visita hoy, ya que no habíamos podido reunirnos, pero le anticipó que dialogué con el propio alcalde (Gorky Muñoz) en las últimas horas y nos dio una buena expectativa sobre la pavimentación de la vía de la carrera 34 A con calle 31 A”, expresó.
Es una vía que está directamente frente al lugar del aula que sirve de comedor para los niños.
“La contaminación por polvo es permanente y adicional cuando llueve toda el agua de esa zona corre hacia el colegio e inunda toda esta zona, ese es otro problema”, explicó.
Arsenio Castro, edil de la comuna seis y uno de los líderes de la veeduría, aprovechó exponer otros problemas, quizás el más grave que afronta el Rodrigo Lara Bonilla, como es el colapso de las bombas hidráulicas que dejó sin servicio de agua buena parte de la institución y de paso obligó a los 1700 alumnos a retornar a la virtualidad.
Se hicieron los contactos con la Secretaría de Educación para atender este problema y buscar la solución lo más rápido posible, relacionado con el cuarto de máquinas y las bombas de succión.
“Ayer hablé con el secretario de Educación y me dijo que esto lo tienen en prioridad para que los niños puedan retornar a la presencialidad lo más pronto posible”, informó a los asistentes.
Llegaron 800 alumnos, pero a raíz de que no había agua se suspendió nuevamente la presencialidad.
“Pero créame que de acuerdo a los contactos y respuestas de la administración los $70 millones están en camino y se podrá solucionar el daño y, lo más importante, los niños retornarán a las aulas”, concluyó.
Voz de alerta
Mientras, la rectora contó a este medio que después de dos semanas de actividad académica las bombas del tanque de agua potable se dañaron y adicional se dañó el sistema eléctrico, que presenta grave riesgo, lo que obligó a suspender las clases por falta de garantías para los estudiantes.
“Al no haber agua se suspende inmediatamente la presencialidad”, afirmó.
Al hacer los presupuestos se estima que vale $70 millones de pesos las reparaciones de estos equipamientos y los enchapes para el tanque de agua potable y para el tanque de la red contra incendios.
Se pasa de la alegría parcial de conseguir el cerramiento y el muro, pero son muchas las falencias desde la entrega de la obra, se quejó.
Y a continuación hizo un recuento de cómo desde que se inauguró el colegio hace tres años son múltiples las falencias heredadas del contrato adjudicado por Findeter.
“Lamentablemente, desde que construyó la obra a través de Findeter, que es un organismo nacional de contratación, ha habido grandes fallas. Contratistas irresponsables con graves irregularidades, sobre todo en las fases dos y tres, y tampoco cumplen las pólizas de garantía y no ejecutan las posventas”, protestó.
Aldana manifestó que “entonces hoy tapamos aquí un roto y mañana se nos abre otro y otra dificultad allá y así hemos estado tres años. Desde que nos instalamos acá ha habido grandes deficiencias en la estructura y en temas como las redes de aguas lluvias que significa un problema grandísimo, las baterías sanitarias, la inseguridad, los cielos rasos que se están cayendo. Todo está ligado a la mala calidad de la obra”, afirmó.
Findeter lo tiene que hacer o pedir a las aseguradoras que cubrieron el proyecto es que asuman los costos, pero hasta la fecha no lo han hecho. Por esta negligencia se ven lesionados cerca de 1800 alumnos que no pueden asistir a clases, expresó.
Por eso, pidió a la veeduría y a los padres de familia que ayuden en la agilización de los trámites para que se ejecuten las obras en el último trimestre de este año, de lo contrario obligaría a que en 2022 el megacolegio siga cerrado.
“Los perjudicados serán los alumnos que tendrán que continuar en la virtualidad”, dijo.
La administración se pronuncia
Por su parte, el funcionario de la Secretaría de Educación Municipal, Vladimir Iván Losada, dijo que ya tienen luz verde para gestionar los recursos para hacer el mantenimiento de las bombas que es uno de los problemas que tiene el colegio y poderlo poner en funcionamiento.
“Son un poco más de $70 millones de pesos que hemos presupuestado y esperamos que en lo que resta de este año realizar los trabajos para que los muchachos el otro año puedan disponer de agua potable”, cierra.