POR: JORGE ELISEO CABRERA CAICEDO
NOVIEMBRE 11-2023
El país entero ha celebrado el fin del secuestro de Luis Manuel Díaz, mas no por ello, no debemos agradecer el “gesto humanitario” del E.L.N. si no por el contrario, exigir perentoriamente la entrega inmediata de los otros treinta secuestrados que dicen estar en su poder.
No es el E.L.N el llamado a imponer condiciones dentro de la negociación con el gobierno nacional en el proceso de la tortuosa e incoherente búsqueda de la llamada “Paz total”. Todos los colombianos somos amigos de la paz, sin claudicaciones por parte del Estado. Está sobradamente demostrado el incumplimiento reiterado de esa agrupación ilegal, en todos los procesos de Paz que se han intentado en varios gobiernos, los cuales han sido utilizados para obtener su fortalecimiento. ¿Todavía se les sigue creyendo? Esta semana impuso el E.L.N. un paro armado en el departamento del Chocó sin que las “autoridades” pudieran impedirlo.
Con anterioridad, uno de los voceros del E.L.N manifestó que de ninguna manera estaban dispuestos a entregar las armas, y en otra oportunidad, dijeron que exigían el “cambio de modelo económico” del país para firmar la paz.
Esta semana, la representante a la cámara Catherine Juvinao, en un debate de control político, reveló que entre el año 2022 y lo que va del 2023, el E.L.N aumento su presencia en el país en un 17.5%; el clan del Golfo en un 12% y las “disidencias de las F.A.R.C” en un 39.5%.Las cifras anteriores indican que hasta ahora no han servido para nada las mesas de negociación y los ceses al fuego firmados.
Quienes si han cumplido el cese al fuego son los miembros del ejército nacional y de Policía, llegando al extremo esta semana, de haber sido secuestrados por unas horas, más de un centenar de oficiales y soldados del ejército nacional. No más humillaciones para ellos. Las “disidencias” anunciaron que suspenden la Mesa de Negociación y el propio presidente reconoce que fue prematura la iniciación del proceso con esa agrupación ilegal.
Mientras tanto, el 85% de los colombianos consideran que la inseguridad está aumentando. ¿Hasta cuándo?
