DIARIO DEL HUILA, MEDIO AMBIENTE
La intensa, duradera y extensa ola de calor deja hasta el momento esta cifra, tras 9 días de máximas entre los 39 y 45 grados en casi toda la Península.
Según los datos facilitados este lunes por el Instituto de Salud Carlos III, en los siete primeros días de la ola de calor -del 10 de julio hasta el sábado 16- han muerto 510 personas por causas que se pueden achacar al calor, 150 de ellas el sábado y 123 el viernes.
De las 510 personas que habrían fallecido por la ola de calor, se estima que 321 son mayores de 85 años, 121 tienen entre 75 y 84, y otros 44 habrían muerto con entre 65 y 74 años.
El calor de estos días es excepcional, no es el calor de siempre de verano. Así lo consideran los científicos, sin duda alguna. «Los modelos climáticos del IPCC, a principios de siglo, decían que en el año 2050 iba a haber temperaturas de 40º en Gran Bretaña, y veranos de más de 40 grados en la península, sequías extremas, etcétera. Lo que ha pasado esta semana es que hemos tenido unas condiciones climáticas que son el escenario que se esperaba para dentro de treinta años. Las tenemos ya», afirma David Vieites, director del departamento de Biogeografía y Cambio Global en el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). «Los modelos predecían estas sequías extremas y temperaturas por encima de los 40º con olas de calor más largas. Y esta semana hemos batido los récords de calor en muchísimos sitios, incluido aquí en Madrid. Tanto temperaturas máximas diurnas como nocturnas. «Esto es un poco la nueva normalidad. Es lo que nos espera a partir de ahora», añade.
«El cambio climático está impulsando esta ola de calor, al igual que lo hace ahora con todas las olas de calor», afirma Friederike Otto, profesora titular de Ciencias del Clima en el Instituto Grantham del Imperial College de Londres y codirectora de World Weather Attribution. «Las emisiones de gases de efecto invernadero, procedentes de la quema de combustibles fósiles como el carbón, el gas y el petróleo, están haciendo que las olas de calor sean más calientes, duraderas y frecuentes. Olas de calor que solían ser raras son ahora comunes; olas de calor que solían ser imposibles están ocurriendo ahora y matando gente», añade.
La pandemia nos ha hecho más insensibles ante las estadísticas de fallecidos. Tampoco parece que los muertos con rostro -como el trabajador de la limpieza de Madrid fallecido el sábado por un golpe de calor mientras trabajaba en las calles el viernes– despierten sensibilidad política alguna. Ni Ayuntamiento, ni Delegación del Gobierno, José Luis Martínez Almeida ni Mercedes González pusieron un mensaje de condolencias en redes sociales por este lamentable hecho.
Con las cifras de fallecidos de estos días no parecen descabelladas las previsiones de un estudio de la Revista Internacional de Investigación Medioambiental y Salud Pública que cifra que en 2050 el número de personas que morirán anualmente por el calor en España alcanzarán las 8.000 personas si no se reducen las emisiones de CO2.
La oleada de cerca de 40 incendios de la anterior semana en España, avivada por las temperaturas extremas de la ola de calor y la naturaleza de los incendios de nueva generación, ya ha convertido a este verano en el peor en lo que va de siglo y se está apenas a mitad de julio.