DIARIO DEL HUILA, REFLEXIONES
El Papa Francisco advirtió que el demonio existe, no es un mito y señaló que le tiene miedo por eso, “tiene que defenderse” del diablo.
Así lo dijo el Santo Padre durante una entrevista en televisión difundida este Viernes Santo, 15 de abril.
“Algunos dicen que hablo demasiado del demonio. Pero es una realidad. Creo en ello, ¡eh! Algunos dicen: ‘No, es un mito’. Yo no voy con el mito, voy con la realidad, creo en ella. Pero es seductor. La seducción siempre trata de entrar, de prometer algo. Si los pecados fueran feos, si no tuvieran algo de bello, nadie pecaría. El diablo te presenta algo hermoso en el pecado y te lleva a pecar”, señaló el Papa.
En esta línea, el Santo Padre se refirió a la guerra y advirtió que “el diablo siempre busca nuestra destrucción. ¿Por qué́? Porque somos la imagen de Dios”.
Luego, el Pontífice destacó que “no se puede dialogar con el diablo” porque el demonio “es el mal, sin nada bueno”.
“Cuando digo que no se puede dialogar con el diablo, es porque el diablo es el mal, ¡sin nada bueno! Digamos que es como el mal absoluto. ¡Es el que se ha rebelado totalmente contra Dios! Pero con las personas que están enfermas, que tienen esta enfermedad del odio, se habla, se dialoga, y Jesús dialogaba con muchos pecadores, incluso hasta con Judas al final como ‘amigo’, siempre con ternura, porque todos tenemos siempre -con el Espíritu del Señor que Él ha sembrado en nosotros- algo bueno”, indicó el Papa.
Asimismo, el Santo Padre lamentó que la cruz actual más grande de la Iglesia es la mundanidad que también fue la tentación del diablo a Jesús.
“Hablo claramente de esto, porque estoy convencido de ello. La cruz más dura que la Iglesia hace al Señor hoy es la mundanidad, el espíritu de la mundanidad. El espíritu de la mundanidad, que es un poco como el espíritu del poder, pero no solo del poder, es vivir en un estilo mundano que -curiosamente- se nutre y crece con el dinero”.
De este modo, el Papa explicó que “en las tres tentaciones del diablo a Jesús, el diablo hace propuestas mundanas. La primera, el hambre, es comprensible, es humana. ¿Pero después? El poder, la vanidad, las cosas mundanas. Porque el modo es atractivo y la Iglesia, cuando cae en la mundanidad, en el espíritu mundano, la Iglesia es derrotada. El espíritu de mundanidad es lo que más duele hoy, pero siempre ha sido así́”.
“Cuando Jesús nos dice: ‘por favor, haz una opción clara, no puedes servir a dos señores. O sirves a Dios’ o sirves al diablo’. Pero no dice esto. ‘O sirves a Dios o sirves al dinero’. Usar el dinero para hacer el bien, para mantener a tu familia con trabajo, está bien. ¡Pero servir! Y la mundanidad se detiene en eso”, afirmó el Papa.
Por ello, el Santo Padre invitó a rezar la oración a San Miguel Arcángel para vencer al diablo y dijo que él la reza todos los días por la mañana.
“La rezo todos los días, por la mañana. ¡Todos los días! Para que me ayude a vencer al diablo. Alguien que me escuche puede decir: ‘Pero, Santidad, usted ha estudiado, es Papa y ¿todavía cree en el diablo?’. Sí, creo. Le tengo miedo, por eso tengo que defenderme tanto”, concluyó el Papa.
“Hemos olvidado el lenguaje de la paz”
En su larga conversación concedida al programa “a Su imagen” (“a Sua Immagine” en italiano) de la televisión pública italiana Rai1, el Santo Padre advirtió que “hemos olvidado el lenguaje de la paz, lo hemos olvidado” y destacó que “se habla de paz, las Naciones Unidas han hecho de todo, pero no han tenido éxito”.
En esta línea, el Santo Padre comparó las guerras actuales con la pasión y muerte de Cristo: “regreso al Calvario. Allí́ Jesús lo hizo todo. Intentó con piedad, con benevolencia, convencer a los dirigentes y, [en cambio] no: ‘¡guerra, guerra, guerra contra él!’ A la mansedumbre oponen la guerra por la seguridad. ‘Es mejor que un hombre muera por el pueblo’, dice el sumo sacerdote, porque al contrario vendrán los romanos. Y la guerra”.
Luego, el Papa reconoció “yo entiendo a los gobernantes que compran armas, los entiendo. No los justifico, pero los entiendo. Porque tenemos que defendernos, porque [es] el esquema cainista de la guerra. Si fuera un modelo de paz, esto no sería necesario”.
Sin embargo, el Santo Padre alertó que “vivimos con este esquema demoniaco, [que dice] que nos matemos unos a otros en aras del poder, en aras de la seguridad, en aras de muchas cosas”.
En este sentido, el Papa invitó a ser cercanos al sufrimiento de las personas afectadas por la guerra y preguntó: “¿cuántas personas, ante las imágenes de las guerras, de cualquier guerra, han sido capaces de llorar? Algunos lo han hecho, estoy seguro, pero muchos no. Comienzan a justificar o a atacar. No, esto (el Santo Padre señala el corazón): debes cuidar esto”.
“En esta Semana Santa, frente a Jesús Crucificado, déjate tocar el corazón, deja que Él te hable con su silencio y con su dolor. Deja que te hable con las personas que sufren en el mundo: sufren el hambre, la guerra, tanta explotación y todas estas cosas. Deja que Jesús te hable y, por favor, no hables tú. Silencio. Que sea Él y pide la gracia de llorar”, dijo.