Diario del Huila, Comunidad
Por: Hernán Guillermo Galindo M
El lugar tradicional en uno de los sectores céntricos de la ciudad de Neiva, sigue siendo lugar preferencial para encuentros casuales o citas entre ciudadanos que en muchos casos llegan a hacer algún trámite en los consultorios o puntos de atención médica que hay alrededor.
El Parque Leesburg que tomó su nombre como señal de hermandad con la ciudad estadounidense ubicada en el Estado de California en el país del norte, en una alianza e intercambio entre las autoridades de las dos ciudades en la década del 70.
Conocido también como el parque del Amor y la Amistad se encuentra en el barrio Quirinal, en la carrera 7 con calle 21 en la zona central de Neiva. Se construyó como un aporte en la década de los 70 de la ciudad de Leesburg, California, Estados Unidos, a la capital del Huila.
Diario del Huila en su recorrido permanente por las comunas y barrios de la ciudad de Neiva volvió al parque casi un año después de la anterior visita en la que se mostraba como reabría sus servicios después del encierro obligado por la pandemia que se encontraba en su momento más crítico.
El parque Leesburg tiene una ubicación privilegiada entre la carrera séptima una de las principales avenidas y vías arterias de la capital del Huila en materia de movilidad desde el norte hasta el sur de la ciudad y la carrera sexta. Converge en el lugar también la avenida Tenerife o calle 21 que es otra de las principales vías en el sentido oriente, occidente. Se extiende este lugar privilegiado hasta la calle 18.
El parque es un lugar relativamente tranquilo, por contar con un CAI, además de una serie de negocios tanto en los alrededores como en las zonas comunes por la carrera séptima, la carrera sexta y por la calle 18.
Los habituales o constantes visitantes de la sede de la Universidad Corhuila, la clínica Oftalmolàser, los consultorios, laboratorios o centros médicos, encuentran en el Leesburg un punto de encuentro y descanso para hacer un alto para tomarse desde un tinto, hasta un capuchino, saborear un cholado, o compartir algún refresco en los puntos de venta que se han autorizado para la venta en el lugar.
“Aquí no solo es agradable poder departir al calor de un tinto, o un carajillo, sino que el espacio permite mantener el distanciamiento, mientras se espera que le resuelvan a uno el turno de la cita o la entrega de medicamentos”, sostiene Cesar Ramírez, un pensionado.
“Lo que más me gusta es que tenemos espacio para ubicarnos sin estorbar o molestar a nadie, a veces duramos hasta dos o tres horas hablando con los amigos y tenemos aire puro, sombra y buena atención”, agrega.
Una de las zonas más agradables al desplazarse por el parque los proporciona los senderos peatonales tanto por la carrera Séptima como por la calle Sexta. Al igual que por las calles 18 y 21, permiten caminar cómoda y tranquilamente por el lugar. Al llegar por la carrera Séptima, además del CAI de la Policía que está en la parte alta, se encuentran senderos verdes que llevan a una zona de arborización en la que está ubicado un parque infantil.
Un poco hacia el sur, buscando la confluencia de la carrera séptima con la calle 18, se observa el parque biosaludable, que en las tardes permanece solo, pero que en las mañanas y en las noches es visitado por habitantes de los barrios cercanos para hacer sus rutinas de ejercicios.
“Me gusta venir a caminar en las mañanas temprano o por las tardes cuando ha bajado el sol, en ocasiones lo hago con mi vecina Bertha o a veces traigo los nietos para que caminen o jueguen en el parque. En otras ocasiones los dejo que se diviertan en los jugos mecánicos que funcionan especialmente los fines de semana”, dice Clara Suaza, una ama de casa que reside en el Quirinal por la carrera 7 con calle 18A.
En la visita de esta oportunidad coincidimos con la jornada de aseo que realiza uno de los operarios de Ciudad Limpia, que es otro de los hechos que destacan quienes laboran en los negocios del parque al igual que los visitantes.
“Cada quien se encarga de mantener aseado su entorno en el caso de nosotros los vendedores de tinto y cafés especiales, como los que ofrecen fruta o helados en diferentes presentaciones. Los clientes también tienen sentido de pertenencia por el parque, así entre todos demostramos cultura ciudadana y compartimos un lugar aseado y agradable”, comenta Martha una empleada de la venta de tinto y cafés especiales.
Nos trasladamos ahora a la carrera Séptima en donde se ha abierto una zona de venta de cholados, son varios los consumidores de este refresco que mezcla frutas, hielo y helados entre otros como ingredientes que son el principal atractivo para los consumidores habituales o casuales.
Jhon Pérez, un estudiante de la Corhuila, nos cuenta: “El parque es un lugar muy agradable, por la seguridad y por las amplias zonas peatonales por lo que se está muy cómodo para poder dialogar o compartir, habitualmente venimos una o dos veces por semana, al terminar clases o en las pausas que nos permite nuestro proceso de formación profesional, es una manera de recargar energías”, sostiene.
Ya al final de esta visita, nos desplazamos hacia la calle 18 por la carrera Sexta y al caminar por ésta encontramos a un grupo de pensionados que departen al calor de un tinto.
Jorge Plazas, un pensionado comenta; “Este es un lugar tranquilo, agradable. Como ve aprovechamos para departir con los amigos en estos encuentros en los que rememoramos de nuestros tiempos y para hablar de política, deportes y otros temas. Es muy agradable encontrarse con los amigos, saber que están bien que sus familias están bien, este es de los pocos lugares en Neiva en los que se puede departir al aire libre”, argumenta.
En medio de las reflexiones que nos entregaron quienes laboran o simplemente comparten ocasionalmente en el parque Leesburg o del Amor y la Amistad en el barrio Quirinal, encontramos mucho de razón en el sentido que es de los pocos lugares al aire libre de Neiva en los que se puede departir sin tener que pagar o con una baja inversión como la compra de un cholado, un helado o un tinto.