A dos semanas de la segunda vuelta en Brasil, el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, protagonizó un nuevo escándalo que le ha generado incontables críticas desde la oposición. El mandatario se encontraba hablando con unos influenciadores de fútbol cuando dijo haber entrado a la casa de unas menores venezolanas que encontró en una esquina, luego una visita a Sao Sebastiao, una comunidad o barriada pobre en Brasilia, en abril de 2021.
El presidente, que buscará la reelección en el balotaje del 30 de octubre frente al expresidente izquierdista Luis Inacio Lula da Silva, insiste que un triunfo de su rival y de la izquierda “convertirá al país en Venezuela”, de donde millones de personas han emigrado durante el gobierno de Nicolás Maduro.
Rosangela ‘Janja’ da Silva, esposa del expresidente, y su hijo, Flávio Bolsonaro, manifestaron su “indignación” y se sumaron a la defensa de Bolsonaro, así como el ministro de Comunicaciones de Brasil, Fábio Faria, quien denunció en Twitter que “el PT está apelando a todo tipo de bajezas”, y pidió la intervención del Tribunal Superior Electoral (TSE) para combatir “noticias falsas” y “distorsión” de las declaraciones.
Lula continúa como favorito con 49 % de las intenciones de voto contra 44 % de Bolsonaro, según un sondeo de Datafolha difundido el pasado viernes. Tomando en cuenta apenas los votos válidos (sin blancos ni nulos), Lula ganaría la elección con 53%, y Bolsonaro quedaría con 47 %, según la encuesta, que entrevistó a 2.898 electores en 180 ciudades y contempla un margen de error de más o menos dos puntos porcentuales.