DIARIO DEL HUILA, MEDIO AMBIENTE
En Palestina, sur del Huila, una familia campesina transforma los residuos en abono orgánico, el cual es utilizado en los cultivos reemplazando los costosos fertilizantes.
“Buscamos que el campesino, la ama de casa, el estudiante y el poblador encuentre en la agricultura regenerativa, que es la que fomentamos, una alternativa de producción, y de ahí empezamos a hacer restauración ecológica y producción sostenible encaminada a que el suelo sea un ente vivo, no solo sustrato”, así presenta su emprendimiento Julián Arturo Rodríguez, quien busca combatir los efectos de la guerra entre Ucrania y Rusia transformando los residuos o mal llamadas ‘basuras’ en abonos orgánicos, ante la escasez de fertilizantes importados.
Este innovador emprendimiento tiene como materia prima una mezcla de cáscara del café, hojarasca que sirven de fuente de carbono y el mucílago o la baba de café sobre lo que se comienza a hacer el fermento (Bocashi) en un depósito orgánico llamado Compostera.
“Por parte de la CAM recibimos la compostera y empezamos el arte de compostar, que es cocinar un buen alimento para dárselo al suelo y de ahí que se tome la nutrición para la planta. Es agregar los ingredientes adecuados, es no tirar basura a un lugar y esperar que pase un tiempo y se vuelva tierra” explicó Julián Arturo Rodríguez uno de los creadores de este abono orgánico.
Hermanos emprendedores
Los hermanos Rodríguez Carlosama quienes desde sus profesiones como Agrónomos e Ingenieros Forestales sumado a la labor de su grupo ReverdeSer, son la familia que quiere hacerle frente a la escasez de fertilizantes importados a causa de la guerra entre Ucrania y Rusia.
Con su emprendimiento de transformación de los residuos orgánicos en abonos, buscan la restauración ecológica y la producción sostenible, elaborando bioinsumos con recursos locales. Su Ecoaldea Reverdeser, está ubicada en la vereda El Portal y ha contado con el apoyo de la Autoridad Ambiental del Huila representada en una compostera para el aprovechamiento de los residuos orgánicos que generan dentro de las actividades diarias.
Marcela Rodríguez, una de las hermanas emprendedoras explica que la familia se encuentra desarrollando un modelo cerca al pueblo para que la gente vaya y aprenda cómo se preparan los insumos orgánicos, los caldos, cómo se maneja la compostera y cómo nace el bocashi, todo por mano propia, sin necesidad de transportar químicos o fertilizantes de otro lado del mundo que hacen que la tierra sea dependiente de estos abonos.
“Queremos que la tierra sea independiente y que las personas aprovechen todo lo que hay alrededor. Queremos que todo sea como un ciclo, que lo que sale de los cultivos, aquí mismo quede, que no haya necesidad de llevarla a otro lado para que contamine y acabe con la poquita flora y fauna o los microorganismos que hay en el suelo”, indicó Marcela.
Compostaje
Los hermanos indicaron que la ventaja de este abono orgánico es que es amigable con el medioambiente y usa los productos que salen de los cultivos o de la cocina, como las cascaras de plátano, yuca, etc, el cual es procesado en la compostera.
“El compostaje es una regulación, un balance de nutrientes, un arte. Hacer esto es con paciencia, es mezclar, picar, palear y para eso dedicamos tiempo y amor”, puntualizó Julián Rodríguez.
Los hermanos explicaron que el arte de compostar implica darle una temperatura ideal a los desechos orgánicos que no debe subir más de 60 grados, no presentar moscas, ni vectores para no pasar a la putrefacción y dañar el abono, siendo no apto para la nutrición de las plantas.