A solo 22 días de desarrollarse las elecciones regionales en todo el país, se sigue aumentando la zozobra por el temor y miedo de los aspirantes que se van a someter a la voluntad popular el próximo domingo 29 de octubre. Se han venido presentando asesinatos de candidatos y atentados terroristas para intimidarlos para que se retiren y solo queden los de los movimientos afectos a las organizaciones subversivas, como ha ocurrido en algunas regiones del país. Es muy preocupante que también se sigan presentando los asesinatos selectivos que están enlutando a las familias y generando temor en medio de un ambiente electoral, que producto de la laxitud que ha tenido el gobierno nacional con la delincuencia, han permitido que se empoderen y sigan cometiendo fechorías y actos que van en contravía de la normatividad colombiana.
El pasado 30 de septiembre, un informe de la Misión de Observación Electoral MOE, expresa que 166 municipios presentan algún riesgo por coincidencia de factores de factores indicativos de fraude electoral y de violencia para las elecciones de autoridades locales 2023. Por tal motivo le han solicitado al gobierno nacional, a través de unas recomendaciones para el fortalecimiento electoral, así como el correcto desarrollo de las elecciones, para evitar que se afecten negativamente el desarrollo de éstas, y que se requiere de la actuación conjunta y coordinada de las distintas instituciones del Estado. A lo largo de este proceso electoral no se ha prestado especial atención a los riesgos relativos a la violencia contra liderazgos políticos y la presencia de grupos armados ilegales en algunas regiones del país, están afectando el libre desarrollo de las campañas y están trascendiendo la jornada electoral.
El atentado criminal contra el candidato a la alcaldía de Palestina, Juan Diego Pineda, donde salió ilesa su suegra y asesinada una dirigente que lo acompañaba en su carro particular en la zona rural de esta localidad, y otros casos que han venido ocurriendo en el departamento y otras regiones del país, son el fiel reflejo de los altos niveles de inseguridad que están afectando el libre ejercicio a ser elegido en Colombia, así las altas esferas del gobierno nacional, no lo quieran aceptar. No solo basta la retórica barata para generar cortinas de humo sobre la gravedad de esta problemática que atenta contra la democracia colombiana. El país, no se lo podemos dejar a los violentos.
Es importante que este llamado que hace la MOE sea tenido en cuenta por las instancias nacionales. No es un juego. El presidente de la República debe liderar este proceso para defender el desarrollo de estas justas electorales que se nos avecinan. Su accionar deben mostrar una neutralidad y un compromiso indeclinable con el desarrollo de un proceso electoral libre, justo, equitativo, transparente, auténtico, seguro y basado en el estricto cumplimiento de las normas vigentes.
