DIARIO DEL HUILA, HISTORIA
Por: Brayan Smith Sánchez
Debido a múltiples factores como sociales o económicos de algunas familias a diario en las calles de Neiva podemos apreciar a niños trabajando, uno de ellos se llama Jhon quien desde su temprana edad ha pasado por trabajos como reciclador, lavador de carros y más.
Jhon Carlos García, conocido como ‘Jhonsito’ entre sus familiares, amigos y conocidos es un niño bastante peculiar, extrovertido, hablador, inteligente y excelente con las matemáticas me aclara, ya que, debido a sus variados empleos que ha asumido a su corta edad ha aprendido dichas cualidades que considera él bastante importante para la vida y que en la escuela las refuerza aún más, de tan solo 12 años de edad nacido en la ciudad de Neiva – Huila el 7 de noviembre del 2008 en un seno humilde es el hermano mayor de 6 pequeños, hijo, sobrino y soñador como todo niño a su edad.
El pequeño comenta que a su corta vida se ha dedicado a vender dulces, reciclar, lavar vehículos y que actualmente está masillando carros, expresa que se trata de arreglar o aplicar pasta automotriz para rellenar o resanar rayones y choques que sufren las motocicletas o automóviles, profesión que ha aprendido observando y detallando a los más grandes en el taller en si empíricamente se ha ganado diariamente un sustento para él, sus hermanos y su familia en general.
“Yo he trabajado reciclando, vendiendo bombombunes, lavando carros y motos, en estos momentos estoy trabajando masillando carros, el señor me conoce y sabe de dónde soy por eso me dio trabajo, además, me queda muy cerca de donde vivo y pues yo no sabía hacer eso, pero aprendí viendo y es fácil solo hay que mirar muy bien y dejar el miedo y practicar”, sostuvo “jhonsito”.
Asimismo, Jhon expresa que su día empieza desde muy temprano y que desde las seis de la mañana ya está levantado ayudándole a sacar el puesto de café a su tía, a él no le da pena ejercer dichas actividades por la razón de que estos trabajos son los que de una u otra forma le dan de comer a él y a sus hermanos, ostenta de igual forma que con el sueldo obtenido arreglando carros puede darse el lujo de comprarse zapatos y de consentir a sus hermanos dándoles golosinas.
“Desde temprano estoy levantando, tipo seis de la mañana ya estoy despierto por que le tengo que ayudar a mi tía a sacar el negocio de tintos y dulces que ponemos todas las mañanas, la verdad a mí no me da pena trabajar o ayudarle a ella pues esto es lo que nos da de comer, y también con lo que yo gano me compro mis zapatos y me lo gasto con mis hermanos comprándoles dulces, mecato y cosas así por el estilo”, expresó.
Jhonsito de tan solo doce años de edad, en un día laboral aproximadamente gana veinte mil pesos colombianos arreglando y estando pendiente en el taller de los carros que llegan, su jornada laboral empieza desde las ocho de la mañana y termina a las seis de la tarde, aclara que su jefe le propicia el desayuno y el almuerzo, ya que, dicho señor como él comentaba conoce su situación económica y le ayuda bastante, aclara nuevamente que trabaja para costearse sus gustos y darle algunas cosas a sus hermanos debido a que por ser tantos su tía y su papá las personas que están a cargo no pueden darles gusto en todo.
“Yo inicio desde las ocho de la mañana a trabajar hasta las seis de la tarde, el patrón me da mi desayuno y mi almuerzo porque sabe mi condición económica, le digo otra vez, no me da pena trabajar ni me molesta trabajar pues esto me ayuda a comprarme mis cosas y me gusta, pena que me vean robando”, sostuvo.
¿Y su estudio…?
Ahora al hablar sobre su educación, menciona que hace tercer grado de primaria en una escuela pública al sur de la ciudad de Neiva, que ha perdido bastantes años por el motivo que no le gusta hacer tareas ni trabajos pero que actualmente asiste a sus clases por medio de un celular y que sus notas están muy bien por ahora, ya que, ha presentado todos sus deberes y que gracias a una vecina que le colabora, le explica y ayuda en lo que más pueda, inclusive enviando las evidencias por medio de correo electrónico a sus respectivos profesores.
Para Jhon su materia favorita aparte de Educación Física es matemáticas la primera razón es debido a que por medio de su trabajo ha aprendido a sumar, multiplicar y hasta dividir de una manera exacta porque así, según él en donde trabaja y donde le colabora a su tía recibe dinero y necesita ser claro e inteligente para no perder.
Debido a la actual pandemia del Covid-19, él cómo muchos niños del mundo también emigró a la virtualidad, pero debida a su situación económica y que sus seis hermanos también estudian deben rotarse el único celular que tienen en su hogar y que es de su padre, además, con el sueldo que gana en el taller, recarga todos los sábados seis mil pesos para poder así activar un plan de internet y entrar a sus respectivas clases, narra que cada uno de ellos tiene un horario de dos horas máximo con el celular para realizar sus deberes y entregas escolares.
“El celular que tiene mi papá, él nos lo presta y yo le hago una recarga cada semana para que mis hermanos y yo nos conectemos a las clases, como somos muchos nos toca turnarnos para que cada uno entre a la clase que le toque, por ejemplo, mi hermana es la última en coger el celular, ya que, estudia en la tarde yo como estudio en la mañana soy uno de los primeros”, sostuvo.
Un gran arquero
Como todos los niños él también tiene sus sueños y deseos, sostiene que cuando sea grande le gustaría ser un arquero profesional de fútbol y estar en un equipo importante de Colombia o del mundo, manifiesta que cuando juega con sus amigos del barrio siempre pide ser arquero, ya que, se siente realizado por que gran parte de la responsabilidad está en él, expresa no estar en un grupo de entrenamiento porque no tiene dinero pero que aun así el entrena con un balón que le regalaron y que a veces sus mismos hermanos le tiran el balón para que el los ataje.
Pandemia
Al vivir con su padre, tía y sus seis hermanos el tema de la pandemia los afecto gravemente debido a que ellos viven del día a día y al no poder salir a trabajar a la calle por las respectivas normas y leyes emitidas por los entes territoriales algunos días solo comían una vez, sin embargo y que gracias a Dios una mujer generosa los ayudo enviándoles mercados cada mes.