Diario del Huila

Nuevamente se avivó la polémica por el proyecto de ley que busca regular la maternidad subrogada o el alquiler de vientre, uno de los temas más sensibles en el país. Diario Del Huila, dialogó con expertos que desde sus conocimientos se mostraron a favor y en contra de este proyecto de ley.

DIARIO DEL HUILA, PRIMER PLANO

Por: Johan Eduardo Rojas López

En esta oportunidad el representante a la cámara por el Pacto Histórico, Alejandro Ocampo, adelantó una iniciativa que busca darle vía libre a la maternidad subrogada, por lo cual radicó un proyecto de ley para regular esta práctica y de esta forma prevenir todo tipo de hechos delictivos.

Mediante dicho proyecto se reglamentará esta práctica que es cada vez más común y que, al día de hoy, no cuenta con procedimientos legales en Colombia. Según el representante a la Cámara, este proyecto, que es necesario para el país, tiene varios puntos.

El proyecto busca además que el embarazo subrogado se convierta en un ejercicio responsable de maternidad

“Lo primero, que esta práctica, que se viene haciendo hace tiempos en Colombia, por fin esté reglamentada, esté bajo el seguimiento y la lupa de la Ley; muchas personas, muchas familias están acudiendo a la posibilidad de tener un hijo mediante el embarazo subrogado o maternidad subrogada, han existido muchos problemas legales, civiles, pecuniarios, penales”, indicó.

El proyecto busca además que el embarazo subrogado se convierta en un ejercicio responsable de maternidad y que las familias que no han podido tener hijos, puedan tener uno de manera subrogada, pero legal, garantizando la calidad de vida y el futuro del infante.

Para esto es importante recordar que la Corte Constitucional, en septiembre de 2022, dio un plazo de seis meses al Gobierno y al Congreso para regular este proceso. Ese plazo vence en marzo próximo y los tiempos no dan para cumplirlo. Por esto, y ante la falta de iniciativas, fue que el representante radicó el proyecto en aras de que se mitigue el negocio clandestino que tiene actualmente.

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Nada nuevo

Héctor Repizo Ramírez, abogado Especialista en derechos administrativo, constitucional y Contratación Estatal, explicó que, desde el 2009 la Corte Constitucional empezó a reglamentar esta práctica a través de la sentencia 978 del mismo año, dándole como opción a los padres que no tenían la capacidad de poder tener hijos de recurrir al alquiler de vientre.

Sin embargo, desde esa fecha hasta la actualidad se han presentado cerca de 16 proyectos de ley ante el Congreso de la República, los cuales han sido archivados. Según el experto, esto se ha dado por falta de mayor voluntad política dado que esa práctica se viene desarrollando, pero sin ninguna regulación y, por tanto, se ha convertido en un negocio, es decir, únicamente se da como una opción de ánimo de lucro.  

“Actualmente se adelanta un proyecto de ley donde se trata de convertir esa práctica en un delito, es decir, si usted utiliza la maternidad subrogada para fines de lucro lo están penalizando. Yo creo que ese proyecto de ley con las actuales circunstancias podría salir aprobado porque está reglamentando todo lo que tiene que ver con el proceso, es decir, como se soluciona el tema de la paternidad, los apellidos y derechos de los menores, los derechos de madres que prestan el vientre, además, de dar una indemnización porque la madre tiene un proceso de desgaste”, aseguró el abogado.  

Este panorama podría explicarse desde un punto de vista subjetivo, por tanto, se ha convertido en uno de los más polémicos del país. Empero, desde donde podría entenderse en esta oportunidad es desde la opción que se les dará a las personas que por cualquier motivo no pueden concebir un bebe.

Cabe indicar que las personas interesadas tendrán que cumplir con una serie de condiciones, tales como estar entre los 25 y los 45 años y, en caso de ser una pareja conformada por un hombre y una mujer, haber agotado las vías médicas para concebir. Los ciudadanos que podrán hacer parte de esta medida serán los solteros, las parejas conformadas por personas del mismo sexo y las parejas heterosexuales imposibilitadas de para engendrar de manera natural.

Mediante dicho proyecto se reglamentará esta práctica que es cada vez más común y que, a día de hoy, no cuenta con procedimientos legales en Colombia.

“Lo que no está prohibido está permitido”

Para Repizo Ramírez, independientemente de todo, se tienen que reglamentar el alquiler de vientre porque en la práctica se está presentando sin ninguna regulación legal y lo que no está prohibido, básicamente está permitido, lo que significa que, la gente lo está haciendo de una u otra manera. Esto, entre otras cosas porque se presentan dilemas de paternidad, apellidos, entrega del bebe, además, de la explotación económica que está vista como un negocio.

La legislación colombiana tiene vacíos y no mucha claridad en materia de reglamentación de alquiler de vientres. Por la normatividad no presente, esta actividad ha desembocado en una situación compleja de salud pública, en la que las mujeres ponen en riesgo su vida.

Sumado a esto, agregó que, “es necesario regular el tema porque si sigue sin legislación deja o genera muchos vacíos jurídicos. No hay nada que genere garantías. La Corte Constitucional desde el 2009 le dio la orden al Congreso de la República para que legislara y realmente yo creo que el panorama y el ambiente está más propicio actualmente. No es ilegal porque no está prohibido y entonces en la legislación está permitido, actualmente se hace es porque la Corte Constitucional empezó a intervenir a través de una sentencia de tutela y dio la orden al Congreso de la República de reglamentar todos los puntos que son específicos y los que más han generado conflictos en la práctica de este ejercicio”.  

La aprobación del proyecto de ley para el experto resulta buena opción porque eso hace parte del campo de la evolución, genética y legislación que hay en el mundo, lo cual, debe ir a la par con los cambios existentes en todos los campos. Solo allí se establecería esa opción de manera legal porque se volvería cotidiano y se actuaría bajo unas normas claras.

“Pienso que la iniciativa es aplaudible y espero que el tránsito se de manera positiva y se convierta en una ley para que sea una opción para las parejas que no pueden tener hijos. Más que traumatismos, yo creo que puede ser una solución al tema porque ya con unas reglas claras y condiciones específicas, donde establezca los derechos de los menores y las madres, se generaría un ambiente muy adecuado para que se siga desarrollando el alquiler de vientre”, concluyó.  

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¿Una práctica nociva?

Rosmary Garzón González, psicóloga, magister en Salud Sexual y Reproductiva, por su parte, expuso que, inicialmente hay que comprender que la maternidad subrogada o alquiler de vientre es una práctica realmente ‘nociva’, que atenta contra los derechos de todas las mujeres, los niños y las niñas.

Bajo esa lógica, es una práctica que realmente “atenta con todos los derechos sexuales y productivos porque mercantiliza la mujer y hace del ejercicio de la maternidad y paternidad más que abogar por el derecho a una familia, es por tener o desear un hijo biológico basado en un presupuesto. Entonces cuando hablamos de esto, estamos hablando de una práctica nociva que se considera un delito al entenderse como una trata de personas porque es una forma de explotación de cuerpos”, enfatizó.

Informó también que, esas discusiones vienen desde prácticas europeas porque desde allá buscan alquilar vientres en América Latina dado que son a bajo costo. A través de ese uso de las latinas es que empieza a pensarse el tema de la maternidad subrogada y la necesidad de reglamentar o prohibir esta práctica.

Por estas razones Garzón González está totalmente de acuerdo en prohibir esta práctica con fines lucrativos para prevenir que se realice porque, adicionalmente, hay un concepto ético de fondo frente al cuerpo humano de la mujer, es decir, que por el hecho de tener un útero lo vuelve un proceso de mercancía.

“También es una cuestión de desigualdades sociales porque quienes aceptan estas prácticas son mujeres que están en una situación de vulnerabilidad social y económica, y esta es la única alternativa que ven viable es poder alquilar su vientre. En estos procesos se deben tener componentes biológicos y éticos, además, en el plano de los derechos de las mujeres y niños. Algo muy diferente a las situaciones de trasplante porque se hace bajo unos términos de solidaridad y no de transacción económica”, aclaró la psicóloga.

Para que el proyecto se convierta en una realidad deberá superar cuatro debates en el Congreso.

Sin datos

Realmente en el Huila no hay datos como tal porque esto es un subregistro, sin embargo, se puede inferir al ingresar en redes sociales que las ofertas de vientres abundan. Hay agencias que arman los paquetes o mujeres que caminan solas en la turbulenta negociación. El precio se fija con base en las exigencias del cliente frente a la apariencia de la madre: edad, peso, color de piel y experiencia.

“Hay que pensar que embarazarse puede presentar algunos riesgos en salud. Esto no se debe naturalizar. Dentro de mi experiencia investigativa y clínica, puedo decir que son pocos los casos que se desarrollan en el departamento del Huila. Generalmente las personas que buscan alquiler del vientre son extranjeros”, puntualizó.  

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