Inicialmente se llegó a pensar que su dueño se encontraba privado de la libertad en la cárcel de Pitalito, pues el perro esperó por más de 8 días en la puerta del establecimiento penitenciario.
No se trataba de una persona privada de la libertad, se trata de un militar, el afortunado dueño de este canino que esperó a la intemperie en la puerta del establecimiento carcelario, a que regresara su amo.
El perrito acostumbrado a ver hombres uniformados, por el trabajo propio de su amo, esperó en el penal tras extraviarse, a que su dueño pronto regresara.
Antes de conocerse quién era el verdadero dueño, el director de la cárcel había manifestado que adoptarían al canino.
Por fortuna, gracias a una publicación en redes sociales, el militar pudo conocer dónde se encontraba su amigo fiel y pudieron volver a estar juntos nuevamente.