Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia Ejército del Pueblo (FARC-EP) anunciaron, mediante un comunicado, la suspensión de los diálogos de paz debido al incumplimiento por parte del Estado. Se mantendrá el cese del fuego bilateral, tal como se había acordado, mientras la organización llevará a cabo una consulta interna en su comisión de diálogo.
Diario del Huila, Contexto
El rompimiento repentino de los diálogos entre el Gobierno Nacional y la disidencia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo (Farc-EP) ha dejado al proceso de paz en un estado de incertidumbre. Apenas 20 días después de su inicio, el grupo armado liderado por Iván Mordisco, al frente del Estado Mayor Central, anunció la suspensión de las negociaciones.
Este giro sorpresivo fue comunicado a través de un comunicado oficial de las Farc-EP, señalando el incumplimiento del Estado como razón principal para la interrupción de los diálogos de paz. A pesar de esta suspensión, se enfatiza que el cese al fuego bilateral, crucial para mantener la estabilidad, se mantendrá.
El comunicado emitido por la disidencia destaca la persistente priorización de enfoques militares sobre las intervenciones sociales por parte del Estado como un obstáculo clave en el proceso de diálogo.
Retención
Se hace referencia específica a la reciente retención de al menos 20 militares del Batallón de Fuerzas Especiales Urbanas (Bafur) en el corregimiento de El Plateado, en Cauca, que, según fuentes militares, fue ejecutada con la complicidad de la comunidad influenciada por el Estado Mayor Central.
Este incidente, junto con otras acciones que han incrementado la presencia militar en áreas acordadas para desocupar, ha minado la confianza entre las partes involucradas en las conversaciones. Las Farc-EP expresan su disposición para reanudar las conversaciones en cualquier parte del territorio colombiano, bajo la condición de un compromiso más firme por parte del Estado para cumplir con los acuerdos establecidos.
La suspensión de estos diálogos se produce en un contexto en el que la estrategia de ‘Paz Total’ del Gobierno enfrenta graves desafíos. La reciente violación del cese al fuego por parte del Ejército de Liberación Nacional (ELN), tras el secuestro del padre del futbolista Luis Díaz, genera una creciente inquietud, ya que este incidente aún no ha sido resuelto.
Además, el comunicado de las Farc-EP arroja luz sobre su percepción de las elecciones territoriales, señalando que las mafias y los aparatos electorales fueron determinantes en los resultados, lo que aumenta su descontento.
Reacciones
El quiebre en los diálogos de paz ha generado reacciones y análisis diversos. León Valencia, director de la Fundación Paz y Reconciliación (Pares), criticó la postura permisiva del Gobierno hacia las disidencias, señalando concesiones otorgadas a estas sin reciprocidad.
Organizaciones como Human Rights Watch han advertido sobre el fortalecimiento interno de la disidencia de Mordisco, en el marco de la denominada ‘paz total’.
Este impasse en los diálogos subraya un desafío sustancial para la continuidad del proceso de paz en Colombia, lo que evidencia la necesidad de un compromiso más sólido y recíproco entre las partes involucradas.
Perspectivas y desafíos futuros
La suspensión de los diálogos entre el Gobierno y la disidencia de las Farc representa un revés significativo en el camino hacia la estabilidad y la reconciliación en Colombia. La desconfianza y la percepción de incumplimientos por ambas partes resaltan la fragilidad del proceso de paz, que ya se encuentra en una etapa crítica.
El compromiso de ambas partes para reanudar las conversaciones es vital, pero este episodio pone de manifiesto la complejidad y los desafíos de lograr una paz duradera en un país marcado por décadas de conflicto armado.
La posibilidad de retomar las negociaciones depende de la capacidad de las partes para abordar las preocupaciones planteadas y establecer un compromiso más firme con el cumplimiento de los acuerdos. La presión de la comunidad internacional y la sociedad civil también jugará un papel crucial en la resolución de este impasse.
El futuro del proceso de paz en Colombia se enfrenta a una encrucijada. La necesidad de diálogo, comprensión y concesiones mutuas es más urgente que nunca, si se busca avanzar hacia una paz duradera y genuina en la nación sudamericana.
