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“El Olvido Que Seremos” una película testimonial digna de ver

Nov 6, 2021

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DIARIO DEL HUILA, EL BOTALÓN
Por: Martha Cecilia Andrade Calderón

Otra joya cinematográfica que ingresa al canon del cine colombiano.

A propósito del 2 de noviembre, día de los muertos, y en coincidencia, la Tertulia El Botalón, tuvo a bien exhibir un film cuyo protagonista pensó que, al morir, como el poema de Borges, su nombre se olvidaría, pero que por amor filial de su hijo se ha inmortalizado. Primero con la novela que dio origen a la cinta y luego con un valioso largo metraje grabado en Medellín, y ya merecedor de varios premios como los de Cannes, San Sebastián, Marsella (Francia) y el Goya 2021 como mejor película iberoamericana.

La Novela de Abad Faciolince

La novela testimonial “El olvido que seremos” fue escrita en el 2006, hace 16 años, por Héctor Abad Faciolince, y se ha convertido en uno de los libros fundamentales de la literatura en español. Trata de la vida de su padre, Héctor Abad Gómez, médico y activista en pro de los derechos humanos, asesinado en Medellín por los paramilitares. Así que, desde el amor de hijo, su dolor de huérfano y víctima de la violencia, escribe una loa novelada alrededor de lo que fue su progenitor.

El mismo escritor Faciolince, redacta: “Como niño yo quería algo imposible: que mi padre no se muriera nunca. Como escritor quise hacer algo igual de imposible: que mi padre resucitara. Si hay personajes ficticios -hechos de palabras- que siempre estarán vivos, ¿no es posible que una persona real siga viva si la convertimos en palabras? Eso quise hacer con mi padre muerto: convertirlo en alguien tan vivo y tan real como un personaje ficticio”. Y lo logra, ha sido es una de las obra más leída y editada en las últimas décadas, de su calidad dan cuenta los premios que ha recibido: ganadora del Premio WOLA-Duke en Derechos Humanos en Estados Unidos y del Premio Criaçao Literária Casa da América Latina de Portugal.

El film dirigido por Fernando Trueba

La película es 100 por ciento colombiana. El proceso lo lideró Gonzalo Córdoba, presidente de Caracol Televisión y quien convenció al español Fernando Trueba, para que aceptara la dirección. Cosa que lo hice mucho después cuando estuvo en Medellín recorrió los pasos de Héctor Abad Gómez, estuvo en su finca de Jericó, compartió con su familia y con el escritor, quien junto con su hermano fue guionista de la cinta.

El rodaje se realizó a principios de 2019 en distintos lugares de Medellín, utilizando aproximadamente 16 locaciones entre las que se destacan el edificio del Ferrocarril de Antioquia, el Palacio de la Cultura Rafael Uribe Uribe, la Universidad de Antioquia, el Edificio San Ignacio, el Museo de Antioquia y el Aeropuerto Olaya Herrera. En su realización, la ciudad recibió como inversión más de 1.000 millones de pesos.

El argumento construido desde la nostalgia y la memoria, con planos filigranamente elaborados recorren las anécdotas de la vida familiar, laboral, social y política del médico epidemiólogo Héctor Abad Gómez, profesor universitario, quien sentó las bases para los programas de Salud Pública, alentó la vacunación social y el alcance de la medicina para todos.

El film enfoca, en estampas rutinarias de familia, aspectos psicológicos de la pareja, la esposa abnegada, cuatro hijas y un varón; su educación, y los sueños de un médico profesor comprometido con sus estudiantes y las causas injustas de su sociedad. Él se ve en cada avance de la película más entregado a la acción. En las escenas se refleja muy bien esa alegría y gustos de familia; se rescata esa especie de humor y de nostalgia que rebosa los años de la infancia, como también los conflictos propios de la adolescencia entre padre e hijo. Este engranaje familiar con lo socio educativo se ve afectado por la muerte de cáncer de la niña consentida del padre, Marta Cecilia, cantante y música que engalana la portada de la novela.

El argumento construido desde la nostalgia y la memoria, con planos filigranamente elaborados recorren las anécdotas de la vida familiar, laboral, social y política del médico epidemiólogo Héctor Abad Gómez.

Temas como la diáspora judía; los aprietos religiosos católicos vividos por la familia, la época de la violencia, la guerra partidista entre liberales y conservadores llena de prejuicios, señalamientos, persecuciones y atentados, son temas que toca la película. Se afirma, el color de la película y su simbología da un gran toque artístico a la cinta.

Una parte en blanco y negro y otra en color. Podría ser un poco despistante si se creyera que, como en muchas películas, lo blanco y negro se refiere a los recuerdos de los personajes, pero no. Lo blanco y negro se refiere al antes y el después de la muerte de Marta, que, como lo dice el escritor en el libro, «partió en dos la historia de mi casa».

Sella la serie, después de conversaciones, sonrisas, canciones y bailes de los años 60, lagrimas, películas, lecturas, canciones, amores, reuniones, juegos de adolescencia, la muerte de un héroe urbano, entregado a sus causas sociales, sindicales y políticas, que prefirió siempre una “muerte digna” acorde a sus ideales de justicia social. Así este activista de los derechos humanos, quien incursiona al final en la carrera política postulándose a la alcaldía de Medellín, pero como sucede hoy en día con muchos líderes sociales o políticos comprometidos, lo asesinan el 25 de agosto de 1987.

Esta producción de Caracol Televisión y Dago García, ha sido elogiada a nivel internacional por su emotiva historia y el nivel de las actuaciones de los protagonistas, las cuales estuvieron en las pieles de Javier Cámara y el colombiano Juan Pablo Urrego y un elenco de primera línea como Patricia Tamayo, Aida Morales, entre otros. Su excelente banda sonora fue música del polaco Zbigniew Preisner.

Más lágrimas que palabras al final

Son muchos los mensajes y desafíos que deja esta maravillosa película dirigida por el audaz director Trueba, es intensa, directa, narrada y entregada con maestría, ritmo y tensión, lo cual no permite distraer al espectador que embriagado, al prender las luces de la sala, debe limpiarse los ojos.

Quizás, como se ha dicho, esta historia conmovedora, sobre un hecho real, es “contada desde el deseo de acabar con la injusticia, luchando ante el constante dilema de ética o corrupción, poniendo en relevancia el dolor de un pueblo harto de las manipulaciones políticas y la violencia Intersocial”.

No hay duda, la película es otra joya cinematográfica que ingresa al canon del cine colombiano y que permite leernos y reconocer que esta historia se ha repetido y se sigue repitiendo en Colombia y América Latina, pues la lista de los líderes sociales comprometidos no se cierra y sigue llenándose de inocentes héroes que trabajan por la justicia y la paz. ¿Qué hacer frente a esta radiografía fílmica que nos llama la atención para un cambio? Todos nos miramos, el mutismo reinó. Sólo queda el deseo de releer el libro y volver a ver la película.

La novela testimonial “El olvido que seremos” fue escrita en el 2006, hace 16 años, por Héctor Abad Faciolince, y se ha convertido en uno de los libros fundamentales de la literatura en español.

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