Por Hernán Guillermo Galindo M
Jesús Antonio Toledo, un caqueteño de 46 años es un chef empírico que después de laborar en un restaurante de comida china en Florencia, se especializó en preparar ensaladas y principios que ofrece a quienes tienen que atender el almuerzo de manera rápida por sus ocupaciones diarias.
El tener que atender la modernidad con trabajo de varios de los miembros de la familia, los obliga a tener que preparar el almuerzo de manera rápida y práctica.
Algunos dejan hecho parte de ese almuerzo temprano en la mañana y lo finalizan al retornar a casa de sus ocupaciones, bien sea el trabajo o el estudio. Esta situación le dio una idea a un caqueteño que hace cuatro años llegó a Neiva y junto a su esposa e hija, prepara todos los días de lunes a viernes ensaladas y los llamados “principios” para facilitar a muchos de los habitantes de la zona oriental de Neiva tener un almuerzo de manera rápida.
Jesús Antonio Toledo nació en Florencia en donde dice “tuvo una infancia y adolescencia tranquilas en medio del estudio, los juegos tradicionales con sus compañeros de colegio y de barrio, el comienzo de la vida laboral que aprendió de sus progenitores, Ramón Toledo y Hermelinda Facundo, que se dedicaban a la venta de dulces en las afueras de los colegios”, recuerda.
Ya mayor y casado comenzó a laborar en varios emprendimientos, fue confeccionista, vendió productos perecederos, en fin, se dedicó a trabajar siempre de una manera independiente. Eso lo llevó a pasar por otras actividades y ciudades, entre ellas Fusagasugá en Cundinamarca, donde residió por unos 15 años.
“El traslado a Fusa, se dio por una propuesta de trabajo que me hizo un cuñado, en principio me fui solo, al mes cuadré todo, hice el trasteo y me llevé la esposa y la hija. En principio trabajaban con cacharro por los pueblos vecinos, Arbeláez, Silvania, Pandi, Icononzo, todos esos pueblos, luego me monté una panadería, posteriormente tuvimos una fábrica de confecciones con mi esposa, compramos unas máquinas y vendíamos ropa al por mayor incluso enviaba para acá a Neiva”.
Jesús Antonio siempre ha tenido un espíritu de emprendedor y de ser independiente, producto de todos esos procesos es el emprendimiento que lo ocupa ahora con su esposa e hija mayor.
La cocina china y las ensaladas
Retorna a sus inicios en la cocina como chef en Florencia, “por allá en el año 1996, en principio era mesero, luego fue aprendiendo los secretos de la comida china, así se dieron esos inicios. Fueron cuatro años aprendiendo los secretos de la comida china, en el restaurante casa oriental, su dedicación y aprendizaje, llevaron a sus patrones a montar una sucursal y dejarlo como chef. Llega el receso de 15 años con lo de la cocina porque resultó el trabajo en Fusagasugá”, recuerda.
Siempre fiel a sus dotes de chef, aunque empírico, dice “que sus profesores fueron los chinos con los que trabajó cerca de cuatro años, fueron los que me enseñaron todos los trucos de la comida oriental, aprendí los trucos de 57 platos de la comida china”, agrega.
Hace cuatro años decidió venirse del todo para Neiva y retornar a sus orígenes de cocinero, es cuando le surge el emprendimiento de los principios y ensaladas. “Dije, voy a hacer ensaladas listas para llevar y consumir. Son ensaladas bien preparadas con todas las técnicas, desinfectadas, adicional cuando vi el éxito de las ensaladas, dije, voy a preparar principios”, comenta.
“Comencé a sacar frijol ranchero, espaguetis con pollo y verduras, el chop suey con pollo, carne gulasch, arroz con pollo y pollito al horno entre los apetecidos por los clientes. Todo se vende por porciones que le facilitan a quien dejó comenzado un almuerzo llegar y complementar”, dice.
Los costos de las porciones oscilan entre $4.500 pesos y $6.000 pesos la porción que alcanza para dos personas.
Jesús Antonio, su esposa y su hija trabajan ofreciendo las ensaladas y los principios de lunes a viernes después de las diez de la mañana en la avenida Buganviles en la 30 y 31. Se levantan a las cuatro de la mañana a hacer todas las preparaciones y terminan la venta hacia el mediodía. El sábado es el día de ir a Surabastos para hacer mercado, compra al por mayor, limpiarlo y dejarlo listo para procesarlo, solo descansan si se puede decir los domingos”, relata.
Este emprendedor dice con orgullo que las visitas de la Secretaría de salud lo motivan, ya que le toman fotos y lo ponen de ejemplo sobre la manera de trabajar alimentos bien procesados con todas las medidas sanitarias. Aspira poder tener un local más adelante, pero por ahora es agradecido con Dios por el lugar al que ha llegado en compañía de su esposa Sandra Milena Manchola y su hija mayor Angie Lizeth Toledo, que estudia farmacología.