Diario del Huila, Historia
Por: Juan Manuel Macías Medina
Desde muy pequeña, Daniela Facundo inició en el mundo del futbol, y aunque inició como actividad recreativa, al poco tiempo se dio cuenta que tenía que sobresalir, sin embargo no la tenía fácil, pues todos sus compañeros eran hombres y no se la colocaban nada fácil. Daniela contó cómo fueron esos momentos desde que tocó un balón, hasta que logró ganarse una beca en México de estudio y deporte, quizá, para lograr darse cuenta que el ímpetu deportivo puede con todo, hasta con el machismo.
“Yo inicié en el Club Los Gatos, ahí empecé cuando apenas era una niña. Algo raro era que a mi me gustaba jugar futbol más con los niños que con las niñas porque tenía la oportunidad de sobresalir más. Todo fue un proceso, ahí en ese club estuve varios”, detalló.
Daniela fue prestada a un equipo de Cali para disputar la Copa Claro y cuando las cosas empezaban a mejorar, el torneo les hizo una gambeta dejando a todas sus compañeras y a ella, por fuera del campeonato.
“Luego me fui para en préstamo para un equipo en Cali a jugar la Copa Claro pero la verdad no nos fue muy bien porque nos faltó un solo punto para clasificar. Me devolví y luego de eso ya empecé a jugar con mujeres, pero a mí me gustaba jugar más con los hombres así fuera más difícil por todo lo que pasaba”, aseguró.
En la voz de Daniela hay un aire de victoria, y es que sobresalir en un equipo conformado por otros 11 hombres, es un gran reto para cualquier mujer, y no tanto por las capacidades futbolísticas de la masculinidad, sino por el machismo que permea a los jóvenes desde que son apenas unos niños.
“Jugar con los niños era muy difícil por el tema del machismo que existe, ellos me decían cosas y todo pero yo siempre estuve enfocada en lo que quería ser, hasta que ya empecé a jugar en equipo de mujeres. Es difícil jugar con niños pero el nivel es más alto y me sentía bien pese a todo lo que me decían, había veces que me arriaban la madre”, añadió.
Pero son épocas que Daniela está dispuesta a olvidar, pues además de luchar contra la supuesta superioridad de sus compañeros, también ha tenido que lidiar con lesiones, mismas que la pusieron a pensar en si realmente el futbol era lo que quería.
“A mis 16 años, inicié a jugar en el Club Valquiria, ahí ya jugaba solo con mujeres, pero cuando tenía 17 años sufrí una lesión rotura de ligamento cruzado anterior que me sacó por un tiempo de las canchas. Sin embargo, aunque estaba muy desmotivada en ese tiempo, siempre me dediqué a hacer gimnasio y volver al nivel que tenía anteriormente”, aseveró.
Pero la mediocampista no se venció, esperó y esperó hasta que su profesor Carlos Villareal le mostró lo que sería el trampolín para llegar a ser como quien siempre ha soñado, eso sí, siempre con los pies en la tierra.
“Ya hace unos días, cuando yo estaba esperando oportunidades hace mucho sin que nada se me diera, el profesor Carlos Villareal me dijo que había una beca para ir a jugar a México, me dijo que lo pensara bien y ya, allá voy a Veracruz a estudiar y a jugar futbol con Venado, el equipo de la universidad. Si hay derecho, voy a estudiar derecho. Los referentes futbolísticos míos son Leonel Messi y Alex Morgan, pero también tengo claro que todos los jugadores tienen características distintas y me gustaría poder tener un poquito de todos”, concluyó la número cinco de Venado de Veracruz.