La escritora Brenda Navarro (Ciudad de México, 1982) cree que el derrotismo procede de las personas mayores, así que pone su esperanza en las nuevas generaciones con su segunda novela, “Ceniza en la boca” (Sexto Piso), que trata del suicidio de un adolescente, de emigración y de racismo.
“Muchos adolescentes se quitan la vida porque no les ofrecemos herramientas para analizar adecuadamente lo que significa vivir, a lo mejor ellos no quieren aspirar a lo que nosotros entendemos por una vida cómoda. Estoy convencida de que merecería la pena escuchar a los adolescentes; estoy totalmente convencida de que los adolescentes podrían enseñarnos algo», mencionó en una entrevista.
Así pues, tiene «esperanza en las nuevas generaciones, seguro que generan nuevas formas de pensamiento, aunque ahora les hagamos creer que existen muy pocas opciones; el derrotismo viene de las personas mayores».
Entre tanto, según ella a diferencia de lo que sucede en España, o en Europa, explica que, «Los latinoamericanos no hemos vivido nunca mejor que nuestros padres; hay que acostumbrarse a vivir en crisis; la vida en sí misma es una crisis todo el tiempo; esa idea del progreso es una gran mentira y por eso sentimos esa derrota; vengo de un país que está en crisis todo el tiempo, y de comunidades en las que sabemos que no hay nada seguro. Una de las cosas que me impulsó a escribir la novela -explica- es que nos preguntemos qué tipo de vida queremos vivir, si realmente no podemos vivirla o pensamos que no podemos vivirla por los condicionamientos sociales o económicos.»
«La contradicción es lo que mueve a la Humanidad, y eso está muy bien», cree la autora de «Casas Vacías», su primera novela, en la que trató el asunto de la maternidad en México en un contexto socioeconómico en el que considera que «la maternidad es un confinamiento».
«En México hay muchas madres solteras y muchas mujeres pobres, y además los hombres pueden desprenderse económica y emocionalmente de sus hijos», según la escritora, partidaria de cuestionar tanto la maternidad como la paternidad «en un Estado del bienestar cada vez más raquítico» y en una situación en que «los padres no obtenemos ni siquiera a los hijos».
Finalmente, también asevera que, «He dicho que México es un Estado feminicida porque permite que haya eso, que la consecuencia de todas las violencias que hay en México termine en el asesinato de las mujeres; son sistemas de vida -resalta- en los que sigue preponderando que las mujeres tengan una vida menos importante que otras».