La salida de las tropas estadounidenses estaba anunciada desde el anterior gobierno de Donald Trump. Una vez asumió el poder el primer mandatario del país más poderoso del planeta, Joe Biden, tomó la decisión de iniciar de inmediato el retiro progresivo de todo el personal diplomático y de los miembros del ejército norteamericano, que se encontraba acantonado desde hace 21 años en ese país.
Para la comunidad internacional, el regreso de los talibanes al poder se convierte en un duro revés para la política internacional de los Estados Unidos, después que ocurrieran los atentados terroristas del 11 de septiembre. Tras la toma progresiva de las capitales de las provincias que se venían generando, se constituía un presagio de la caída del gobierno amigo del gobierno norteamericano, quien no poseía la fortaleza militar para defender los intereses del pueblo afgano.
La situación, dramática y descorazonadora para las fuerzas gubernamentales, se convirtió en el colofón de una tragedia anunciada desde que el Gobierno de Estados Unidos anunció la retirada de sus tropas del país asiático. Desde antes del anuncio se temía que, no obstante, los años de presencia militar occidental, las fuerzas armadas afganas no iban a estar preparadas para aguantar en solitario la embestida de los integristas. Y el tiempo lo ha confirmado.
Los talibanes llegaron en cuestión de días a Kabul, el presidente Ashraf Ghani huyó, su gobierno se desmoronó y la desesperación se apoderó de miles, que bien pueden ser objeto de desquite a manos de los nuevos gobernantes. Ni hablar del desasosiego de millones de mujeres que, con toda la razón, se sienten en la antesala del infierno. No menos ansiedad han de experimentar todos aquellos que no son musulmanes suníes, como lo son los nuevos dueños del poder.
Lo que nadie se imaginaba, ni estaban en los cálculos de los expertos en geopolítica a nivel mundial, que la retoma del poder de este país por parte de los talibanes, se fuera a presentar en el corto tiempo, ocasionando las dramáticas escenas humanas, buscando una salida desesperada para ponerse a saldo de una eventual represión de los invasores. Las imágenes por televisión de millares de personas desesperadas en la plataforma del aeropuerto de Kabul, buscando un cupo de los aviones militares y comerciales, sin interesar el precio. Eran dantescas las escenas de la población de aferrarse a las naves, para que les brindaran un cupo para evacuar dicha nación. Hoy todo es incertidumbre y miedo por el que muchos consideran un inevitable regreso de tiempos oscuros.
