El Soat se ha convertido en un verdadero problema de las empresas aseguradoras, por los altos niveles de accidentalidad que se presentan en el país. Y lo más preocupante, es que el 87% de los siniestros son provocados por motos. Diariamente somos espectadores del tránsito de ambulancias transportando lesionados por culpa de estos accidentes. Desde que el gobierno nacional promulgó la Ley 2161 del 21 de noviembre de 2021, por la cual se establecieron medidas para promover la adquisición, renovación y no evasión del seguro obligatorio de accidentes de tránsito, la situación se ha vuelto más crítica por la alta evasión que en la actualidad supera el 50%. Los altos niveles de accidentalidad están colocando en serios aprietos a estas organizaciones que lo expiden.
Después de 10 proyectos radicados en el Congreso durante las últimas tres décadas de vigencia del SOAT, por fin se aprobó esta iniciativa de origen legislativo. En teoría, esta Ley impacta positivamente el bolsillo de los colombianos. Pero en el mundo real, se busca disminuir la afectación en las salas de urgencias, donde diariamente llegan centenares de personas heridas y lesionadas en accidentes de tránsito. El costo de esta cirugía poco técnica del Soat, tendrá que medirse en vidas perdidas y del número de lesionados por accidentes de tránsito.
Es común observar en algunas carreteras del departamento, las filas interminables de motos, esperando que se levanten los retenes móviles que se ubican en las vías. Este es un indicador que refleja, que los motociclistas andan sin Soat y sin los demás documentos que obliga el Código Nacional de Tránsito. No debemos bajar la guardia. Así suene fuerte, debemos crear una cultura de la prevención y de seguridad para todos los conductores y motociclistas. No podemos seguir soportando la frecuente contravención de las personas que irrespetan las señales de tránsito. Inclusive se tiene que pensar en la instalación de foto multas en algunos sitios estratégicos donde se percibe con mayor intensidad, la incultura de los conductores. Las autoridades de tránsito deben ejercer mayores controles para evitar esta clase de tragedias. Hay estadísticas que colocan es serio peligro la vida de las familias colombianas. En departamentos como el Caquetá y Putumayo, los índices de evasión superan el 80%.
Otro elemento que afecta el bolsillo de estos conductores, son los altos costos de este documento, que los obliga a transitar libremente y sin controles por las vías urbanas y rurales de los municipios. Igualmente, por décadas, el país se acostumbró a las historias del paseo de la muerte, al que eran sometidos los heridos en accidentes viales. Esa realidad macabra cambió, gracias al Soat. Sinembargo esta figura con estos ajustes no ha permitido disminuir la evasión, como con las mafias que se lucran de la salud.
