Llegó la navidad, con la víspera el 24, día en el que se pasó en casa hasta la medianoche para compartir la cena en familia, intercambiar regalos y los mejores deseos. La novena, la tradicional cena, la misa de gallo y el desenguayabe con el almuerzo en familia ayer 25 o el tradicional paseo de olla, fueron hechos para destacar . Lo que sí hubo pese a la prohibición de su venta y manipulación, fue mucha pólvora en toda la ciudad.
Llegó el día esperado en esta temporada de navidad, el 24 de diciembre, en el que se vive la víspera del nacimiento del niño Jesús, comienzo de la celebración del 25, fiesta religiosa y descanso laboral, que este año no se notó por caer un domingo.
El 24 de diciembre para muchos neivanos fue un día de mucha actividad, algunos porque como buenos colombianos dejaron lo de las compras de navidad para última hora, por eso se vio el centro de la ciudad colmado de compradores que iban de un lado para otro en su afán de encontrar, el regalo o la ropa del estreno para recibir al niño Dios como debía de ser.
Algo similar se vivió en las grandes superficies comerciales, los centros comerciales estuvieron atiborrados hasta las horas de cierre, además de los regalos, se vendía lo concerniente a la cena de navidad, el vino para el brindis o la cerveza y el licor para la fiesta en familia o en el barrio.
De las carreras a la celebración en casa
Por ser navidad el día especial del año para compartir en familia, a medida que se acercó la medianoche, aunque a cientos de neivanos los cogió en la calle, en una gran mayoría se fueron a sus casas para celebrar con sus familias.
En los conjuntos residenciales o en los barrios cada quien a su manera preparó la reunión en la que lo importante era departir con los seres más cercanos o los amigos. Departir al calor de unos tragos amenizados con la música de aquellos diciembres para los nostálgicos, fue una de las constantes. A la medianoche llegó el momento de desear feliz Navidad e intercambiar los regalos. Los niños fueron los que más disfrutaron ese momento, al abrir sus regalos y luego salir a mostrar el juguete que les obsequiaron.
La pólvora estuvo presente
Un hecho notorio, es que, pese a la prohibición de la venta y manipulación de pólvora por parte de personas distintas a las expertas, durante toda la noche del 24 y todo el día 25, la quema de voladores y otros artefactos explosivos fue la constante. Parece que los operativos en los que se decomisó buena cantidad de pólvora, no fueron suficientes.
El 25 un día especial
La tradición navideña, quedó evidenciado se mantiene en las familias neivanas, con la asistencia a los templos en el caso de los católicos a la tradicional misa de gallo de la medianoche, para luego pasar a los sectores residenciales a departir en las verbenas populares, se cerraron calles para hacer el asado o para hacia el mediodía compartir el sancocho o la carne asada y tomarse alguito para desenguayabar. La olla comunitaria se convirtió en olla de la fiesta.
Mientras los adultos departían y preparaban la comida, los niños recorrían el lugar con sus bicicletas o los juguetes, así fue transcurriendo el día que paso del recogimiento religioso a lo mundano.
El paseo de olla
No dejó de faltar el tradicional paseo de olla que, aunque a menor escala aún se ve, más con las altas temperaturas que por estos días se presentan en la capital del Huila. En las primeras horas del día domingo las familias en sus carros o en los de los vecinos se desplazaron a los tradicionales balnearios en los ríos que rodean la ciudad.
El Baché, el río Neiva, rio Frío, río Aipe entre otros fueron los lugares preferidos de los habitantes de esta capital para departir durante este día.
Se puede recordar como un lugar tradicional el balneario del Pailón en el río Baché en jurisdicción del municipio de Palermo. Mientras parte de la familia se bañó, los adultos, orientados por las señoras colocaban la olla para el sancocho o armaban la hornilla para asar carne.
Así se nos fue el 25 de diciembre observando el ambiente de la navidad en los habitantes de Neiva, que no es otro distinto al que hemos compartido durante años de vivir en esta hermosa ciudad que no fue ajena al espíritu que por estas épocas nos embarga y que nos traslada a los tiempos cuando éramos niños. Así que les reiteramos a nombre de esta casa editorial que el deseo es que hayan pasado una, “Feliz Navidad”.
