Diario del Huila

La Neiva de antes

May 24, 2021

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Diario del Huila, Especial

Por: Juan Manuel Macías Medina

En entrevista, Jaime Monje, habitante, líder y promotor deportivo de la ciudad de Neiva, le contó al Diario del Huila cómo era vivir en Neiva hace 70 años, hoy, con 89 años y mucha nostalgia, el adulto mayor recordó la infraestructura, el transporte, el trabajo, las fiestas y la entretención que caracterizó al municipio de Neiva a mediados del siglo anterior.

Aunque nada carecía de nombre y tampoco tocaba señalar las cosas con el dedo, como dice Gabo en  uno de sus libros, todo era muy tradicional hace 70 años, habitar en Neiva era tranquilo, quizá es eso, lo que Jaime Monje extraña de la antigua ciudad.

“Hay cosas que lamento mucho que no hayan quedado registradas, cosas que fueron muy típicas de la ciudad. En 1939, cuando yo tenía ocho años, mi abuela me trajo de Campoalegre a Neiva, en esa época comenzó a hacerse el alcantarillado. En ese tiempo casi no habían carros, el medio de transporte de Neiva eran los burros, eran como las zorras que se ven hoy en día”, manifestó.

La infraestructura de las viviendas de la época era, según don Jaime, muy parecida a la de un pueblo, los grandes espacios fue la característica principal de los hogares neivanos y aunque no había edificios en cada esquina, era bueno vivir.

“En 1950, lo que yo recuerdo es que las casas eran grandes, tenían solares grandes que los cercaban con guaduas. Esas casas ya no se ven, ahora se ve eso es en el campo, era muy bonita la ciudad aunque no había tanto desarrollo”, resaltó.

La apacibilidad de Neiva, la capital del departamento del Huila que hoy cumple 409 años de fundación, era lo que se podía percibir hace medio siglo, o por lo menos, eso percibió Jaime Monje en su momento.

“Yo extraño de Neiva la comodidad que había hace cerca de 50 años, extraño lo apacible que era la ciudad en esas épocas. La diversión más importante que había era el cine, traían películas y las proyectaban en los barrios, se reunían los muchachos y demás personas”, destacó.

Hoy, en la Capital Bambuquera la historia es distinta, el hampa y la corrupción se han tomado la ciudad, obras inconclusas y robos a diario, son el pan de cada día de quienes habitan esta tierra, Jaime también extraña eso, y no pierde la fe en que algún día se pueda rescatar aquella apacibilidad que tanto recalca y que caracterizó su juventud.

“Neiva era una ciudad muy sana, era como un paraíso. De occidente a oriente, Neiva iba desde la carrera primera y llegaba hasta la carrera 15, y de sur a norte, iniciaba desde el rio del Oro y llegaba hasta La Toma, para esa época tenía 50.000 habitantes. En años anteriores Colombia no tenía tantos recursos, solo dependíamos mayormente de la producción del café, sin embargo, se hacían obras que eran monumentales, es el claro ejemplo del acueducto de la época cuya capacidad superaba el número de habitantes, estaba diseñado para 80.000 habitantes y del puente Santander, eso fue en la época del doctor Eduardo Santos”, precisó.

Neiva antes

En esa época, era imposible hacerse a la idea que las calles podían ser pavimentadas.

La pujanza de los neivanos

Hay algo que diferencia a Neiva de las otras ciudades y regiones del país, para Jaime Monje, esto no es más que la pujanza de los neivanos, quienes con espíritu resiliente, han logrado hacer mucho con poco.

“Neiva se diferencia de otras ciudades en lo que tiene que ver con la pujanza, a pesar de todas las dificultades, falencias y falta de empuje de nuestros gobernantes, no estamos tan mal, acá tenemos buen servicio de agua, de energía, de transporte y demás, claro está que podíamos estar mejor, pero esa es la gran diferencia”, añadió.

Con 89 años de vida, nadie es mejor que Jaime para contar lo que sucedía en Neiva durante el siglo XX. Recuerda que para la época, corría el rumor de que las calles estaban siendo pavimentadas en otras regiones, algo imposible de creer para él y sus amigos que estaban dedicados a echarle agua a las calles destapadas con el fin de apaciguar el polvo.

“En el año 54 nosotros estábamos muy quedados, yo trabajaba en el centro de la ciudad, donde hoy queda el Centro Comercial Metropolitano, yo era el encargado de regar las calles, salía con una manguera a echarle agua a las calles para que el polvo no se levantara. Recuerdo mucho que a nosotros nos decían que en Girardot había calles con pavimento, nosotros creíamos que eso era imposible”, señaló.

Neiva de antes

La pujanza de los neivanos, según Jaime, es lo que diferencia a la ciudad de Neiva de las otras regiones.

 

La entretención de la época

San Pedro Plaza, Santa Lucía Plaza, San Juan Plaza y demás centros comerciales que hoy son sitio de entretención para muchos neivanos, eran impensables en esa época que caracterizó a Neiva por el cine, según Jaime, no había otro sitio en la ciudad en donde se pudiera encontrar aglomeración de personas.

“Hace 60 años, estábamos atravesando una época de empuje y desarrollo, era muy bueno vivir en esa época, había otras formas de entretención diferentes a las de hoy, el cine era la principal y, además, la única parte en Neiva donde tocaba hacer fila. También uno iba a bañarse a los ríos, nosotros íbamos a Charcoazul, al Magdalena o a Río Neiva”, destacó.

Las fiestas eran otra actividad de entretención para los neivanos, pero asistir a éstas era todo un protocolo, entre risas, Jaime recordó cómo era asistir a estas, en donde a diferencia de hoy, lo único que se exigía eran dos pesos, buena presentación y mucho respeto.

“Nosotros con amigos organizábamos fiestas, colocábamos una cuota de dos pesos de ese tiempo y la única condición era que uno tenía que ir impecablemente vestido, si era con saco y corbata mucho mejor, esa vestimenta no se usaba mucho pero para los bailes sí. Con los dos pesos le daban a uno una media de aguardiente y un consomé, prendían el tocadiscos y ahí iniciaba todo”, indicó.

Iniciar el coqueteo hacia una mujer era todo un desafío, el respeto estaba por encima de todo, incluso de la humana reacción de gustarse. Jaime reconoce que, aunque para él los años anteriores fueron mejores, todo va evolucionando. Lo cierto es que aunque las costumbres cambien, lo que siempre debió haberse mantenido, era ‘el respeto hacia los demás’ de quienes habitaron las calurosas tierras de Neiva hace más de medio siglo.

“En esa época todo era mucho más sano y se me hace que era como un poco mejor, pero por supuesto que todo ha ido evolucionando, hoy hay otras cosas, otras entretenciones, otra música, otra cultura. Recuerdo mucho que las muchachas eran muy tímidas y uno igual, había mucho respeto, eso era único”, concluyó Jaime Monje.

 

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