Una de las cualidades que debe tener todo gobernante de un territorio, es la mesura y la prudencia al expresar cualquier tema gubernamental en los diferentes eventos oficiales donde participe. Cuando ésto sucede, se empieza a ganar el respeto de la opinión pública, por la altura intelectual y la claridad de sus ideas coherentes y ajustados a las realidades nacional e internacional. Inclusive debe tenerse en cuenta los efectos que pueden repercutir en el ámbito mundial. Tal es la situación que está soportando el presidente Gustavo Petro Urrego, por las sucesivas declaraciones que emite a través de trinos o en actos públicos, que le están ocasionando un rechazo nacional en la mayoría de la población e inclusive entre su propio electorado que ha empezado a generar serias controversias por sus afirmaciones, que van en contravía de la lógica de su trasegar presidencial.
Por tal motivo, el ataque terrorista del grupo extremista Hamás del sábado pasado le ha recordado al mundo, de la peor manera, que el conflicto palestino-israelí que por décadas ha permanecido latente, con sus altos y bajos, está lejos de terminar y que, al contrario, y como ha quedado claro en estas últimas horas, desafortunadamente corre el riesgo de escalar a niveles inéditos. Y, como siempre, la cuota de dolor corre por cuenta de la población civil. Es importante destacar que el grupo terrorista Hamás, del que no se puede decir que represente a la totalidad del pueblo palestino, ha dicho que con el ataque busca que Israel por fin rinda cuentas sobre sus acciones contra la población palestina, y se ha referido en particular a las redadas hechas en la mezquita de Al-Aqsa, así como a los palestinos presos en cárceles de dicho país.
Pero no hay derecho que el primer mandatario de los colombianos salga con sus acostumbrados y desafinados trinos, continúe alimentando sus controvertidas declaraciones sobre la situación en Gaza. El lunes, el mandatario evocó el Holocausto judío perpetrado por la Alemania nazi al comentar el asedio total de la Franja de Gaza anunciado por el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant. Esto produjo una reacción de rechazo por parte de la comunidad judía. Esto decían los Nazis de los judíos. Los pueblos democráticos no pueden permitir que el nazismo se restablezca en la política internacional. Consideramos que el presidente Petro, no debe inmiscuirse en asuntos que no le competen y menos lanzar expresiones radicales en favor de organizaciones terroristas, que comprometan la imagen de la sociedad colombiana, por culpa de una ideología arcaica y rechazada por la comunidad internacional. Es el único líder del mundo que se atrevió a hacer el oso a nivel mundial. Debe mantenerse un respeto diplomático ante esta clase de hechos terroristas, si hechos en menor escala suceden periódicamente en nuestro territorio y que ha sido incapaz de prevenirlos.
