Por: Jose Eustacio Rivera
Sigo pensando que Gustavo Petro ganará sin discusión en primera vuelta, sin apasionamiento alguno. El entorno electoral lo tiene a favor, la inconformidad de las mayorias entorno a un presidente y un sector politico que ha represado un cumulo de malas de disiciones y soluciones que se vinieron aplazando a lo largo de los años hacen que nuestras políticas públicas en su mayoría sean fallidas y que hoy la misma circuntancia hagan que se necesiten reformas profundas.
Ese Petro inalcanzable que se veía antes de la consulta producto del sin número de candidaturas presidenciales las hacían rezagadas del pelotón. Hoy vemos otro panorama. Aunque el líder de la Colombia Humana sigue en cabeza de las encuestas vemos en ascenso permanente a Federico Gutiérrez, en medio de la cruz del Uribismo, muchos en conclusión ven un voto finish entre estos dos últimos candidatos.
Fico es un candidato que como estrategia ha venido mostrando una cercanía espontanea con la ciudadanía, pero que en los debates no le va bien. No concibo que solo esta semana publicara su programa de gobierno. El país más que carisma necesita pruestas realizables, cuantificables y medibles. No candidatos que parezcan reinas de belleza y cautiven con sonrisas. El ex alcalde de Medellín muestra ser un gran ser humano, pero el país necesita un estadista, y eso lo veremos en los siguientes debates con ya un programa de gobierno establecido.
El líder del pacto histórico no ha encontrado techo, sigue subiendo sustancialmente en las encuestas, en medio de su parca intención de cautivar el electorado y la institucionalidad del partido liberal y otros sectores. De lejos Petro le iría mejor estando distante de esa clase política que el pasado 13 de marzo las mayorías ciudadanas rechazaron. Que las coaliciones y acuerdos políticos vengan después de la contienda electoral, el candidato progresista no necesita hoy de hacer pactos con el diablo. Gaviria resta, no suma.
Con el mejor equipo, con los mejores asesores de marketing político del mundo, con quien aún sigue guardando coherencia de ética política, es Sergio Fajardo. Un gran equipo, que sin problema al ser elegido presidente podría conformar sin problema su equipo de gobierno, hoy se rezaga al 10% y creería que no crecerá más. No gusta, no emociona y tampoco ha logrado generar empatía con el elector inconforme. El ingeniero Rodolfo Hernández no se reinventó y se quedó en facebook hablando duro e insultando. La política y su ejercicio se hace en la calle con la gente, en los territorios construyendo equipos y socializando propuestas, a 9 semanas de la contienda electoral, no ha venido la primera vez al Huila y sur del país. Si nada extraordinario ocurre, Federico Andrés y Gustavo Francisco irán a segunda vuelta, con un amplio favoritismo del ex alcalde de Bogotá. La inconformidad es grande, muy grande y ahí es donde hay que entrar a cautivar.
