Vecinos del barrio el Vergel piden a la Alcaldía actuar con urgencia en la rehabilitación de la vía, de amplia circulación, en pésimo estado, como lo comprobó Diario del Huila.
DIARIO DEL HUILA, COMUNIDAD
Por: Hernán Galindo
Son varios meses y años de quejas y reclamos de los vecinos del barrio El Vergel, exactamente de la carrera 42 entre la avenida 21 o Buganviles y la calle 18, para que el Municipio les rehabilite la vía que atraviesa un importante sector comercial y residencial del oriente de Neiva.
“Debido al pésimo estado en que se encuentra fue bautizada irónicamente como El Tobogán. Ya muchos neivanos se ubican de alguna manera en el lugar por ese nombre de la calle. Qué pesar”, comenta Amanda Rosas, residente y ama de casa.
El asunto es que no es un problema de la actual Alcaldía, desde hace mucho tiempo la vía ha venido deteriorándose, acabándose, sin que haya dolientes ni solución, coinciden personas consultadas por Diario del Huila, que llegó al terreno para atender una queja comunitaria.
Los cráteres
Y es que la calle, además de dar acceso al Vergel, tradicional barrio de la ciudad y dar paso a otros, también residenciales, es vecina a los conjuntos Bosques de Santa Ana, enorme edificación de apartamentos con amplio comercio, y a Tíboli, de casas.
Junto está la Universidad Antonio Nariño, el barrio La Libertad, el estadio de fútbol Plazas Alcid, los barrios La Rioja y Guaduales.
“Vive a 150 metros, en línea recta, de sur a norte. Sería bueno que un día se diera una vueltica por aquí para que sufra el rigor de un camino en mal estado o sepa de las penurias que pasan a diario sus ciudadanos”, comenta Lizardo Parra, de una panadería.
“O le ordene a su Secretario de Movilidad que venga y mire cómo darle salida inmediata a tan grave situación”, agrega Santiago Silva, taxista, mientras se detiene a recoger una carrera junto a un enorme bache.
En la visita comprobamos que la calle en realidad está en muy mala condición, con pozos de agua cuando llueve, pantanos de arena y barro y es un riesgo para las personas.
Se encuentran aquí y allá, en un espacio de casi 300 metros, que en cualquiera de las dos puntas inicia en subida y cae en una corta bajada.
“Como pueden ver hay huecos, ‘cráteres y pavimento levantado en algunos tramos. En otros, apenas empieza a insinuarse y en otros hay hundimiento de la vía”, dice Zoilo Torres, que se identifica como veedor de la comunidad y nos acompaña en el recorrido, que hacemos un día entre semana después de las 10 de la mañana.
“Es una extensión muy importante que sirve para conectar el oriente con el centro, y da paso al centro con el sur, en la zona alta de la ciudad. Miles de vehículos se movilizan a diario por este corredor. Es una de las vías más importantes para los neivanos”, asevera nuestro anfitrión ocasional.
El lío no es solamente para los carros. También las motos y ciclistas. Testigos aseguran que son varios los accidentes sucedidos.
“Es que los rotos son muy profundos y no son fáciles de esquivar. Cuando se los encuentra ya no hay nada que hacer. Ni frenar, porque puede venir alguien detrás y nos golpea o arrolla”, dijo Filemón Pinto, repartidor, montado en un triciclo motorizado.
Según vecinos, el peligro es mayor porque a los grandes huecos hay que sumar la poca luminosidad en la noche. Grandes árboles cercanos hacen más oscuro el espacio. No dejan pasar la luz de pocas lámparas ni la de la luna.
“Los hundimientos son una amenaza permanente. Es lo que más preocupan a los ciudadanos, están cerca al puente, en la mitad del trayecto. Es el más crítico del sector”, dicen.
Pavimento hundido
Y hay razón. El pavimento ya cedió en parte y en otras es cierta la amenaza de que se hunda en cualquier momento causando una tragedia.
“Qué tal caiga una buseta, un bus escolar, un carro con niños, para citar pocos ejemplos”, es protesta recurrente.
Omar Laverde, conductor de un vehículo de servicio especial, cuenta que estos desniveles son una de las razones por las cuales el tráfico colapsa en horas pico.
“La 42 por naturaleza es congestionada y ni hablar hacia el mediodía y en la tarde. Pero, además, esas ondulaciones y los huecos hacen que todo sea más lento”, y afirma haber visto cómo varios motociclistas se han accidentado al cruzar sin tomar prevenciones o por desconocer la situación irregular de la carrera.
Los transeúntes también se ven afectados. Hay andenes en mal estado, otros invadidos de matorrales, con basura o escombros.
“También sería justo se pensará en un semáforo o una mejor condición de movilidad en la esquina de la carrera 42 con calle 18. Es un sitio de demasiada transitabilidad de carros, motos, ciclas, personas que van y vienen. Unos de paso y otros que pasan a sus casas o a los lugares comerciales”, propone Rulfo Granada, empleado de una panadería.
La comunidad solicita con urgencia se ejecutan obras puntuales con el firme propósito de mejorar la movilidad y la seguridad vial de los residentes y de todos los neivanos.
Y es que, en el recorrido cumplido por este medio, ayer lunes, se evidenció claramente la grave situación sin rastro de ningún tipo de maquinaria u obra en ejecución para rehabilitar la calle.
Karol Velandia, ingeniera, señala que el estado crítico de las carreteras de Neiva se debe a “la mala planeación y ejecución de las obras, lo que acorta la vida útil de los proyectos y genera más gastos para los ciudadanos”.
La realidad es que el Municipio no tiene el presupuesto ni los recursos para dar una solución de fondo al mal estado de las calles en la ciudad.
“Debemos conformarnos con que se atienda por tramos y todo termine en una colcha de huecos o retazos”, concluyó.
Taparon los huecos de la octava, pero hay observaciones de la gente